Mejor momento para el ritual:  Día lunes, luna creciente.

Elementos necesarios:  Una piedra pesada y resistente (una roca, por ejemplo), incienso de canela.

Trabaje en su círculo mágico. Siéntese en el piso, en posición de loto. Encienda el incienso y tome la piedra en su mano derecha. Cierre los ojos y sostenga la piedra contra su frente. Deje que el perfume del incienso influya sobre usted. Relájese. Siempre sosteniendo la piedra contra su frente, comience a visualizar. Imagine que el poder de la roca (o de la piedra que haya elegido), va penetrando en usted. Ya no se ofrecerá como un blanco fácil a la descarga energética de quienes le desean el mal. Usted es su propio escudo protector.

Su poder es tan grande, que lo negativo choca y se desvía. Diga: “Soy fuerte como esta piedra, el mal retrocede ante mi sola presencia y se aleja para siempre. Así sea”.

Deshaga el círculo y arroje los restos del conjuro a un curso de agua.

Muchos besitos y que la fuerza de la Magia siempre os acompañe...