SOBRE LA MAGIA

Magia es el arte de operar con las fuerzas invisibles de la Naturaleza

Mago es aquel capaz de prestidigitar los cuatro elementos de los cuerpos.

Mago blanco es aquel que trabaja a fin de ganarse la confianza, ante los poderes que son y probar, con la pureza de su vida y la sinceridad de sus motivos, que se les puede confiar el gran secreto.

Mago negro es aquel que busca obtener dominio sobre los poderes espirituales más por la fuerza que por merecimiento. En otras palabras: es aquel que trata de tomar por asalto los portales del cielo, que anda tras el poder espiritual y el dominio oculto con intenciones inconfesadas.

Magia negra es el uso de poderes espirituales para satisfacer inclinaciones animales o egoístas.

Magia blanca es el uso correcto, objetivo y consciente de los poderes espirituales.

Constantemente debemos examinar y vigilar nuestra vida diario, porque nadie está nunca en lugar seguro. Cuando mayor sea el poder y la luz de que se dispone, mayores serán las tentaciones de abusar de ellos o de emplearlos con fines egoístas. También ha de saberse que cuanto mayor sea el conocimiento, más grande es el castigo por abusar de él. El pecado que es perdonable en el niño es imperdonable en el hombre.

La finalidad que se proponga es la clave para el problema de la magia. Aún el más grande de los magos blancos podría transformarse en un degenerado si sus motivos, por un solo instante, fuesen indignos. El mago blanco está al servicio de la humanidad; el mago negro solo aspira a servirse a si mismo.

La oscuridad que fue la causa de la inmersión de la Atlántida cuando el hombre esclavizó a los espíritus de los elementos y los obligó a cumplir sus mandatos, todavía perdura.

La magia negra de la edad media, con sus hechicerías y orgías, no ha muerto; tan sólo su forma ha variado, como cambian otras formas en la Naturaleza. Se han encarnado en nuestra época con toda su furia y todo su poder, y está carcomiendo, como ayer, el corazón mismo de la nuestra civilización, y si continúa así terminará por derrumbar y aniquilar nuestra raza.

Todos los ocultistas saben que la fuente de vitalidad en el universo es única, y que es emanación de logros universales. Este poder único solo produce diferenciaciones al llegar al nivel de los mundos más densos, en los cuales se va degradando de acuerdo con sus rangos propios de frecuencia vibratoria.

Ambos magos, el blanco y el negro, extraen su fuerza de la misma gran corriente que fluye eternamente desde el centro del Ser-Causa y se difunde a lo largo de radios de circunferencia. La diferencia entre la magia blanca y la negra radica no en la fuerza utilizada, sino en la manera como se obtiene y como se emplea.

NO experimentéis. En el terreno espiritual la mera experimentación es a menudo fatal, y muchos son los estudiantes que han ido a parar prematuramente a la tumba o a los asilos de enfermos metales, o bien que han quedado obsesionados durante sus indebidos ensayos. Apartaos del fenomenalismo; para e verdadero estudiante nada valedero hay en él. El estudiante sincero no busca la salvación por los ojos, sino por el alma. El fenomenalismo no requiere la participación del aspecto superior del ser, sino que, a lo sumo, solo sirve para satisfacer la mera curiosidad. Hoy como ayer, será rara la vez que se pida la salvación del alma, mientras que lo usual es que reclame la realización de milagros.

¿Nunca habéis experimentado la sensación de que alguien a quien os habéis encontrado tiene algo de maligno? ¿Nunca habéis sentido una extraña repulsión por alguien? eso se debe a los elementales y formas mentales que pueblan el aura de la persona en cuestión; si vuestra intención no es pura, al introducirlos en el campo de la magia atraeréis dichas entidades y se os adherirán como sanguijuelas.