11. La magia del vino…

En el ritual más sagrado que existe, el de la Santa Misa, es parte importantísima el vino, que en este caso, una vez bendecido a través de un gran ritual sacro queda convertido después en la transubstanciación en la sangre de Jesucristo.

En la mayoría de rituales religiosos de la antigüedad, este precioso líquido (el vino) era considerado como embriagador y por lo tanto mágico, pues se supuso en un principio que los estados alcohólicos podrían poner al hombre en estados diferentes o alterados de consciencia, los que ellos llamaban los espíritus.
Algo muy parecido sucede aún en la actualidad, entre pueblos asiáticos y americanos que utilizan alucinógenos para llegar a estados superiores de consciencia, en los cuales puede llegar a conseguir facultades de videncia y premonición, y en algunos casos verdaderas levitaciones.

Por la importancia del vino como elemento ceremonial, hemos decidido incluir este capítulo que estamos convencidos que despertará interés y permitirá a muchas personas conocer rituales fáciles pero desconocidos para la mayoría.

EXISTE UN ARTE NI MÁS NI MENOS PARA HACER TODAS LAS COSAS CON SENCLLEZ.

RITUAL DE LA AMISTAD….

Cuando dos o más personas deciden unir su amistad para siempre pueden realizar un ancestral ritual que pasamos a exponer.

Llenaremos con vino negro, un caldero de barro cocido, en el que añadiremos unos granos de mostaza, dos cucharadas de azúcar blanco, las limaduras o piel rayada de un limón, y unas pocas florecitas de lúpulo seco que se pueden obtener muy baratas en cualquier herbolario y que se pueden comprar por kilogramos.
Se remueve la mezcla con una cuchara de madera de boj, y seguidamente se llenarán los vasos de los asistentes, que alzando sus respectivos vasos dirán a coro:

“Por Santiago, por San Juan, por la Santísima Trinidad, que nunca muera esta eterna libertad”

Acto seguido cada cual beberá su vino hasta apuntar la última gota de líquido.
Con este acto quedará formado un pacto de amistad que NADIE podrá vencer.

EL VINO: PARA GUARDAR SECRETOS.

Muchas veces queremos que una persona nos guarde un secreto pero tememos que no lo logremos, para evitar que nuestros secretos se propaguen entre los demás (recordemos siempre que un secreto entre tres ya no es secreto), cogeremos un trozo de bizcocho, lo bañaremos en vino, y tras sacarlo, lo rociaremos con canela en polvo (la canela sirve para guardar los secretos entre otras cosas) y visualizando mentalmente a la persona que queremos que guarde el secreto, desharemos el bizcocho en la boca, pidiendo a San Senén, que de la misma manera que nosotros tragamos el alimento quede guardado y encerrado para siempre el secreto, y sea imposible de ser propagado.

PARA CONSERVAR EL VINO…

En muchas casas, sobre todo en verano, nos encontramos con que el vino que contienen las garrafas que guardamos en la despensa, se agria y se convierte en algo muy parecido al vinagre. Evitémoslo así:

Sobre un mantel rojo, se ponen cuatro vasos con vino del que queremos proteger, y los colocaremos de tal forma que formen una cruz.
Seguidamente, y mirando fijamente a los vasos recitaremos UNA SOLA VEZ:

“Por el patriarca Noé, por la Santísima Trinidad y por el Santo Rosario, que este vino que contemplo, nunca se haga agrio”

Seguidamente el vino utilizado en el ritual, se guardará repartido entre las distintas garrafas o barriles que tengamos en la bodega y despensas, teniendo la seguridad que por mucho tiempo que pase, nunca se “picará” el preciado caldo.
Para las personas que sean aficionadas a la Hidromiel, podemos decirles que sirve el mismo ritual, aunque en estos últimos años, este preciado licor, muy caro por cierto, está desapareciendo del mercado nacional.
Lógicamente este ritual sirve para todo tipo de vino, desde el ordinario de mesa, hasta los moscateles y vinos generosos, que cada cual puede tener almacenados.

VARIOS DATOS MÁGICOS SOBRE EL VINO…

Para una buena digestión mezclaremos un litro de vino negro, un vaso de vinagre de vino, una pizca de bicarbonato y cuatro cucharadas de azúcar, todo ello macerado con fresones. Cuando éstos estén bien empapados en el vino así tratado, se pueden tomar como postre, pues además de deliciosos, nos proporcionarán una buena digestión.

El vino guardado en barricas de roble es el mejor para efectuar los rituales, pues no olvidemos los poderes mágicos que tiene el roble, y que ya era conocido por los druidas, que guardaban e incluso bebían sus pócimas en vasos y copas tallados de esta misteriosa madera.
El vino de madroño facilita a  quien lo toma el don de la clarividencia, pues el madroño es conocido desde antiguo como una planta que nos permite ver el pasado y adivinar el futuro. En las cercanías del templo de Delfos, existían muchos de los arbustos que nos regalan con sus jugosos frutos.
Para las personas que se encuentren debilitadas por alguna extraña sensación o presentimiento, una mezcla de pan, vino negro  y un poco de azúcar, les puede ayudar mucho. Esto se lo daban a los caballos-tranvías cuando no podían resistir, más por el año 1895.

Con estos consejos damos por terminado este capítulo dedicado a este familiar y querido elemento, que casi todos tomamos, pero que de igual forma la mayoría desconoce como elemento mágico ritualista, y que merece por sus efectos, un capítulo propio...