DIA 15

EJERCICIO OBLIGATORIO

En el día 15 aprenderá la técnica de la relajación en estado de alerta, en la que el cuerpo entra en un estado de relajación pro­funda mientras la mente permanece plenamente alerta. Mientras se encuentre en el estado alterado de relajación en alerta, perma­necerá mentalmente activo mientras lentamente se va relajando más y se queda dormido. Con este proceso podrá entrar en un sueño lúcido directamente desde el estado de vigilia, sin perder por ello nunca la conciencia mientras se queda dormido.

Al penetrar en los sueños lúcidos de esta manera, conseguirá un estado de «alta lucidez», que es el centro de la Semana Terce­ra. La alta lucidez le permitirá intensificar sus sueños lúcidos, dándole un control considerablemente mayor sobre las imágenes y acciones del sueño.

Nota. Lea de antemano las instrucciones para el día 15, para que pueda realizar los preparativos necesarios y estar dispuesto a practicar todo el ejercicio sin interrupción.

Para experimentar el mayor beneficio potencial de estas ins­trucciones, al menos inicialmente, un amigo debería guiarle en el ejercicio de relajación siguiente (en caso de no ser posible hacerlo con un amigo intentelo usted solo). Primero debe buscar un lugar privado y cómodo en el que tumbarse. Después, con lentitud y tranquilidad, un amigo le leerá las instrucciones paso a paso, exactamente tal como están escritas abajo, deteniéndose breve­mente donde se indica.

También puede grabar una cinta en la que usted o su amigo lean estas instrucciones, para que pueda practicarlas tras esta sesión inicial.

Tome una inspiración profunda, espire lentamente, estire los músculos y relájese. Imagine ahora que unas corrientes cálidas de energía mental ascienden muy len­tamente desde las plantas de los pies hacia los tobillos.

Sienta cómo los músculos de los pies gradualmente se calientan y relajan mientras imagina que los cruzan las corrientes. (Pausa.) Imagine que las corrientes siguen su­biendo por las pantorrillas (pausa), hacia los muslos (pausa) a través de las caderas (pausa) y las nalgas (pausa) y hasta la parte inferior de la espalda y el abdo­men (pausa). Proceda muy lentamente, dándose tiempo para que cada grupo de músculos se relaje completa­mente antes de que las corrientes imaginarias pasen al área siguiente de su cuerpo. (Pausa.) Sienta que los múscu­los de las piernas se vuelven pesados, cálidos y relajados, y se hunden en la silla en la que está sentado. (Pausa.)

Cuando sienta que las piernas están profundamente relajadas, imagine las corrientes moviéndose en el senti­do de las agujas del reloj por el abdomen (pausa), subien­do por la columna (pausa) y por la parte delantera del torso hasta el pecho (pausa) y los hombros. Sienta que los músculos del estómago y la parte inferior de la espal­da relajan cualquier tensión mientras los recorren las co­rrientes. (Pausa.) Una sensación de bienestar general em­pieza a fluir por el cuerpo junto con las corrientes imaginarias mientras sigue relajándose. (Pausa.)

Cuando sienta relajada la mitad inferior del cuerpo (pausa), imagine las corrientes fluyendo hacia arriba, hacia las costillas y hombros (pausa), calentando y rela­jando la parte superior del cuerpo (pausa) y dejándole la espalda y el pecho totalmente cálidos y libres de cual­quier estrés o tensión. (Pausa.) Imagine las corrientes gi­rando hacia abajo por los brazos y hasta las puntas de los dedos (pausa); imagine las corrientes girando alrededor de los dedos y las manos y luego el regreso en un movi­miento ascendente (pausa), recorriendo los brazos y el cuello (pausa) hacia la parte superior de la cabeza. (Pausa.)

Sienta ahora que los músculos del cuello y el rostro gradualmente se calientan y relajan, mientras los reco­rren las corrientes imaginarias. (Pausa.) Imagine ahora que las corrientes fluyen hacia afuera desde la parte su­perior de su cabeza (pausa), dejando todo el cuerpo con una cómoda sensación de calor, (pausa) pesadez (pausa) y relajación (pausa). Sienta su cuerpo hundiéndose en la silla en la que está sentado.

Conforme vaya ganando experiencia, podrá entrar en el esta­do de relajación en alerta cada vez con más rapidez, sin necesitar a nadie que le lea las instrucciones. Sin embargo, para el día 15 basta simplemente con practicar la relajación profunda mientras mantiene un estado de alerta mental, utilizando todo el tiempo y ayuda necesarias para conseguir cómodamente ese estado. Una vez que haya entrado en el estado de relajación en alerta, man­téngalo durante veinte o treinta minutos antes de volver gradualmente a la conciencia plena de vigilia. Puede conseguirlo simple­mente con sacudir los dedos de las manos y los pies, concentrarse en el entorno inmediato y abrir los ojos.

Nota. Lea las instrucciones del día 16 antes de acostarse para que pueda prepararse de antemano. Cuando se esté durmiendo por la noche, practique de nuevo el ejercicio de relajación en alerta que aprendió du­rante el día. En ese estado de relajación en alerta afirme con tranquilidad su deseo de tener un sueño lúcido. Si se encontrara en medio de un sueño lúcido, practique las técnicas de tejido de sueños que aprendió en la Semana Segunda. Mañana por la mañana, tras recordar los sue­ños regístrelos en el diario.

 

EJERCICIO OPCIONAL

Empieza visitando un museo u otra sala de exhibición pública que despierte fuertes sensaciones y emociones positivas. El lugar que elijas puede serte familiar, pero no debe ser algún sitio que hayas utilizado para algún otro ejercicio del curso. Un museo de Historia Natural sería un lugar ideal para llevar a cabo esta fase del ejercicio, igual que algún museo de arte, jardín botánico o planetario.

Procura estar al menos dos o tres horas inmerso en el ambiente que has elegido. Disfruta con ello. Olvida cualquier cosa fuera de lo que concierne a ello y simplemente aprecia lo expuesto. Antes de irte, compra algún pequeño recuerdo o tarjeta que más tarde te ayude a recordar las sensacio­nes que tuviste cuando recorriste la exposición. Coloca estos objetos cerca de la cabecera de tu cama antes de acostarte a la noche.

Empieza practicando la siguiente fase de este ejercicio justo des­pués de irte a la cama. Cuando estés ya cabeceando, despeja tu mente y date permiso para tener un sueño lúcido en algún momento durante la noche. Puedes, por ejemplo, repetir la frase siguiente en tu mente: "Me doy permiso para tener una experiencia astrál."

No te digas que vas a intentar tener un sueño lúcido, ya que nosotros sólo intentamos cosas que creemos que podemos ser capaces de realizar. Simplemente, deja que tu mente consciente exprese tu conformidad a la idea de tener un sueño lúcido. Despeja tu mente de todos los demás pensa­mientos en el momento en que te des este permiso, y luego deja volar el pensamiento.

Piensa en cosas simples y positivas. Concéntrate en tener un viaje astrál en algún momento del futuro, cuando tu mente subconsciente decida que es apropiado para ti tenerla —esta noche o en algún otro momento en que tu ser interior se sienta listo para disfrutar esta experiencia. Tan pronto como hayas hecho esto, deja que tus pensamientos vuelen con recuerdos placenteros del tiempo que empleaste en recorrer la exhibi­ción que visitaste un poco antes.

Dependiendo de tu personal predisposición, esta técnica puede dirigirse a muchos tipos diferentes de sueños lúcidos espontáneos o hasta desdoblamientos. Por ejem­plo, puedes simplemente encontrarte sintiendo como si estuvieras levantado y fuera de la cama en un determinado momento de la noche, para luego mirar y darte cuenta de que tu cuerpo está todavía tumbado en la cama. A la inversa, puedes encontrarte a ti mismo teniendo un sueño vivido que gradual o repentinamente se transfor­ma en sueño lúcido. Si eres propenso a los sueños lúcidos, en los que eres consciente de tener un sueño mientras el sueño se desarrolla, puedes también intentar una variación de este ejercicio dándote permiso de tener un desdoblamiento en algún momento durante el curso de uno de estos sueños.

Si quieres, cuando te quedes dormido, puedes también darte permi­so para "regresar" mentalmente a la exhibición que recorriste un poco antes ese día.

Una vez hayas aprendido el ejercicio, cada noche antes de irte a dormir, date permiso para tener una experiencia en cuerpo astrál. Haz lo mismo cuando te levantes en un momento en medio de la noche. La técnica es tan simple que se puede practicar también durante la relajación activa, y con alguna de las otras técnicas de imaginación que has aprendido durante las dos semanas anteriores.

Nota.— Por favor, lee las instruccio­nes para el Día 16 antes de dormirte.

DIA 16

EJERCICIO OBLIGATORIO

En el día 16 daremos un paso más para conseguir ese estado de alta lucidez. La sesión de hoy deberá realizarla al menos tres horas antes de irse a dormir. Así será menos probable que caiga en un sueño inconsciente mientras sigue las instrucciones. Elija una habitación privada en la que pueda tumbarse y relajarse sin que le molesten, y donde, si es necesario, pueda quedarse dormi­do. En esa habitación deberá sintonizar un aparato de televisión a bajo volumen. Sería ideal que la televisión estuviera conectada a un vídeo, aunque esto no es absolutamente esencial.

Lo que sí es esencial es que la televisión o el vídeo den un pro­grama de dibujos animados o de la naturaleza durante al menos una hora. Por lo que se refiere a la selección del material del pro­grama, los dedicados a la naturaleza que da la televisión pública van muy bien para este ejercicio, pues se emiten sin interrupcio­nes para anuncios. Sin embargo, recomendamos especialmente que ponga un vídeo de dibujos animados u otros rasgos animados que sea rico en las imágenes surrealistas que suelen producirse en los sueños. Nuestro preferido para este ejercicio es cualquier aventura del encantador personaje Gumby.

Este personaje, hecho con plastilina o arcilla, vive en una rea­lidad totalmente surrealista y flexible, que a menudo consigue captar la calidad de los sueños. Gumby, el dueño de esta reali­dad, posee también la imaginación creativa que responde afirma­tivamente, con eficacia y con buen humor, a sus experiencias de calidad de sueño. Otros dibujos apropiados son Real Ghostbus-ters, Muppet Bables, The Smurfs y Fantasía. También le reco­mendamos Pee-wee's Playhouse.

Cuando haya elegido para este ejercicio un programa o vídeo apropiados, apague las luces y encienda la televisión a un volu­men bajo pero claramente audible. También es útil bajar el con­trol de brillo del aparato todo lo posible sin que desaparezca la imagen. Encuentre una posición cómoda para estar tumbado y ver la televisión sin forzar el cuello. Póngase cómodo y disfrute del programa durante al menos media hora. Imagínese existien­do en la realidad de los personajes que está observando, y absor­ba las imágenes todo lo posible.

Cuando hayan pasado aproximadamente treinta minutos, gire sobre la espalda, cierre los ojos y siga escuchando el sonido de fondo. Deje que su imaginación llene las imágenes de acuerdo con los sonidos que está escuchando. Mientras hace esto, tome una inspiración profunda, estire los músculos y relájese. Mien­tras sigue centrándose en los sonidos de fondo y en cualquier imagen que le ayuden a generar en su mente, imagine unas cáli­das corrientes de energía mental que ascienden muy lentamente desde las plantas de los pies hacia los tobillos. Entre entonces en un estado de relajación en alerta tal como lo hizo el día 15, aña­diendo el énfasis adicional que describimos ahora.

Conforme vaya estando más relajado, deje que sus pensa­mientos deriven en las imágenes mentales generadas por el pro­grama de televisión que ha estado viendo; esas imágenes pueden generarse por recuerdos del programa y por los sonidos que si­guen sonando como fondo. En poco tiempo, probablemente des­cubrirá que las imágenes adoptan una especie de vida espontánea propia, que tienen menos relación con los sonidos externos de la habitación que con la experiencia que está evolucionando interiormente. No intente forzar este proceso; más bien déjelo que emerja por sí solo. En la medida de lo posible, observe conscien­temente sus imágenes interiores sin perder la conciencia. Puede conseguirlo dirigiendo deliberadamente su atención hacia los so­nidos que proceden de la televisión siempre que se dé cuenta de que empieza a perder la conciencia. Mientras hace esto, dígase a sí mismo que está conscientemente alerta y observa el impacto que tienen esos sonidos sobre sus pensamientos.

A partir de ahora debe procurar no quedarse dormido mien­tras practica el ejercicio. Debe intentar, en cambio, mantener un estado profundo de relajación en alerta. Sin embargo, si pensara que accidentalmente pierde la conciencia mientras practica el ejercicio, no se preocupe. En el momento que note que recupera la conciencia, prosiga el ejercicio en donde lo dejó.

Al cabo de treinta o cuarenta y cinco minutos complete el ejercicio, concentrando gradualmente la atención en el sonido de televisión del fondo, y en su presencia física en el entorno inme­diato.

Antes de estar dispuesto a acostarse, pase algún tiempo vien­do el mismo tipo de programa de televisión que utilizó para la primera parte del ejercicio. Cuando vaya a dormirse, entre de nuevo en estado de relajación en alerta, pero esta vez con la tele­visión apagada. Cuando se encuentre en ese estado de relajación en alerta, afirme tranquilamente su deseo de tener un sueño lúci­do y quédese dormido.

Nota. Si se encontrara en medio de un sueño lúcido, practique las técnicas de tejido de sueño que aprendió en la Semana Segunda. Mañana por la ma­ñana recuerde los sueños y registre los resultados en el diario.

 

EJERCICIO OPCIONAL

Darte permiso para tener una experiencia en cuerpo astrál cuando te duermas puede tener un efecto particular cuando se combina con los ejercicios psicológicos adicionales, como el que sigue. Empieza este ejercicio como primera actividad de la mañana, mientras estás tumbado en la cama. Cuando empieces a despertarte, continúa tumbado en la cama con los ojos cerrados y no te muevas (si normalmente te despiertas con la ayuda de un despertador o los ladridos del perro del vecino, te sugerimos que tomes medidas más sutiles para hacerlo esta mañana, como usar un despertador de radio para despertarte con música suave).

Cuando te despiertes, tómate unos cuantos minutos para sentir tu cama debajo de ti; percibe los sonidos de la mañana y los olores de tu alrededor. Siente el agradable ambiente emocional que te hace saber que estás despertando en un ambiente familiar. Respira profundamente y abre los ojos. Luego tómate unos minutos para observar la habita­ción antes de levantarte y empezar el día.

Para la siguiente parte de este ejercicio, elige un sitio inusual para pasar la noche: el sofá del cuarto de estar, la bañera o el suelo de la cocina. Para que sea una novedad aún mayor, intenta dormir en casa de un amigo o en una habitación de motel esa noche. Luego, cuando te sientas a punto de caer dormido o de despertarte en este sitio inusual, imagina que estás tumbado medio despierto en tu propia cama, experi­mentando todas las sensaciones que asocias con estar allí.

Una vez hayas aprendido este ejercicio, puedes practicarlo en algún momento en que te encuentres a punto de dormirte o de despertarte en un ambiente extraño. Si estás a punto de empezar las vacaciones mien­tras realizas el curso, éste es un ejercicio particu­larmente bueno para practicar en el transcurso de tu viaje. Recuerda, "No hay sitio como el hogar", como diría Dorothy.

Como podrás imaginar, este mismo ejercicio puede practicarse al revés —imaginando que te quedas dormido o te despiertas en algún otro lugar mientras estás realmente tumbado en tu propia cama en casa—. Sé creativo. No imagines sólo que estás durmiendo en una habitación familiar como el vestíbulo. ¿Cómo te situarías en un ambiente no familiar como una habitación del Hotel Plaza de Nueva York o el césped de la Casa Blanca o el fondo del Gran Cañón?

Imaginarte durmiendo o despertando en un ambiente diferente puede ser un método eficaz para provocar experiencias en cuerpo astrál. Este método puede incluso ser más efectivo cuando se combina con la técnica de darte permiso en el momento de dormirte.

DIA 17

EJERCICIO OPCIONAL

En el día 17 aprenderá a entrar en un estado de sueño de alta lucidez. Nos referimos con ese término al estado de lucidez aguda en el sueño que se produce cuando pasa directamente desde el estado consciente al sueño.

Para lograr la alta lucidez, debe llevar algo más lejos los ejer­cicios de los dos días anteriores. Su objetivo es generar lo que se conoce como imaginación hipnagógica, las imágenes mentales vivas y conscientes que emergen mientras está suspendido entre la vigilia y el sueño. Siguiendo nuestras instrucciones, podrá ge­nerar imágenes hipnagógicas y seguirlas hasta tener auténticos sueños lúcidos sin perder nunca la conciencia. El resultado es el estado de alta lucidez, que le permitirá tener un mayor control sobre los sueños lúcidos.

Comience la sesión de hoy una hora antes de la que se acuesta normalmente. Eso le permitirá realizar el ejercicio completa­mente y después seguirlo directamente hasta el momento de dor­mirse. Como en otras ocasiones, practíquelo en una habitación privada en la que pueda relajarse y después dormirse sin que nadie le moleste. Prepare también un programa de televisión o vídeo apropiados, con bajo volumen y brillo, para verlo durante al menos una hora. Asegúrese de que los episodios de hoy son di­ferentes de los del día anterior. Le recomendamos también que, si es posible, disponga que el aparato se apague una vez que se haya dormido. Si está utilizando un vídeo se apagará automática­mente al final de la cinta. Si está viendo un aparato de televisión sin vídeo, puede conectarlo a un cronómetro separado que lo apague automáticamente. O puede pedirle a alguien que entre sin hacer ruido en la habitación y apague el aparato a una hora previamente fijada.

Cuando haya preparado todo lo anterior, túmbese de espal­das y absorba las imágenes que ha seleccionado. Al cabo de treinta minutos, dése la vuelta y cierre los ojos. Siga escuchando el programa de fondo mientras pone las imágenes que usted crea mentalmente. Mientras lo hace, entre gradualmente en un esta­do de relajación en alerta.

Conforme se va quedando más relajado, concéntrese en las imágenes de su mente haciendo todo lo posible para mantener la conciencia. Procure que las imágenes sean tan espontáneas como pueda, utilizando el sonido que le llega de la televisión como ayuda para generar imágenes nuevas conforme van desapare­ciendo las anteriores. En la medida de lo posible, procure que esas imágenes se mezclen e interactúen entre ellas y cobren vida propia. Mientras prosigue el ejercicio, estas imágenes deben ser de una naturaleza cada vez más espontánea o hipnagógica. Siem­pre que sienta que pierde la conciencia, concentre la atención más intensamente en el sonido de la televisión y dígase a sí mismo: Estoy entrando en un sueño. Recuerde que cuanto más espontáneas y vitales sean sus imágenes mentales, más probabili­dades tendrá de pasar directamente a un sueño sin perder la con­ciencia.

Nota. Debe saber que no se trata de un pro­ceso simple. Según nuestra experiencia, la mayoría de las personas que logran este estado de alta lucidez lo hacen con una práctica continuada. Aunque no consiga pasar inmediatamente a la lucidez del sueño desde un es­tado de vigilia, basta de momento con aprender y practi­car la técnica básica. Si por cualquier factor consigue esta misma noche un estado de alta lucidez, le aconsejamos que presencie pasivamente el sueño sin intentar influir en él en modo alguno. No se pueden controlar demasiadas cosas de una sola vez.

Nota. Como sucede con la mayoría de los sueños lúcidos básicos, podrá pasar a los sueños de alta lucidez desde el estado semiconsciente en el que se en­cuentra durante las primeras horas de la mañana. Para adaptar esta técnica de alta lucidez, concéntrese en cual­quier imagen mental residual de los sueños anteriores. La práctica le permitirá luego retroceder hacia los sueños manteniendo al mismo tiempo un estado consciente.

Nota. Como de costumbre, practique el re­cuerdo de los sueños por la mañana, registrando inme­diatamente los resultados en el diario.

 

EJERCICIO OPCIONAL

Las experiencias extracorpóreas pueden tomar las dimensiones que tú quieras darle, y una de las formas más efectivas para regular tu esta­do mental es a través de la música. De hecho, para mucha gente, escu­char una composición musical vibrante emocionalmente puede ser la forma más segura de llegar a tener una experiencia en cuerpo astrál.

Ya que la moderna tecnología ha hecho transportable a la música, puedes disponer de una banda sonora elegida personalmente para cual­quier tipo de experiencia interna que puedes sentir o tener, no importa dónde suceda o en qué momento. Todo lo que necesitas es una radio estéreo, casete o tocadiscos, un par de audífonos y música apropiada para el momento apropiado.

Para el propósito de provocar experiencias en cuerpo astrál, te recomendamos composicio­nes clásicas elevadas, inspiradas y fuertes como el Mesías de Handel, la Misa Solemne de Beethoven, la música funeraria masónica de Mozart o Gran Réquiem en C, Gloría de Vivaldi, el Réquiem de Brahms o la Fuga en G para órgano de Bach. Si prefieres, puedes utilizar música soul o jazz moderno, grabaciones de artistas como Sade o Tangerine Dream. Puedes también optar por música electrónica como la de Kitaro o Vangelis. La música popular con toques de lirismo puede ser perturba­dora, aunque, si te emociona, puedes utilizar ese tipo de música cuando tú quieras. Nuestros propios gustos en esta materia se inclinan en su mayor parte por la llamada música "New Age", que consideramos la más adecuada para provocar el sueño que favorece a las experiencias en cuerpo astrál, También diremos que desaconsejamos el uso de la música de rock duro, que mucha gente encontraría demasiado agresiva emocionalmente para ayu­dar a mantener un estado relajado y de meditación.

Instrucción de vuelo.— Antes de empezar, nece­sitarás elegir y preparar la música para el día 17.

Como realizarás este ejercicio dos veces en el trans­curso del día, elegirás dos diferentes temas, cada uno que refleje un diferente estado de ánimo. Cuando hagas tus grabaciones, debes estar seguro de que cada tema seleccionado dure al menos una hora; obviamente, esto puede requerir que grabes un sin­gle iras otro hasta que la grabación ocupe dicha canti­dad de tiempo.

En el Día 17 practicarás la relajación activa en una ubicación inu­sual. También utilizarás distintas clases de música vanguardista. Tu fin: explorar los caminos en que estos factores influyen en las caracte­rísticas de tu experiencia interior.

Empieza por seleccionar un apartado, pero seguro, lugar que sea diferente a la confortable silla en que normalmente practicas la relaja­ción activa. Inténtalo en la escalera de incendios, fuera de la ventana de tu apartamento, el patio trasero, el asiento delantero de tu coche, apareado en la playa, o en un banco en una iglesia de pueblo. Si te pone nervioso el estar solo, lleva contigo a un amigo de confianza que no tenga inconveniente en aguardar a distancia mientras te vigila y te deja el tiempo necesario para realizar al completo este ejercicio.

Cuando llegues a tu sitio elegido, tómate unos minutos para encon­trar una zona donde estés seguro, cómodo y no seas molestado. Pon la música, sitúala en un nivel de audición agradable, cierra los ojos y empieza a entrar en un estado de relajación activa.

Cuando te encuentres relajado, imagina que estás tumbado en tu silla favorita, donde has practicado ya antes relajación activa. Deja que esta sensación vaya y venga sin forzarla. Cuando te sientas profunda­mente relajado, imagina que ves tu rostro observándote desde arriba. Escucha la música sonando al fondo y déjate volar entre las sensacio­nes y las emociones que ella te estimula. Imagina que puedes sentirte flotando unas cuantas pulgadas por encima de tu cuerpo.

Deja que el impacto de estas imágenes y sensaciones te envuelvan en el transcurso de la hora siguiente. Por ejemplo, imagínate aleján­dote en el aire por encima de tu cuerpo. Observa el entorno circun­dante como estructuras musicales. Percibe cómo tus propios senti­mientos e imágenes mentales están influidos por el ambiente y la música. Finalmente, cuando la música se acerque a su fin, vuelve a ti de forma gradual, al estado de conciencia despierta y activa. Luego emplea al menos veinte minutos relajándote en este lugar elegido antes de dejarlo.

Nota.— Tómate un descanso de tres horas.

Más tarde, después de llegar a casa, pon el segundo tema que has grabado y repite el ejercicio en el confort de tu silla. Percibe qué sen­saciones e imágenes provoca la música con su poder, incluso cuando estás en un entorno cotidiano.

Mientras practicas este ejercicio en casa, también puedes experi­mentar escuchando el mismo tema musical que utilizaste antes para el primer ejercicio. Puedes encontrar que la música te lleva mental­mente a imágenes del lugar donde practicaste el anterior ejercicio. Puedes también encontrar que la música genera emociones similares a las que experimentaste en ese momento. Puedes incluso descubrir que la música ayuda a profundizar en la experiencia que tuviste antes.

DIA 18

EJERCICIO OBLIGATORIO

El día 18 seguirá explorando su potencial para la alta lucidez. Aprenderá también una versión avanzada de la técnica de tejido de sueños que le presentamos en el día 13.

Para empezar, elija un nuevo programa de vídeo o televisión que deberá ver al menos durante una hora. Empiece este ejerci­cio una hora antes de acostarse y utilice una habitación en la que pueda seguirlo para pasar luego directamente a una noche de sueño sin que nadie le interrumpa. Vea el programa que ha elegi­do durante unos treinta minutos, absorbiendo las imágenes y dis­frutando de ellas. Después dése la vuelta, cierre los ojos y entre en un estado de relajación en alerta mientras se concentra en los sonidos de fondo de la televisión.

Conforme vaya estando más relajado, concédase permiso para tener un sueño lúcido. Tal como hizo antes, concéntrese en permanecer alerta mientras las imágenes de su mente se vuelven cada vez más espontáneas, adoptando finalmente una naturaleza hipnagógica. Haga todo lo posible para pasar directa y conscien­temente desde estas imágenes hasta un sueño lúcido.

En cuanto se dé cuenta de que está teniendo un sueño lúcido, estudie el escenario inmediato del sueño. Recuerde que cada de­talle del sueño es el producto de su creatividad inconsciente, re­cuerdos e imaginación. Ciertamente, no sólo ha creado los aspec­tos más generales del escenario del sueño, sino también los detalles más mínimos y específicos, desde el diseño arquitectóni­co de un edificio particular al número de libros que hay en la li­brería.

Mientras observa su sueño lúcido, preste especial atención al clima. Es muy posible que en este sueño, como en la mayoría de ellos, el clima sea algo que de ordinario dé por supuesto. Sin em­bargo, considere que el clima de su sueño expresa con seguridad algo simbólico sobre su presente estado mental.

Ahora que ha prestado atención al clima, concentre todas sus energías en cambiarlo deliberadamente. Si está experimentando una tarde de verano de Los Ángeles, por ejemplo, concéntrese en ver nieve. Si está perdido en sus sueños en medio de algún de­sierto, considere la posibilidad de conjurar una fuerte lluvia. In­cluso si el sueño tiene lugar dentro de una casa, no hay más lími­tes que los de su imaginación, tal como diría Rod Serling, y nada le impide crear una tormenta dentro de sus paredes. Incluso si su sueño tiene lugar bajo el agua, puede decidir que se produzca una suave brisa primaveral.

Mientras altera deliberadamente el clima del sueño lúcido, observe que este nuevo tiempo refleja su estado de ánimo subya­cente y al mismo tiempo influye en él. Aprendiendo a influir conscientemente en el clima de sus sueños, habrá dado un impor­tante paso para diseñar aspectos más amplios de los escenarios de sus sueños. También habrá aprendido un método simple para valorar, en términos simbólicos, la atmósfera subyacente de su propio estado psicológico. Posiblemente, lo más importante es que puede utilizar esta técnica como un medio de influir delibe­radamente en su estado mental mientras está en un sueño. Puede conjurar una tormenta, expresando así la cólera, o tranquilizarse creando una lluvia suave. Incluso puede estimular su potencial autocurativo viéndose a sí mismo absorber los rayos del sol, o hacer desaparecer una fiebre en un volcán activo.

Nota. En cuanto despierte por la mañana, registre los sueños en el diario, prestando especial aten­ción al clima del sueño. Tome especialmente nota de la relación entre el clima de sus sueños y su estado de ánimo. Convierta este informe sobre el clima en una parte especial de las anotaciones de su diario durante el resto del curso.

Nota. Recuerde que las técnicas de tejido de sueños necesitan práctica y que al principio pueden precipitar el final de un sueño determinado. Si sucede tal cosa, siga cambiando el clima del sueño en su imagina­ción semiconsciente. Al mismo tiempo, practique la vuel­ta atrás hacia un sueño lúcido o muy lúcido.

 

EJERCICIO OPCIONAL

En el Día 18, combinarás varias de las técnicas aprendidas en ante­riores ejercicios y practicarás éstas en una ubicación especial que con­duzca a una experiencia en cuerpo astrál —en el entorno relajante de una bañera caliente o una "Jacuzzi."

En la medida de lo posible, te recomendamos encarecidamente que utilices un "Jacuzzi" para este ejercicio, ya que la temperatura puede regularse fácilmente y mantenerse, y los continuos sonidos de la corriente y las sensaciones que producen los surtidores de agua son particularmente convenientes para los ejercicios del curso. Muchas sociedades tienen lugares públicos en los que es posible alqui­lar una habitación privada con una sauna y un "Jacuzzi", con unos pre­cios establecidos según la cantidad de tiempo. Te recomendamos utili­zar un sitio privado para este ejercicio; las bañeras ubicadas en tu gim­nasio o balneario pueden interrumpir el ritmo del ejercicio. Si te es imposible el acceso a un sitio privado, tu propia bañera de casa es una alternativa aceptable. Deja que el grifo mane lentamente para conser­var el agua caliente y que fluya a tu alrededor. (Puede que necesites adaptar el tapón para evitar que desborde.)

Como entrarás en un estado de profunda relajación mientras practi­cas este ejercicio, te recomendamos que pidas a un amigo de confianza que permanezca contigo para garantizar que no te fatigues o te duer­mas en la bañera mientras sigues las instrucciones. Es muy importante que no realices este ejercicio solo. (Puedes llevar un traje de baño mientras llevas a cabo el ejercicio, si lo haces te sentirás más cómodo). Para evitar que te electrocutes, tu amigo debe también manejar el case­te. Utilizarás la misma música que utilizaste el Día 17.

Empieza sentándote en la bañera con el agua a temperatura mode­rada. (Que la temperatura no sea demasiado elevada, ya que permane­cerás en el agua al menos treinta minutos.) Métete, estírate y ponte cómodo. Coloca tu cuerpo de forma que te permita relajarte completa­mente sin que te escurras en el agua. Si estás en un "Jacuzzi", regula los grifos y siéntate entre ellos para poder sentir su vibración sin que caigan directamente sobre tu cuerpo.

Que tu amigo ponga la música mientras cierras los ojos y entras progresivamente en un estado de relajación activa. Utiliza las vibraciones del agua caliente para ayudarte a imaginar las corrientes cálidas moviéndose lentamente por todo tu cuerpo y relajando cada uno de tus músculos. Luego, antes de empezar, que tu amigo lea lentamente las instrucciones siguientes, haciendo momentáneas pausas cuando se indique.

Recuerda sutilmente, casi como un pensamiento momentáneo, que estás dispuesto a tener una experien­cia extracorpórea. No te precipites, deja que tu mismo percibas el pensamiento y rápidamente lo dejes ir mien­tras continúas la relajación. (Pausa.)

Según te vayas relajando más y más, deja a tus pen­samientos deslizarse entre los sonidos del agua caliente fluyendo a tu alrededor y la música sonando al fondo. Imagina que tu cuerpo se extiende y va haciéndose más grande. (Pausa.) Imagina que tu cuerpo se funde con el agua que te rodea hasta que no hay distinción alguna entre tú y el agua caliente. (Pausa.) Imagina que tu ros­tro te observa desde fuera. (Pausa.) Siente cómo tu con­ciencia se vuelve más y más ligera mientras tu cuerpo físico se hace más y más pesado y está más y más rela­jado.

Respira profundamente; huele la humedad y siente el olor en el aire a tu alrededor. Luego respira de nuevo profundamente e imagínate experimentando estos mis­mos olores y sensaciones en cualquier otro sitio.

No intentes prefijar una ubicación determinada en la que concentrar tu conciencia. Deja en cambio que las sensaciones despertadas por la música y el agua te sugieran un lugar de tus recuerdos y pensamientos inconscientes más profundos. Deja que las imágenes y las sensaciones a cerca de ese lugar surjan por sí mis­mas. Imagina que todas las sensaciones que estás expe­rimentando en este momento están sucediendo en el lugar que ha surgido de tu mente inconsciente. (Pausa.)

Ahora deja que tu cuerpo se hunda rápidamente rela­jándose en el agua, mientras dejas a tus pensamientos vagar entre las imágenes y sensaciones del otro lugar.

Tómate al menos veinte minutos para disfrutar de esta experiencia interior.

El lector y el practicante guardarán ahora silencio durante veinte minutos. Cuando acabe este tiempo, el lector recitará la instruc­ción siguiente:

Ahora concentra tu atención de forma gradual en tu cuerpo y regresa al estado de conciencia activa y des­pierta.

Nota.— Aclárate con agua fría o templada inmediatamente después de este ejercicio. Luego túmbate y descansa al menos media o una hora antes de levantarte e inicia alguna de tus actividades normales.

DIA 19

EJERCICIO OBLIGATORIO

El día 19 seguirá practicando las habilidades necesarias para la alta Lucidez. También irá ganando mayor control sobre los de­talles de sus sueños lúcidos.

Ahora estará dispuesto a generar imágenes hipnagógicas pro­pias sin la ayuda de un aparato de televisión. Empiece, por tanto, el día 19 tumbándose de espaldas en la cama y entrando en un es­tado de relajación en alerta. Como también en este caso pasará directamente desde el ejercicio a una noche de sueño, deberá empezarlo aproximadamente una hora antes de acostarse. Esta vez, en lugar de concentrarse en el programa de fondo de la tele­visión, concentre la atención en las imágenes hipnagógicas que sur jen cuando se va quedando dormido.

En la mayoría de los casos, estas imágenes emergerán espon­táneamente, sin ninguna ayuda consciente. Si eso no empieza a producirse al poco tiempo de haber cerrado los ojos, puede ayu­dar al proceso recordando fragmentos de memoria de experien­cias que haya tenido a lo largo del día. Piense en alguna de las cosas interesantes que encontró durante el día, e imagínelas in-teractuando en su mente de una manera surrealista. Por ejemplo, puede imaginar que el ala de pollo que tomó como almuerzo tiene boca y ojos e inicia una conversación con la radio del coche.

Conforme se vaya sintiendo más relajado, concédase permiso para tener un sueño lúcido. Después, manténgase alerta mien­tras observa las imágenes hipnagógicas de su mente, haciendo todo lo posible por seguirlas directa y conscientemente hasta convertirlas en un sueño lúcido. Recuerde que si pierde la con­ciencia antes de entrar en un sueño puede seguir todavía las ins­trucciones en cuanto sea consciente de que está soñando. Tam­bién puede «caer hacia atrás», hacia un sueño lúcido o muy lúcido, nada más despertar.

Una vez que se encuentre en un sueño lúcido, observe el en­torno inmediato, tomando nota particularmente del clima. Luego, imagine un lugar totalmente diferente del representado en su sueño. Por ejemplo, si el sueño se abre sobre la calle de una ciudad, puede imaginar un claro en el bosque. Si el sueño sucede en la cumbre de un monte tibetano, puede conjurar la imagen del Puente de Brooklyn.

Cuando haya pensado en un lugar conveniente, concéntrese en transformar el escenario original de su sueño en el nuevo en­torno. Esta vez, en lugar de girar el cuerpo del sueño para con­vertir el entorno del sueño actual en algo borroso y cambiante, cierre los ojos mientras se concentra en el nuevo lugar. Con la práctica, será capaz de disolver a voluntad el escenario del sueño original haciendo aparecer en su lugar el nuevo escenario.

Siga practicando este ejercicio hasta que haya conseguido ex­perimentar por lo menos un cambio reconocible en su entorno del sueño lúcido con la simple expresión de un deseo libre y cons­ciente. Observe entonces las condiciones climáticas predominan­tes en el nuevo entorno del sueño y practique el ejercicio que aprendió el día 18 para cambiar conscientemente el clima de un sueño.

Nota. Si despierta nada más haber cam­biado el escenario del sueño, prosiga el ejercicio con la imaginación semiconsciente.

Nota. Acuérdese de registrar los sueños en el diario, tomando nota especial de los cambios de clima y lugar que se producen dentro del sueño. Piense en el posible significado simbólico y psicológico de los escenarios de sus sueños, registrando también dichos significados.

 

EJERCICIO OPCIONAL

En el Día 19 llegarás a ser más adepto que nunca a concentrarte en lugares lejanos. Una vez más, combinarás varias técnicas aprendidas en anteriores ejercicios y practicarás éstas en un ambiente acuático cálido y relajante. Como en el ejercicio del día anterior, empezarás practicando la relajación activa en una bañera o "Jacuzzi". Te pedimos de nuevo que invites a un amigo de confianza a vigilarte y ayudarte con algún detalle de este ejercicio.

Antes de empezar, piensa en un sitio familiar de tu pasado en el que te gustaría concentrarte para este ejercicio. El lugar puede ser una habitación en casa de tus padres, el dormitorio de tu antiguo colegio o algún sitio que conozcas bastante bien, tanto como para que te ofrezca una intensa experiencia interior.

Nota.— Mucha gente preferirá con­centrarse en un jardín de infancia. Sin embargo, si tie nes sentimientos sin resolver acerca de tu niñez, te reco­mendamos que lo consultes con tu terapeuta o te prepa­res para afrontar las emociones perturbadoras que seguramente te sugerirá. Si tienes dudas acerca de tu habilidad para controlar una experiencia así, simplemente concéntrate en un lugar más agradable, pero igual de intenso en sensaciones psicológicas, como una playa favorita donde alguna vez hayas vivido una fiesta maravillosa, o una bella catedral donde sintieras una profunda sensación de paz interior.

Ahora, piensa en qué recuerdas del lugar que tienes en la mente. Por ejemplo, si tu lugar es la casa donde creciste, ¿qué clase de música escucharías allí? Si es el edificio donde trabajas, ¿qué música suena por los altavoces? Si no asocias un tipo de música particular a tu lugar, qué clase de música es emocionalmente compatible con él? Cuando decidas una música apropiada, haz una grabación de cuarenta y cinco minutos con ella.

Una vez tus arreglos musicales estén preparados, el ejercicio puede comenzar. Si es posible, regresa al lugar donde practicaste el ejercicio del Día 18. Empieza regulando la temperatura del agua a un nivel moderadamente caliente, que resulte agradable. Recuerda colocarte de forma que puedas relajarte profundamente sin escurrirte dentro del agua. Con la música sonando al fondo, cierra los ojos y utiliza el agua caliente vibrante para ayudarte a imaginar corrientes cálidas movién­dose por tu cuerpo y relajando todos tus músculos. Ahora ya podrás darte cuenta de que entrar en un estado de relajación activa se va haciendo cada vez más fácil, y que te lleva menos tiempo que al prin­cipio conseguir relajarte profundamente. Como hiciste en el día ante­rior, dite a ti mismo que estás dispuesto a tener una experiencia en cuerpo astrál; luego, deja que tu pensamiento vuele y lo olvide. Imagina la fuerza de tu cuerpo mezclándose con la fuerza del agua en movimiento.

Cuando consigas llegar a este estado, tu compañero empezará a leer en voz alta las instrucciones siguientes, sustituyendo al nombre del lugar que hayas escogido cuando sea posible.

Imagina que estás en el lugar que has elegido. Imagínate sentado o de pie, experimentando la energía de todos tus sentidos. (Pausa.) ¿Cómo huele aquella zona? (Pausa.) ¿Hay algo especial que te haya sucedido allí? (Pausa.) Déjate llevar explorando todos tus senti­mientos y emociones acerca del lugar, (Pausa.) ¿Qué te hace feliz? (Pausa.) ¿Triste? (Pausa.)

¿Qué gente hay allí? (Pausa.) ¿Qué sientes por este lugar desde tu perspectiva actual? (Pausa.) Piensa en el sitio en que te has estado concentrando, no como lo recuerdas, sino exactamente como lo miras y sientes en este momento, dejando que surja gradualmente todo el caudal de emociones y sensaciones. (Pausa.)

Ahora explora el lugar desde perspectivas distintas y sorprendentes. (Pausa.) Si te estás concentrando en una habitación, por ejemplo, permítete explorarla desde arri­ba, cerca del techo, (Pausa.) Imagínate sentado en dife­rentes posiciones para lograr distintos puntos de vista. (Pausa.) Imagínate de espaldas, en el suelo, observando. (Pausa.) Luego explora la habitación en la que has esta­do concentrándote desde la habitación de al lado. (Pausa.) Poco a poco, muévete de un sitio a otro por los alrededores, explorando cada posición desde continuos cambios de perspectiva. (Pausa.)

Relájate en el agua, sumergiéndote en el lugar en el que te has estado concentrando. Deja que surjan sensa­ciones que vuelen por tu conciencia sin analizarlas ni controlarlas. Observa tus imágenes interiores como si fueran escenas de una película. Tienes veinte minutos, yo te haré saber cuándo acaba el tiempo. Pero intenta recordar, estás a cargo de tu propia experiencia. Si empiezas a sentirte incómodo, armoniza los sonidos y las sensaciones de tu cuerpo tumbado en el agua. Para hacerlo, desviarás inmediatamente tu foco de atención a tu perspectiva familiar y a la realidad.

El lector y el practicante guardarán ahora silencio durante veinte minutos. Cuando pase este tiempo, el lector leerá las instruccio­nes siguientes:

Ahora concéntrate de forma gradual en tu cuerpo y regresa a la conciencia activa y despierta.

Nota.— Aclárate con agua fría o templada inmediatamente o una hora antes de volver a tus actividades diarias.

 

DIA 20

EJERCICIO OBLIGATORIO

En el día 20 ganará una comprensión más profunda de los personajes que pueblan sus sueños. Acuérdese de que al final de la Semana Primera aprendió a hacer preguntas a los enemigos de los sueños, obteniendo así conocimiento de algunos de los demo­nios que acosan su mente inconsciente. Esta noche cambiará deliberadamente de papeles con los personajes de los sueños para tener una percepción todavía más directa del significado de su presencia.

Empiece entrando en estado de alta lucidez partiendo de la conciencia de vigilia. Si no lo consigue induzca un sueño lúcido durante la noche con las técnicas aprendidas en la Semana Se­gunda.

Esta vez, cuando se encuentre en un sueño lúcido o muy lúci­do, preste particular atención a los personajes que puede encon­trar. Si estuviera solo al principio del sueño lúcido dé un paseo, nade o vuele hasta que encuentre alguna otra forma de vida. Con independencia de cuál sea la apariencia de esa forma, ya se trate de las Mujeres Maravillas, del Gato Cheshire o de Blob, no cabe duda de que su presencia es una función de sus procesos creativos inconscientes. Como ya hace tiempo que han señalado los inves­tigadores del sueño, cada personaje que se presenta en ellos —incluso los que ocupan el papel de figuras familiares de su vida cotidiana— expresa algún aspecto de su ser interior. Dicho de modo simple, usted representa el papel de cada personaje de sus sueños. Por tanto, está a su alcance cambiar conscientemente las perspectivas de cualquier personaje del sueño.

Para el ejercicio de esta noche, elija un personaje de sueño lúcido interesante e imagine cómo puede ser la experiencia de su sueño desde la perspectiva de ese personaje. Imagínese a sí mismo cambiando de lugar con ese personaje y mirando hacia atrás, al personaje que interpretaba anteriormente en su sueño. ¿Qué le diría el nuevo personaje al antiguo sobre el escenario que están experimentando? ¿Cómo cambian sus sentimientos sobre sí mismo y el sueño cuando toma el punto de vista de otro personaje?

Siga practicando este ejercicio hasta que haya conseguido ex­perimentar al menos una inversión de papel en el curso de su sueño lúcido. Entonces podrá practicar conscientemente el cam­bio de perspectivas y adoptar el papel de personajes adicionales del sueño, o simplemente optar por completar el sueño desde la perspectiva del personaje nuevo. Incluso puede decidir regresar a su personaje original, controlando las percepciones que pueda haber ganado de su experiencia de cambio de papel.

Nota. Si siente que despierta en mitad de este ejercicio, complete al menos una inversión de papel en su imaginación semiconsciente. Luego, si le es posi­ble, vuelva atrás hasta el sueño lúcido o muy lúcido.

Nota. Registre en su diario los sueños de inversión de papel, tomando nota especialmente de las percepciones que puede haber obtenido al cambiar de lugar con los diversos personajes del sueño. Registre también todos los otros sueños, ya sean ordinarios, lúci­dos o muy lúcidos.

 

EJERCICIO OPCIONAL

Repíta el ejercicio del dia anterior.

DIA 21

En el día 21 del Curso, recomendamos otra noche de «sueño libre», que como recordará es un sueño en el que no trata de influir deliberadamente en el contenido de los sueños, ni de inducir conscientemente la lucidez. Esta noche dará a su mente la posibilidad de expresarse libremente tomán­dose un descanso de los ejercicios de sueño más conscientemente estructurados que ha practicado en las últimas dos semanas.

Si espontáneamente entrara en sueño lúcido en algún punto de la noche relájese y disfrútelo, valorando los cambios subjeti­vos que pueden haberse producido en la calidad e intensidad de sus sueños durante las tres últimas semanas.

Nota. Como de costumbre, cuando des­pierte por la mañana registre sus sueños en el diario.

¿Qué le parece celebrarlo con un desayuno especial? Acaba de completar la Semana Tercera del Curso.