Introducción: Y sin embargo, funciona...

Si nos ponemos a pensar un poco y vemos la vida con los pies bien puestos en la tierra, nos encontraremos con que la mayoría de las cosas no tiene el menor sentido común ni el más mínimo racionalismo.

Los actos que realizamos diariamente los humanos carecen de sentido, de utilidad, de objetivo, de dirección. Nuestros actos, a pesar de considerarnos los reyes de la creación, son mas impulsivos e instintivos que meditados. No pensamos nuestros actos ni nuestros movimientos, no somos conscientes de lo que estamos haciendo a cada momento.
Nuestro organismo mismo realiza millones de funciones diariamente sin que nosotros nos demos cuenta, y nuestra mente se ocupa de otros tantos millones de asuntos sin consultarnos.
Y si nuestro cuerpo y nuestra mente hacen tantas cosas sin que nosotros nos enteremos, imaginaros lo que hacen nuestra psique y nuestro espíritu sin que nos demos cuenta.
El universo al que pertenecemos, a pesar de que seamos unos diminutos seres viviendo en una mota de polvo cósmico, nos influye constantemente con sus energías, pero no hace falta ir tan lejos para entender que estamos sujetos a más cosas de las que entendemos.

La brujería y la magia, por ejemplo, son actos que se pueden considerar perfectamente inútiles, estúpidos y hasta ridículos.
Todas las ciencias ocultas tienen algo de irracional. La astrología misma, que durante algún tiempo gozo de interés de universidades, y que hasta se da el lujo de utilizar uno que otro cálculo matemático, no tiene la menos sustentación científica.
Todas las religiones, todas las creencias, todas las revelaciones, todas las visiones, absolutamente todas, tienen un alto componente fantasioso sin la menos sustentación racional.
Y sin embargo, todas estas cosas fantasiosas y sin base científica y racional, funcionan, de la misma manera que funcionan nuestras sensaciones, nuestros tópicos, nuestras ideas y hasta nuestras visiones.
La realidad, si es que puede llamársele de la misma manera, no es patrimonio de los cuerpos sólidos, del pensamiento raciona o de las bacterias. La realidad, a la que las personas materialistas circunscriben en sólo tres dimensiones físicas, es algo más de lo que percibimos con nuestros sentidos y con los aparatos de precisión que ha inventado la ciencia y la tecnología.

La vida no es mas que un corto espacio de tiempo en el que percibimos el aspecto exterior de este planeta. Cien años de vida física, dentro de la inmensidad temporal del universo, no es prácticamente nada, apenas un suspiro. Pero el ser humano es orgulloso y pretende sentar cátedra con los cuatro conocimientos que ha logrado conseguir en los últimos siglos, despreciando todo aquello que no puede medir ni cuantificar.
Pero la vida es algo más que números y cuentas, que pesos y medidas, que cálculos y certezas científicas. Desde que el dios de la riqueza se apoderó de nosotros, desde que unas monedas y unos papeles empezaron a tener más importancia que las personas, nuestro pensamiento se ha ido centrando cada vez más en la lucha por conseguir mas bienes materiales, y en este plano, ni las ciencias oficiales ni las ocultas tienen la mayor importancia para nosotros, y eso es lo más ridículo de todo.

De qué sirve discutir sobre la magia y la ciencia, o sobre la sabiduría interior y la sabiduría exterior, si todo lo que deseamos los seres humanos es conseguir billetes y monedas; primero para cubrir nuestras mas elementales necesidades materiales, y desde luego para satisfacer nuestros más descabellados caprichos.

A la gente no le interesa saber si la ciencia o la magia son reales, a la gente lo que le interesa es saber si vivirá el día de mañana, si ganará dinero, si se podrá comprar el coche de sus sueños, si podrá hacer el amor esta noche, o si recibirá el reconocimiento de los demás.
A la gente no le interesa saber si la ciencia o la magia existen de verdad, porque lo que le interesa es si puede servirse de la magia o de la ciencia para obtener todo aquello que no tiene.
Satisfacer la vanidad, satisfacer el bolsillo y satisfacer el cuerpo es lo que verdaderamente nos importa a todos. Lo demás son curiosidades que llenan nuestro tiempo, que matan nuestro aburrimiento, que intentan rellenar nuestros huecos personales.
Sólo la enfermedad y la desgracia nos mueven hasta otros derroteros.
Por supuesto, habrá personas que realmente quieran aprender, que tengan metas y aspiraciones que vayan más allá de lo simplemente inmediato y material, pero son las menos.
Y sin embargo, dentro de este mundo material, dentro de este universo donde nuestros sentidos y nuestro orgullo intelectual nos centra en los aspectos mas exteriores de las cosas, los hilos de la magia y la brujería funcionan, existen y están ahí.

De nada sirve negar su influencia, de nada sirve cubrirse de racionalismo a ultranza, de nada sirve apelar al sentido común, de nada sirve ridiculizarlas, porque la magia y la brujería siguen funcionando a pesar de nosotros mismos, de nuestra soberbia intelectual y de nuestro sentido material de la vida.

La poesía existe aunque nadie compre libros de poesía, y la magia existe aunque nadie haga caso de ella, y aunque si tilde de ignorancia supina el creer que exista. Y no sólo existe, sino que funciona, y funciona en todos los sentidos, para bien y para mal, en su forma más blanca y en su forma mas negra, para hacer el bien a los demás, o para desear el mal a quien tenemos lejos o cerca, porque el simple acto de negar una cosa, no le priva de su existencia.

La ciencia, por supuesto, también existe y funciona o pesar de nosotros, de la misma forma que funciona y existe la tecnología, y el hecho de que la mayoría de la gente no sepa como funciona un ordenador, no evita que el ordenador funcione. Es posible que no sepamos hacer funcionar una computadora, pero no por ello la computadora deja de tener gran capacidad de funcionamiento.

Con la brujería y la magia, así como con el resto de las ciencias ocultas, sucede lo mismo, y el desconocimiento que tengamos de las mismas no impiden que tengan un gran potencial de funcionalidad.
La mente humana es todo un misterio en su aspecto físico, y la psique aun lo es mas. Nadia sabe todo lo que se cuece dentro de nuestra mente, pero eso no ha impedido que la psicología y la psiquiatría estén rasgando la paredes del cerebro y de la psique, de la misma manera que no ha impedido que se sigan utilizando los hilos sutiles de la magia y de la brujería para llegar hasta ella.
Antropólogos y sociólogos han estudiado el comportamiento humano a través de los tiempos, y en todas las etapas y en todas las culturas han descubierto la magia. La ciencia oficial ha avanzado mucho  y ha desentrañado miles de misterios, pero no ha podido destruir nuestro sentido mágico ni ha podido suprimir la brujería.
Las grandes religiones han luchado con todo tipo de armas contra magos y brujas desde hace miles de años, pero ni las mas terribles represiones han acabado con esta antigua ciencia, y es que quemar a una bruja, o a todas las brujas, no es suficiente para erradicar el sentimiento mágico que habita en el ser humano.

¿Y porque funciona la magia? ¿Porque funciona la brujería? Puede haber mil respuestas a estas preguntas, pero optaré por la que me parece más directa y sencilla: la magia y la brujería funcionan porque el ser humano tiene la maravillosa capacidad de hacer que sus deseos se conviertan en realidad.
El intelecto hace que las ideas tomen forma material, mientras que el alma se encarga de que los deseos tomen forma en nuestro mundo.
Esto es así, a pesar de los que lo cran o no, porque el aceptarlo  o no no interfiere en su existencia. Pero, en el fondo, creer en la magia o no creer en ella no es el problema, el problema es que el ser humano, en su afán de conseguir cosas, la utiliza consciente e inconscientemente, bendiciendo o maldiciendo a los que tiene a su alrededor, y es aquí donde interviene el contenido de esta sección, ya que a lo largo de su recorrido los lectores podrán aprender a protegerse de los malos deseos y a beneficiarse de los buenos.

Y si acostumbramos a protegernos del frio y el calor, de la lluvia y la nieve, de los accidentes de la contaminación ambiental, por qué no habríamos de protegernos de las malas influencias que nos rodean.
El valor no se mide en base a los riesgos que podamos tomar, sino a saberlos afrontar con una preparación adecuada.
Protegiéndonos adecuadamente, las magias y brujerías negativas no podrán afectarnos, porque, independientemente de si usted lo cree o no, la magia funciona.