¿Tiene color la magia?
Otra de las bases sobre las que debemos trabajas es la
naturaleza que posee la magia y los colores bajo los que se manifiestan. Todos
hemos escuchado en más de una ocasión
términos como “magia blanca” o “magia negra”, magia
verde” o “magia roja”.
Ampliando un poco más el vocabulario, puede que hayan
llegado también a nuestros oídos
otros aspectos como “goecia” o “teúrgia”, como
denominación de una forma de magia. Pues bien, para empezar debemos aclarar que
todas, absolutamente todas las magias, forman parte de una gran magia, de un
gran ser arquetípico: la energía.
La magia no es blanca, negra, azul, verde o roja porque se empleen dichos tonos
para llevarla a cabo. Adquiere dichas tonalidades a partir de la intención que
le pone el operador, mago o sacerdote, cuando la trabaja. En cualquier caso, la
magia es una. Lo demás, pese a existir, no son más que variaciones, técnicas,
rituales y creencias variadas que complementan y “adornan” un hecho básico, la
manipulación de la energía.
De esta forma, el color de la magia es aquel que nosotros
le imprimamos y, por defecto, a modo informativo diremos que cuando una magia es
negativa, para hacer el mal o causar dolor a otras personas o situaciones, no
teniendo en cuenta que el fin no justifica los medios utilizados, recibe el
nombre de negra, mientras que se caracteriza por ser blanca cuando lo único que
persigue es el bien. Una
vez más, estamos ante un arquetipo.
Para la tranquilidad del lector, diremos que todos los
rituales, conjuros y hechizos de esta obra son de carácter positivo, es decir,
blancos. En algunos casos entraremos en lo que técnicamente podríamos llamar
magia roja o pasional y energética. En otras ocasiones nos vamos a referir a
experimentaciones del carácter sentimental que serían tanto como entrar en la
magia roja o verde, pero siempre, con independencia del color, estaremos
hablando de la manipulación de energías
con fines positivos, ya que es así como únicamente
comprenderemos y aceptamos la MAGIA con mayúsculas.
Además de sentirlo así, sabemos que otras formas de magia
en las cuales los fines utilizados sí
justifican cualquier medio utilizado, aunque sean
éstos ruines y mezquinos, surge o puede aparecer el efecto boomerang, o sea, lo
malo, lo negativo que ha deseado para los demás, repercute inexorablemente en el
mago/a que así ha actuado, sintiendo en su propio cuerpo físico
y también psíquico el resultad que él mismo se
buscó.
Y además, no recibirá tan sólo él o ella dicho resultado, sino también los
familiares más próximos y los amigos más íntimos.