Ritual de proteccion con sal...

Estamos quizas ante una de las practicas populares y mas conocidas que tiene como objetivo alejarnos del mal de ojo o cuanto menos protegernos de él. La singularidad de esta practica es que sirviendo para el hogar nos puede ayudar tambien en otras dependencias. Hay dos formas de realizar este ritual, una usando simplemente sal marina y otra generando un sortilegio protector. Dado que ambas son interesantes y faciles procederemos a detallarlas.

 

1- CIRCULO PROTECTOR CON SAL...

Este sistema nos permite proteger tanto una casa como una persona, incluso a distancia.
Para efectuar el ritual debemos adquirir sal marina y, o bien rodear con ella la fotografia de una persona, o depositarla en un platito bajo la cama en que duerme quien deseamos proteger, o, como tercera opcion, podemos trazar un círculo de sal que bordee nuestra casa y en su defecto la puerta de entrada de la misma.

Un truco interesante y discreto será colocar debajo del felpudo la sal en forma de circulo. Para cualqiuera de los sistemas descritos debemos usar la invocación:

"Esta es la sal, esta es la vida. Con este elemento poderoso y mágico protegeré a...
(nombre de la persona, casa,,,) para que el mal no le alcance"

Despues de la invocacion dejaremos actuar la sal por espacio de unos siete dias.

 

2- SORTILEGIO PROTECTOR DE SAL...

Este sortilegio tiene una efectividad añadida al anterior, ya que lo desarrollaremos en forma de novena y por tanto, durante nueve dias seguidos y sin interrupción. Para proceder debemos proveernos de un vaso que llenaremos de agua, un velon blanco y tres cucharadas soperas de sal.

Cada dia de los nueve, entre las siete y las nueve de la mañana, encenderemos el velon que depositaremos junto al vaso que contiene el agua y la sal marina.

Tras encender la llama pediremos a las potencias celestes que nos protejan de todo mal, pidiendo si queremos utilizar la invocacion anteriormente descrita para el circulo de sal.

La única precaución que debemos tener es apagar las velas por la noche, vaciar el agua del vaso pero no tirar la sal y a la mañana siguiente volver a llenar el vaso y encender de nuevo la vela.