DIA 19
EJERCICIO
OBLIGATORIO
El día
19 seguirá practicando las habilidades
necesarias para la alta Lucidez. También
irá ganando mayor control sobre los
detalles de sus sueños lúcidos.
Ahora
estará dispuesto a generar imágenes
hipnagógicas propias sin la ayuda de un
aparato de televisión. Empiece, por
tanto, el día 19 tumbándose de espaldas
en la cama y entrando en un estado de
relajación en alerta. Como también en
este caso pasará directamente desde el
ejercicio a una noche de sueño, deberá
empezarlo aproximadamente una hora antes
de acostarse. Esta vez, en lugar de
concentrarse en el programa de fondo de
la televisión, concentre la atención en
las imágenes hipnagógicas que sur jen
cuando se va quedando dormido.
En la
mayoría de los casos, estas imágenes
emergerán espontáneamente, sin ninguna
ayuda consciente. Si eso no empieza a
producirse al poco tiempo de haber
cerrado los ojos, puede ayudar al
proceso recordando fragmentos de memoria
de experiencias que haya tenido a lo
largo del día. Piense en alguna de las
cosas interesantes que encontró durante
el día, e imagínelas in-teractuando en
su mente de una manera surrealista. Por
ejemplo, puede imaginar que el ala de
pollo que tomó como almuerzo tiene boca
y ojos e inicia una conversación con la
radio del coche.
Conforme se vaya sintiendo más relajado,
concédase permiso para tener un sueño
lúcido. Después, manténgase alerta
mientras observa las imágenes
hipnagógicas de su mente, haciendo todo
lo posible por seguirlas directa y
conscientemente hasta convertirlas en un
sueño lúcido. Recuerde que si pierde la
conciencia antes de entrar en un sueño
puede seguir todavía las instrucciones
en cuanto sea consciente de que está
soñando. También puede «caer hacia
atrás», hacia un sueño lúcido o muy
lúcido, nada más despertar.
Una
vez que se encuentre en un sueño lúcido,
observe el entorno inmediato, tomando
nota particularmente del clima. Luego,
imagine un lugar totalmente diferente
del representado en su sueño. Por
ejemplo, si el sueño se abre sobre la
calle de una ciudad, puede imaginar un
claro en el bosque. Si el sueño sucede
en la cumbre de un monte tibetano, puede
conjurar la imagen del Puente de
Brooklyn.
Cuando
haya pensado en un lugar conveniente,
concéntrese en transformar el escenario
original de su sueño en el nuevo
entorno. Esta vez, en lugar de girar el
cuerpo del sueño para convertir el
entorno del sueño actual en algo borroso
y cambiante, cierre los ojos mientras se
concentra en el nuevo lugar. Con la
práctica, será capaz de disolver a
voluntad el escenario del sueño original
haciendo aparecer en su lugar el nuevo
escenario.
Siga
practicando este ejercicio hasta que
haya conseguido experimentar por lo
menos un cambio reconocible en su
entorno del sueño lúcido con la simple
expresión de un deseo libre y
consciente. Observe entonces las
condiciones climáticas predominantes en
el nuevo entorno del sueño y practique
el ejercicio que aprendió el día 18 para
cambiar conscientemente el clima de un
sueño.
Nota. Si despierta nada
más haber cambiado el escenario del
sueño, prosiga el ejercicio con la
imaginación semiconsciente.
Nota. Acuérdese de
registrar los sueños en el diario,
tomando nota especial de los cambios de
clima y lugar que se producen dentro del
sueño. Piense en el posible significado
simbólico y psicológico de los
escenarios de sus sueños, registrando
también dichos significados.
EJERCICIO OPCIONAL
En el
Día 19 llegarás a ser más adepto que
nunca a concentrarte en lugares lejanos.
Una vez más, combinarás varias técnicas
aprendidas en anteriores ejercicios y
practicarás éstas en un ambiente
acuático cálido y relajante. Como en el
ejercicio del día anterior, empezarás
practicando la relajación activa en una
bañera o "Jacuzzi". Te pedimos de nuevo
que invites a un amigo de confianza a
vigilarte y ayudarte con algún detalle
de este ejercicio.
Antes
de empezar, piensa en un sitio familiar
de tu pasado en el que te gustaría
concentrarte para este ejercicio. El
lugar puede ser una habitación en casa
de tus padres, el dormitorio de tu
antiguo colegio o algún sitio que
conozcas bastante bien, tanto como para
que te ofrezca una intensa experiencia
interior.
Nota.— Mucha gente
preferirá concentrarse en un jardín de
infancia. Sin embargo, si tie nes
sentimientos sin resolver acerca de tu
niñez, te recomendamos que lo consultes
con tu terapeuta o te prepares para
afrontar las emociones perturbadoras que
seguramente te sugerirá. Si tienes dudas
acerca de tu habilidad para controlar
una experiencia así, simplemente
concéntrate en un lugar más agradable,
pero igual de intenso en sensaciones
psicológicas, como una playa favorita
donde alguna vez hayas vivido una fiesta
maravillosa, o una bella catedral donde
sintieras una profunda sensación de paz
interior.
Ahora,
piensa en qué recuerdas del lugar que
tienes en la mente. Por ejemplo, si tu
lugar es la casa donde creciste, ¿qué
clase de música escucharías allí? Si es
el edificio donde trabajas, ¿qué música
suena por los altavoces? Si no asocias
un tipo de música particular a tu lugar,
qué clase de música es emocionalmente
compatible con él? Cuando decidas una
música apropiada, haz una grabación de
cuarenta y cinco minutos con ella.
Una
vez tus arreglos musicales estén
preparados, el ejercicio puede comenzar.
Si es posible, regresa al lugar donde
practicaste el ejercicio del Día 18.
Empieza regulando la temperatura del
agua a un nivel moderadamente caliente,
que resulte agradable. Recuerda
colocarte de forma que puedas relajarte
profundamente sin escurrirte dentro del
agua. Con la música sonando al fondo,
cierra los ojos y utiliza el agua
caliente vibrante para ayudarte a
imaginar corrientes cálidas moviéndose
por tu cuerpo y relajando todos tus
músculos. Ahora ya podrás darte cuenta
de que entrar en un estado de relajación
activa se va haciendo cada vez más
fácil, y que te lleva menos tiempo que
al principio conseguir relajarte
profundamente. Como hiciste en el día
anterior, dite a ti mismo que estás
dispuesto a tener una experiencia en
cuerpo astrál; luego, deja que tu
pensamiento vuele y lo olvide. Imagina
la fuerza de tu cuerpo mezclándose con
la fuerza del agua en movimiento.
Cuando
consigas llegar a este estado, tu
compañero empezará a leer en voz alta
las instrucciones siguientes,
sustituyendo al nombre del lugar que
hayas escogido cuando sea posible.
Imagina que estás en el lugar que has
elegido. Imagínate sentado o de pie,
experimentando la energía de todos tus
sentidos. (Pausa.) ¿Cómo huele aquella
zona? (Pausa.) ¿Hay algo especial que te
haya sucedido allí? (Pausa.) Déjate
llevar explorando todos tus
sentimientos y emociones acerca del
lugar, (Pausa.) ¿Qué te hace feliz?
(Pausa.) ¿Triste? (Pausa.)
¿Qué
gente hay allí? (Pausa.) ¿Qué sientes
por este lugar desde tu perspectiva
actual? (Pausa.) Piensa en el sitio en
que te has estado concentrando, no como
lo recuerdas, sino exactamente como lo
miras y sientes en este momento, dejando
que surja gradualmente todo el caudal de
emociones y sensaciones. (Pausa.)
Ahora
explora el lugar desde perspectivas
distintas y sorprendentes. (Pausa.) Si
te estás concentrando en una habitación,
por ejemplo, permítete explorarla desde
arriba, cerca del techo, (Pausa.)
Imagínate sentado en diferentes
posiciones para lograr distintos puntos
de vista. (Pausa.) Imagínate de
espaldas, en el suelo, observando.
(Pausa.) Luego explora la habitación en
la que has estado concentrándote desde
la habitación de al lado. (Pausa.) Poco
a poco, muévete de un sitio a otro por
los alrededores, explorando cada
posición desde continuos cambios de
perspectiva. (Pausa.)
Relájate en el agua, sumergiéndote en el
lugar en el que te has estado
concentrando. Deja que surjan
sensaciones que vuelen por tu
conciencia sin analizarlas ni
controlarlas. Observa tus imágenes
interiores como si fueran escenas de una
película. Tienes veinte minutos, yo te
haré saber cuándo acaba el tiempo. Pero
intenta recordar, estás a cargo de tu
propia experiencia. Si empiezas a
sentirte incómodo, armoniza los sonidos
y las sensaciones de tu cuerpo tumbado
en el agua. Para hacerlo, desviarás
inmediatamente tu foco de atención a tu
perspectiva familiar y a la realidad.
El
lector y el practicante guardarán ahora
silencio durante veinte minutos. Cuando
pase este tiempo, el lector leerá las
instrucciones siguientes:
Ahora
concéntrate de forma gradual en tu
cuerpo y regresa a la conciencia activa
y despierta.
Nota.— Aclárate con
agua fría o templada inmediatamente o
una hora antes de volver a tus
actividades diarias.