Preparado magistral para atraer las buenas vibraciones…
La buena vibración o buen ambiente
es algo que jamás debería faltar en una casa,
despacho o lugar público. Con el preparado que destacaremos seguidamente,
podremos convocar las energías positivas y de la buena suerte. Es un preparado
ideal para que se respire un buen ambiente de trabajo y para que existas buena
armonía en una casa.
Requisitos…
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Una bolsa de tela de tamaño pequeño y que no sea de color negro, siendo útil
cualquier otro color.
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Un puñado de canela en rama, otro puñado de menta fresca, otro puñado de
pimienta y una pizca de vainilla.
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Un vaso de aguardiente o en su defecto orujo.
Procedimiento…
1.
En un viernes o en un domingo a partir de las nueve de la noche, hora solar,
depositaremos, en estado de concentración, todos los ingredientes mencionados en
el interior de un cuenco que no sea metálico, sino de tierra o de arcilla
cocida.
2.
Lo cubriremos todo con el aguardiente y procederemos a removerlo bien. Una vez
esté todo removido, nos concentraremos para transmitir bienestar y fuera al
preparado en cuestión.
3.
Dejaremos el cuenco al aire libre por espacio de tres noches. Al cuarto día
extraeremos con la ayuda de una cuchara todos sus ingredientes y los
depositaremos meticulosamente sobre un paño limpio para que les dé el sol y los
seque.
4.
Tras el secado guardaremos los ingredientes en la bolsita, la cerraremos y
tomándola entre las manos diremos en voz alta:
“Potencias y divinidades celestiales venid
y escuchadme. Aquí están los elementos. Aquí está el poder. Os ruego que
depositéis todo vuestro poder sobre esta bolsa que he preparado para lograr el
bienestar”
5.
Tras la invocación que debemos repetir dos veces, tomaremos la bolsa entre las
manos y diremos en voz alta: “Bienestar y
protección. Armonía y felicidad” Dicho esto depositaremos la bolsa en una
ventana para que pase allí un día al sol y serena. Transcurrido este tiempo
estará en condiciones de ser utilizada.
La bola sebe colocarse pues, en cualquier lugar que deseemos armonizar,
preferentemente cerca de las puertas de entrada. Si queremos armonizar a una
persona, deberá llevarla encima y no dejársela a nadie.