DIA 22

EJERCICIO OBLIGATORIO

Somos muchos los que pagamos a nuestros psicoterapeutas miles de dólares al año para que nos ayuden a clarificar nuestros pensamientos y poner las cosas en una perspectiva apropiada que, en los receptáculos más profundos de nuestra mente, ya co­nocíamos. Esta noche aprenderá a invocar la sabiduría superior de un terapeuta de sus sueños. Al invocar a este guía personal de los sueños, obtendrá acceso a una información oculta en los luga­res más lejanos de su mente inconsciente.

Para prepararse para la sesión de sueños de esta noche en el diván del analista, pase el día observando sus relaciones con el mundo. ¿Cómo interactúa con las otras personas? ¿Cómo se ve influido por el entorno su estado de ánimo? ¿Cómo reacciona a los diferentes tipos de clima, tráfico y ruidos? ¿Cómo se siente, en general, sobre su vida y sobre usted mismo? ¿Puede describir las mareas altas y bajas de su estado de ánimo conforme va pa­sando el día?

En algún momento del día, busque algún lugar tranquilo en el que pueda sentarse a reflexionar sobre la condición de su vida personal. ¿Dónde se encuentra en este punto de la vida, especial­mente en relación con las fantasías que tuvo de niño? ¿Hay ideas o temas recurrentes que le hayan motivado mientras iba crecien­do? ¿Hay bloqueos psicológicos, u otros obstáculos, que le han impedido conseguir lo que soñó? Deje que sus pensamientos en­tren y salgan fácilmente sin retenerlos ni analizarlos demasiado atentamente.

Imagine ahora lo que significaría tener un terapeuta personal de confianza que entienda totalmente sus sentimientos y pensa­mientos más íntimos y pueda ofrecerle además conocimientos notables para superar las dificultades a las que se enfrenta actual­mente. Imagine con tanto detalle como pueda el aspecto que ten­dría ese individuo. ¿Su confidente será una anciana sabia de ca­bellos grises, un psiquiatra de edad mediana en un apartamento de tres piezas o un detective duro de una película de los años 30, o un conejo gigante de color blanco llamado Harvey? ¿Ese per­sonaje lleva perfume, va con una cartera, fuma cigarros gruesos o consume un suministro constante de zanahorias frescas? Imagí­nese sentado en este momento con su «terapeuta», explorando sus sentimientos más personales. Siga con esta parte del ejercicio durante al menos media hora antes de proseguir con el resto de sus actividades diarias.

Comience la parte siguiente del ejercicio aproximadamente una hora antes de acostarse. Reúna un pequeño número de obje­tos de incubación que simbolicen algunos aspectos significativos de su vida. Por ejemplo, puede elegir sus zapatos de cuando era un bebé, una fotografía de cuando era niño, un diploma, una vieja carta de amor, su medalla del congreso y un símbolo reli­gioso o espiritual. Elija también un objeto adicional que exprese alguna preocupación recurrente de su vida personal: un San Va­lentín que represente los problemas aparentemente constante de las historias amorosas, por ejemplo, o un cheque no cobrado que simbolice su confusión permanente sobre lo que está haciendo profesionalmente. Coloque estos objetos en su altar del sueño lú­cido mientras contempla tranquilamente su significado personal.

Puede mejorar la atmósfera quemando incienso y poniendo mú­sica de fondo.

Cuando esté preparado, métase en la cama y saque el diario de sueños. Ahora debe crear una frase de incubación que expre­se alguna preocupación general que tenga en estos momentos en su vida. Durante este ejercicio, no se centre en pequeñas preocu­paciones, como su relación perpetuamente confusa con su novio Melvin. Dirija más bien su atención hacia preocupaciones más globales, como la historia generalmente perturbadora de sus re­laciones sexuales, de la que Melvin es sólo el último ejemplo. En lugar de escribir ¿amo realmente a Melvin?, en esta ocasión escri­ba algo parecido a esto: ¿Por qué siempre acabo uniéndome a pa­tanes superficiales, egoístas, insensibles, infieles y de malas mane­ras como Melvin? Apague las luces, relájese y dispóngase a dormir.

De nuevo, puede intentar entrar en el estado de alta lucidez directamente desde la conciencia de vigilia, utilizando las técni­cas practicadas durante la Semana Tercera. O puede utilizar cualquier otra técnica de inducción del sueño lúcido que haya ex­plorado en las tres semanas anteriores. Pero con independencia de cuál sea el enfoque utilizado, debería concentrarse en las preocupaciones expresadas en su frase de incubación mientras se quedaba dormido. Deberá concentrarse también en su necesidad de obtener un conocimiento especial de la forma en que está ma­nejando su vida.

Le sugerimos que permita a su mente inconsciente proporcio­narle un escenario de sueño conveniente para explorar sus preo­cupaciones, poniendo el énfasis principal en buscar un terapeuta del sueño que le ayude a conocer su vida de vigilia.

Con este fin, en cuanto se encuentre en mitad de un sueño lú­cido, busque a su alrededor al terapeuta que vio el día anterior. Sin embargo, no se preocupe si no lo encuentra enseguida. Ex­plore el entorno de su sueño de una manera que parezca apropia­da al escenario: a pie, en coche, con el sueño del torbellino o con el del vuelo. Prosiga la exploración hasta encontrar al individuo que está buscando. Y recuerde que cuando su mente inconsciente haya añadido su entrada, el terapeuta del sueño quizá no se pa­rezca exactamente al individuo que imaginó conscientemente.

Cuando encuentre al terapeuta del sueño, puede utilizar la oportunidad para buscar consejos y conocimientos sobre su vida en el mundo de vigilia. Puesto que el terapeuta es la encarnación de todos los recuerdos y experiencias que residen en su mente consciente e inconsciente, deberá tener acceso a los detalles más íntimos de su vida. Por tanto, el terapeuta del sueño podrá ofre­cerle algún conocimiento sorprendentemente directo e ingenioso sobre la forma en que está manejando su existencia personal. Dicho de manera simple, su ser interior puede conocer más sobre lo que es bueno para usted de lo que su ser consciente quiere o puede admitir. Encontrándose con este ser interior en la forma de un guía o terapeuta personal en un sueño lúcido, podrá bene­ficiarse conscientemente de la sabiduría oculta de su mente in­consciente. Cuanto más practique este ejercicio, más incisivas serán sus percepciones.

Nota. No se preocupe ni se sienta presio­nado si no encuentra a su terapeuta del sueño la primera vez que practica este ejercicio. En cualquier caso, es muy posible que el sueño que haya incubado exprese sus pen­samientos y sentimientos inconscientes sobre las preo­cupaciones en las que se concentró durante el día. Con la práctica, aprenderá a encontrar de manera regular a su terapeuta del sueño. Incluso puede establecer toda una sociedad de terapeutas para una variedad de sueños lú­cidos.

Nota. Si despierta durante este ejercicio, continúe su «terapia» en un estado semiconsciente.

Nota. Recuerde que cualquier terapeuta que encuentre en un sueño lúcido existe dentro de su pro­pia mente y por tanto no es verdaderamente objetivo. No tiene garantía de que su guía interior le proporcione per­cepciones omniscientes ni consejos sin posibilidad de error, sino sólo el potencial de un acceso más directo al funcionamiento interior de su mente inconsciente. Por tanto, debería evaluar racionalmente sus sesiones de te­rapia de sueños lúcidos a la luz fría de la realidad de vi­gilia.

Siga sólo aquellas directrices que hayan sido cuidado­samente pensadas y que es de esperar tengan conse­cuencias razonables. Y recuerde que la mente incons­ciente se expresa a menudo de forma simbólica. Por ejemplo, si el terapeuta del sueño le sugiere que quizá de­bería considerar asesinar a Melvin, hará bien en no to­marse literalmente ese consejo. En cambio, puede deci­dir poner fin a esa relación infeliz mientras empieza a enfrentarse a sus problemas más generales con los hom­bres.

Nota. Si se siente abrumado por este ejer­cicio o por cualquier otro aspecto del curso, debe buscar la ayuda de un terapeuta compe­tente de la vida real antes de seguir con el curso. Sin embargo, según nuestra experiencia, la mente incons­ciente no proporcionará al soñador una información que no pueda o quiera manejar en la vida de vigilia. Tanto si decide explorar esta fuente interior de sabiduría poten­cial por sí solo, o junto con un psicoterapeuta en el mundo de vigilia, el resultado puede ser muy benefi­cioso.

Nota. Lea las instrucciones del día 23 antes de acostarse y acuérdese de registrar en el diario sus sue­ños nada más despertar por la mañana.

 

DIA 23

EJERCICIO OBLIGATORIO

En el día 23 ampliará la técnica del terapeuta del sueño invo­cando la imagen de un curandero personal que le ayude a mejo­rar su respuesta inmune. Hoy, en lugar de concentrarse en las preocupaciones psicológicas, dirija su atención hacia la condi­ción general del cuerpo.

Cuando despierte por la mañana, empiece por observar la forma en que se siente su cuerpo al salir de la cama. ¿Está lleno de energía, dispuesto a saltar a la ducha y marcharse al trabajo con potencia? ¿O se siente más bien como un elefante cazado, al que le han disparado con un proyectil tranquilizante y se está des­vaneciendo? ¿Antes de poder moverse tiene que tomarse varios litros de café fuerte? ¿O el sol de la mañana y un vaso de zumo de naranja bastan para que se sienta vivo y alerta?

A lo largo del día, observe el tipo de relación que mantiene con su cuerpo. ¿Evita a propósito hasta la más ligera oportuni­dad de hacer ejercicio y se atraca de comida basura? ¿Fuma? ¿O mantiene una dieta macrobiótica y se pasa las tardes en el club de salud bebiendo zumo de tomate, asistiendo a clases de aerobic y levantando pesas? En suma, ¿cuál es la actitud que mantiene hacia su cuerpo? ¿Cómo se refleja esa actitud en la dieta, el vesti­do y el nivel general de actividad física?

Tal como hizo durante el último ejercicio, busque un lugar tranquilo en el que pueda relajarse treinta minutos durante el día y considere el estado actual de su salud. ¿Hay algún problema crónico de salud que le lleve preocupando varios meses o años? ¿Puede decir algo de alguna preocupación de salud que haya em­pezado a perturbarle recientemente? ¿Se considera a sí mismo robusto o como un individuo más o menos endeble? Deje que sus pensamientos sobre la salud física entren y salgan fácilmente sin retenerlos ni analizarlos demasiado atentamente.

Imagine ahora lo que sería tener un curandero personal que constantemente controla su salud física y le ayuda a hacerse cargo de su cuerpo. ¿Qué aspecto tendría ese individuo? ¿Un brujo primitivo de una tribu con todos sus atributos? ¿Un ancia­no médico de bata blanca y estetoscopio? O Raquel Welch, vesti­da con ropa de gimnasio? Imagínese sentado con su curandero imaginario, describiendo su historia de salud personal desde la niñez. Prosiga esta parte del ejercicio durante al menos treinta minutos antes de dedicarse a las otras actividades del día.

Tal como hizo en el día 22. comience la siguiente parte de este ejercicio una media hora antes de dormirse. Elija un objeto de in­cubación que simbolice alguna preocupación significativa sobre el estado actual de su salud física. Por ejemplo, puede elegir una bolsa gigante de patatas fritas para simbolizar la preocupación por su dieta (¡no empeore el problema comiéndolas!), o un zapato viejo que simbolice los problemas que tiene en los pies. Coloque el objeto sobre el altar del sueño lúcido y compruebe tranquila­mente su significado simbólico. También puede mejorar la at­mósfera quemando incienso y poniendo música de fondo.

Cuando crea estar dispuesto, métase en la cama y exprese en el diario de sueños su preocupación de salud más importante. Por ejemplo, puede escribir: ¿Cómo puedo perder 25 kilos?, o ¿qué puedo hacer con respecto a mis alergias?

Apague las luces, relájese y utilice cualquiera de las técnicas que ha aprendido en las últimas dos semanas para inducir un sueño lúcido o muy lúcido. Cuando se esté quedando dormido, concéntrese en su frase de incubación y en los pensamientos ge­nerales sobre su cuerpo.

Cuando esté en medio de un sueño lúcido, concéntrese en en­contrar a su curandero, lo mismo que lo hizo para encontrar al te­rapeuta. Cuando lo encuentre, pídale consejo sobre sus preocu­paciones físicas más urgentes. Recuerde que su curandero representa un puente simbólico entre su mente consciente e in­consciente. Por tanto, podrá ayudarle a comunicarse consigo mismo en un nivel profundo e interior acerca de los pasos que ne­cesita dar para mejorar su condición física.

Pero si este ejercicio sólo sirviera para eso, el curandero ape­nas sería algo más que una versión muy especializada del tera­peuta. En realidad, el verdadero potencial del ejercicio del cu­randero del sueño empieza realmente donde termina la técnica del terapeuta.

Para experimentar el mayor benéfico potencial de su curan­dero del sueño tendrá que pedirle un remedio simbólico para un problema físico. Por ejemplo, el curandero puede ponerle las manos en alguna parte del cuerpo ofreciéndole así «energía curativa». El curandero puede ofrecerle también una medicina o guiarle hacia algún entorno curativo, como un mar templado de agua salada en el que pueda verse a sí mismo sumergiendo el cuerpo y aprovechando los rayos curativos del sol de la tarde.

Nota. No se preocupe si no encuentra al curandero del sueño la primera vez que practica el ejerci­cio. El sueño incubado seguirá proporcionándole percep­ciones, sacadas de su inconsciente, sobre la forma en que está enfocando su salud física. Si despierta antes de haber terminado el ejercicio, complételo en un estado semiconsciente.

En una versión avanzada de este ejercicio, incluso puede ser usted mismo su curandero de sueños, incubando directamente escenarios de sueños terapéuticos. Muchas evidencias científicas demuestran que una visualización creativa puede ejercer una po­derosa influencia sobre el sistema inmunológico, ayudándole a movilizar sus defensas internas y a promover la respuesta psico­lógica a la enfermedad. Para movilizar de esta manera el sistema inmunológico del cuerpo, busque primero un símbolo apropiado de la enfermedad que le aqueja y colóquelo en el altar del sueño lúcido. Por ejemplo, si le afectan dolores de cabeza tipo migraña, puede imaginar los síntomas en forma de una hierba retorcida. Puede entonces ver cómo cava esa hierba en un jardín o parque cercano. Antes de acostarse, escriba en su diario de sueños, esta noche superaré en los sueños mi dolor de cabeza, concentrándose en esa idea mientras se queda dormido. Cuando se encuentre en un sueño lúcido, busque esa hierba y alguna forma de destruirla. Por ejemplo, puede matarla con gas venenoso, volarla con dina­mita o trocearla con un hacha. Evidentemente, si su problema tiene una base primordialmente emocional, le recomendamos que lo enfoque de una forma menos agresiva, tratando directa­mente primero los problemas emocionales.

Alternativamente, puede utilizar simplemente este método avanzado para tratar de estimular su capacidad inmune a la en­fermedad. Por ejemplo, puede ver sus células inmunes como pequenas semillas. Por la noche, en su sueño lúcido puede generar imágenes en las que estas semillas crezcan convirtiéndose en plantas saludables y lozanas.

Nota. De acuerdo con un gran parte de la investigación reciente, esta técnica avanzada puede ser extremadamente eficaz para estimular la energía general y aumentar la resistencia a la enfermedad. Puede utilizar­se también para movilizar sus defensas frente a una am­plia gama de dolencias, desde la colitis hasta el cáncer, pasando por las alergias. Sin embargo, le sugerimos que si tiene cáncer o alguna otra enfermedad muy grave prac­tique estas técnicas sólo con la ayuda de un profesional de la imaginería del que le haya hablado su médico per­sonal o un hospital cercano, y en conjunción con todos los tratamientos médicos recomendados.

Nota. Tanto si invoca la imagen de un cu­randero del sueño como si utiliza la imaginería guiada para mejorar su salud, le advertimos que debe evaluar las entradas del curandero del sueño a la luz del sentido común. Bajo ninguna circunstancia debe utilizar este ejercicio para sustituir el tratamiento médico o psiquiátri­co convencionales. No obstante, la curación durante el sueño puede ayudarle a responder positivamente a esos tratamientos, proporcionando una línea psicológica de defensa adicional frente a la enfermedad.

Nota. Registre sus sueños en el diario cuando despierte por la mañana.

 

DIA 24

EJERCICIO OBLIGATORIO

Una de las experiencias más profundas que pueden compartir dos personas es un sueño mutuo. Estas cosas son en realidad más comunes de lo que podría imaginar, y pueden crear sentimientos de profunda comunión interior entre los que están implicados, pues de alguna manera han estado juntos en una realidad alterna o han compartido una experiencia «psíquica» inexplicable. En realidad, la explicación de los sueños compartidos es probable­mente mucho más mundana, aunque ello no disminuya su impac­to. Como los sueños están tan directamente influidos por las ex­periencias del mundo de vigilia, dos personas que tengan muchas experiencias de vigilia en común finalmente acabarán por com­partir el contenido o tema general de al menos parte de sus sue­ños. Sin duda, es ése el caso cuando los individuos concernidos se encuentran en una relación inusualmente estrecha, como la de los miembros de una pareja, los amigos íntimos o los colaborado­res cercanos.

Si esas personas comparten sueños lúcidos, el impacto puede ser particularmente profundo. Un sueño lúcido compartido puede permitir a dos personas explorar esas cuestiones de su relación desde una perspectiva más profunda, o al menos alter­nativa. Todavía más, ese sueño puede fortalecer su conexión in­terior.

Por tanto, en el día 24 practicará la incubación del sueño com­partido con un compañero. Si es posible, su compañero de este ejercicio debería ser otro participante del Programa de Sueño Creativo. Si no es posible, al menos debería ser un amigo muy ín­timo, si no el otro miembro de su pareja.

Empiece el día intercambiando algunas ropas u otros artícu­los personales con su compañero. Ella puede ponerse su corbata como chal, por ejemplo, y usted puede ponerse su pañuelo o sombrero. También será eficaz cambiar la colonia o perfume. Durante el día, pase con su amigo el mayor tiempo posible, tra­tando de que el día sea rico en estimulación emocional sensorial. Por ejemplo, pueden pasar algún tiempo recogiendo fósiles junto al océano, bailando en una discoteca o subiendo en todos los ascensores del área comercial local. También pueden ir a ver una película interesante, aunque debe asegurarse de que sea muy estimulante; una película de George Lucas sería una elección más apropiada para este ejercicio que una de Ingmar Bergman. Si decide ir al cine, le recomendamos también que vea la película en un lugar vivo y dinámico de la ciudad, en el que la participación del público sea alta. Para este ejercicio, evite los cines de los mul-ticentros suburbanos.

En algún momento de su actividad compartida, usted y su amigo seleccionarán cada uno un objeto de incubación del sueño sacado del entorno inmediato. Para que la selección sea más inte­resante, intercambiarán los objetos, para que antes de irse a la cama cada uno se concentre en el objeto del otro. Cuando la oportunidad se presente de manera natural en el curso de la con­versación, también pueden recordarse periódicamente el uno al otro que ambos tratan de incluir elementos de sus experiencias de vigilia compartidas en el sueño de la noche. Dependiendo de la naturaleza de su relación y de las predisposiciones personales, podrá mejorar su experiencia de vigilia todavía más discutiendo algunos intereses especiales de sus vidas privadas o entrando en el estado alterado de relajación en alerta juntos.

Para este ejercicio, no importa si usted y su compañero duer­men juntos o separados. Sin embargo, antes de disponerse a dor­mir, cada uno empleará algún tiempo en reflexionar sobre las ex­periencias de vigilia compartidas, y en los objetos de incubación que cada uno ha dado al otro. También debe llevar a la cama alguna prenda de ropa del otro, y quizá también su colonia favo­rita.

Antes de irse a dormir, ambos deben registrar en su diario de sueños la intención de tener sueños lúcidos sobre el otro. (Si su amigo no lleva un diario de sueños, puede utilizar para esta noche un trozo de papel o un bloc.)

Al irse durmiendo, puede utilizar cualquiera de las técnicas de sueño creativo para inducir un sueño lúcido o muy lúcido. Después, debe buscar en el paisaje del sueño a su amigo cami­nando, conduciendo, volando o girando, de la misma manera que buscó al terapeuta del sueño en el día 23. Cuando encuentre a su amigo, podrá tener la mayor aventura compartida que puede ofrecerle la realidad del sueño.

Nota. Cuando despierte, registre sus sue­ños en el diario. Compare después las notas con las de su amigo. ¿En qué medida fueron similares o diferentes los dos sueños? ¿Experimentó esa experiencia mutua inten­sa, el sueño compartido? ¿Establecieron los dos una em-patia y resonancias suficientes durante el día para andar de nuevo por el mismo camino en sus sueños?

 

EJERCICIO OPCIONAL

Primeramente, piensa cómo te sientes. Si te sientes enfermo o inquieto por la mañana, termina ya el ejercicio. Si es así, vete derecho a la cama, y, cuando te duermas, procura decirte a ti mismo que puedes tener una experiencia extracorpórea en algún momento antes de despertarte.

Si te sientes bien, sin embargo, puede que quieras intensificar tu potencial de la forma siguiente: después de que hayas permanecido despierto aproximadamente veinticuatro horas, después de que salga el sol y te sientas listo para salir a caminar a la calle, pre­párate un desayuno ligero y luego ve a dar un pequeño paseo. No estés fuera más de veinte o treinta minutos, y asegúrate de no estar a más de quince minutos de tu casa en ningún momento. Mientras caminas, sumérgete entre los que te rodean y percibe qué diferentes pueden parecer a otras veces. Date cuenta del olor y la temperatura del aire, e incluso de los sutiles sonidos como la llamada de un pájaro madruga­dor o el suave zumbido del coche de un vecino que conduce hacia el trabajo.

Cuando regreses a casa, quítate enseguida los zapatos. Pon alguna música relajante de fondo, túmbate en el sofá o en una silla conforta­ble y entra lentamente en estado de relajación activa. Pon particular atención en la necesidad de permanecer despierto y activo cuando entres en estado de relajación profunda. Imagina tu propia cara mirán­dote directamente desde arriba, e imagínate flotando en el aire por encima de ti.

Recuerda las sensaciones e impresiones que tuviste un poco antes cuando caminabas cerca de casa. Imagina que estás ahí fuera, esta vez flotando por encima del pavimento. Primero explora el entorno tal como era hace un rato. Luego, explóralo tal como crees que debe ser ahora mismo. Date al menos quince minutos para disfrutar de estas impresiones mientras Permaneces tan activo y relajado como sea posi­ble. Luego, reafirma tu voluntad de tener una experiencia extracorpórea, y déjate arrastrar por el sueño.

Si gozas de buena salud y puedes controlarla cómodamente, puedes llevar tu experiencia todavía más lejos, procurando no dormirte todavía. Esto puede lograrse si permaneces despierto más de veinticuatro horas, todo lo que puedas, o reduciendo de forma gradual las horas de sueño durante varias noches, de forma que al final de una o dos semanas duermas mucho menos que lo normal. Utiliza tu inteligencia, y, cuan­do consultes a tu médico o terapeuta, asegúrate de que privarte de horas de sueño no sea un posible riesgo para ti.

Nota.— Después de que hayas ter­minado el ejercicio de privación del sueño, emplea el día en relajarte y dedicarte al descanso. Más tarde, por la noche, cuando vayas a irte a dormir, practica las técni­cas que aprendiste en el Día 15.

 

DIA 25

En este punto del curso probablemente reco­nozcas que las experiencias en astral no están sujetas a las mismas limitaciones espa­ciales y temporales que la realidad cotidiana. Puedes, ¿por tanto, en algún momento, decidirte a "visitar" lugares a distancias increíble­mente grandes de ti. Puedes también concentrar tu conciencia en el pasado o futuro lejanos.

El Día 25 se dedicará a la experiencia mental del viaje en el tiem­po. Empieza entrando en un estado de relajación activa. Imagina tu cara observándote desde arriba. Ahora concéntrate en el momento y lugar que estás interesado en visitar.

Primero intenta concentrar tus pensamientos en el pasado lejano, eligiendo un tiempo y lugar que encuentres interesante personal e his­tóricamente. Puedes, por ejemplo, decidir concentrarte en tiempos prehistóricos en California. No es preciso imaginarte viajando hacia atrás año tras año a través del tiempo, o viajando a través de distancias físicas que te separan del sitio que has elegido. En lugar de ello, imagi­na tu medio ambiente actual disolviéndose y siendo reemplazado por ese sitio y tiempo lejanos.

Respira profundamente e imagina el olor de los dinosaurios y los helechos gigantes. Escucha los gruñidos y los sonidos del rumiar de un brontosaurio comiendo en la vegetación de las orillas del lago, o el rugido del feroz alosaurio buscando algún alimento insospechado. Imagínate moviéndote tú mismo a través de la vege­tación, sintiendo las pegajosas hojas rozándote y a diminutos roedores ocultos bajo tus pies. Siente el calor y la humedad, déjate llevar por el olor de las cenizas volcánicas volando en el aire. Después de un rato, tu experiencia puede empezar a sentirse menos deliberadamente estructurada, más espontánea y sorprendente. Puedes ver cosas que no esperabas conscientemente, como un dino­saurio que parece diferente a como son representados en los libros y museos. En este punto, puedes sentir subjetivamente como si estuvieses ahora en tiempos prehistóricos, explorando tu entorno astral con todos tus sentidos.

Poniendo otro ejemplo, puedes decidir concentrarte en el Antiguo Egipto durante la época de construcción de las Pirámides. Para conse­guirlo, respira profundamente e imagínate apareciendo en el aire sobre el desierto egipcio mientras tu entorno físico actual se disuelve en tu conciencia. Imagínate oliendo el calor seco del aire del desierto. Escucha los sonidos de las pesadas piedras al ser arrastradas a través de la arena por cientos de trabajadores. Concéntrate en la cara miste­riosa de la esfinge, e imagínate mirando directamente dentro de ella mientras flotas sobre la arena. Sigue dirigiendo tu atención hacia las impresiones e imágenes que asocias con el Antiguo Egipto y las Pirámides, hasta que tus experiencias internas lleguen a ser cada vez más espontáneas y sientas subjetivamente como si estuvieses allí en ese momento.

No te preocupes si tu conciencia parece fluctuar entre tu entorno físico actual y el lugar y el tiempo en el que estás concentrando tu atención más profunda. Concentra ahora tanto tu atención como sea posible en tu viaje mental sin precipitarte en hacer tu experiencia inter­na más extensa de lo que llegaría a ser por sí misma. Si puedes llevarlo a cabo, con la práctica es probable que tus viajes mentales lleguen a ser más intensos y puedan transformarse de forma natural en experien­cias extracorpóreas.

Mantén tu viaje mental durante al menos veinte o treinta minutos. Deja que tu mente vague libremente por el lugar y el tiempo que has elegido, y explóralo desde una amplia variedad de perspectivas. Luego, sin regresar al estado de consciencia totalmente despierta, cam­bia deliberadamente tu atención al lugar y al tiempo del futuro lejano.

Como en la parte anterior de este ejercicio, el lugar futuro que eli­jas será lo más interesante posible como escenario. Puedes concen­trarte en cómo será tu entorno presente dentro de trescientos años; puedes representarte el planeta Tierra visto desde la superficie de la Luna en un futuro dentro de tres mil años. Mantén esta concentra­ción durante al menos veinte o treinta minutos antes de desviar tu atención por completo de vuelta a tu cuerpo y a tu entorno físico pre­sente. Estira los dedos de las manos y los pies, siente la zona inme­diatamente debajo de ti y a tu alrededor, abre los ojos y mira la habi­tación en derredor. Déjate llevar por el sentimiento de completa vin­culación con la realidad cotidiana antes de levantarte y seguir con el resto de tus actividades diarias.

Una variación del viaje en el tiempo del curso puede prac­ticarse cuando te encuentres en un entorno históricamente interesan­te. Uno de nuestros participantes, por ejemplo, practicaba este ejerci­cio mientras hacía relajación entre las piedras verticales de Stonehenge. Otra forma de realizar el ejercicio era sentarse en una piedra no lejos de las ruinas del Senado de la Antigua Roma. En ambos casos, las imágenes y experiencias que resultaron fueron sub­jetivamente profundas y sorprendentes, y fueron más intensas de lo que podría esperarse de una concentración en lugares situados a gran distancia.

Para practicar esta forma de viaje en el tiempo, colócate en algún punto céntrico del lugar actual de la ubicación histórica que has ele­gido. Cierra los ojos y entra en un estado de relajación activa. Mientras tanto, imagina tus alrededores disolviéndose en una nebli­na, para ser reemplazados por los mismos alrededores en algún punto remoto del pasado. Tómate tiempo y deja que surjan de forma gra­dual tus sentimientos e impresiones. Una vez tus impresiones se hayan consolidado, desvía tu perspectiva espacial a algún lugar que resulte agradable. Si te sientes cómodo en este lugar, puedes concentrar tu atención en el mismo sitio y en un momento del futuro cuando quieras.

En la noche, al ir a recostarse para dormir, hará la práctica siguiente:

CLAVE DEL MANTRAM FARAON.

 

a.- Acostaos en vuestro lecho hermanos, repito acostaos. Es bueno que os acostéis boca arriba. ¿Entendéis?

b.- Relajad vuestros músculos... ¿ya están relajados?

c.- Cerrad vuestros ojos.

d.- Adormeceos.

e.- Vocalizad ahora el Mantram «FARAON», ese Mantram maravilloso para salir en cuerpo ASTRAL. Vocalizad así:

FAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA...

RAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA...

OOOOOOOOONNNNNNNNNNNNNN....

¿Ya vocalizastes?... Bien hermanos.

f.- Levanta tus rodillas, oye bien hermano, tus rodillas. Quiero decirte que dobles las piernas. Apoya la palma de los pies sobre la cama. Claro al hacer esta operación las rodillas quedan levantadas verticalmente... ¿Verdad?. Repetir el Mantram nuevamente así:

FAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA...

RAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA...

OOOOOOOOONNNNNNNNNNNNNN....

Repetir este Mantram muchísimas veces. Podéis vocalizarlo un poquito más suave y también podéis vocalizarlo mentalmente. Adormeceos conservando así las rodillas verticalmente, adormeceos hermanos deberéis imaginar vivamente las pirámides de Egipto...¿Entendido?. Esto no es trabajoso hermanos, convénzase ustedes que esto no es trabajoso. Evite toda tensión mental y adormézcase. El resultado será espléndido. Usted envuelto en su ASTRAL despertará allá en los mundos internos, abandonad su cuerpo físico, sin saber a que hora, ni como. ¡Despertará así!... Conscientemente en su ASTRAL allá adentro, adentro de sí en cualquier  país del mundo

DIA 26

EJERCICIO OBLIGATORIO

¿Alguna vez has querido ser Cleopatra, Lassie o un alienígena de otros espacios? Si es así, el ejercicio siguiente es para ti. En el Día 26 aprenderás cómo tener experiencias en las que asumas una variedad de formas humanas, animales o de cualquier otro tipo. Empieza pasan­do parte del día en el parque, el zoo o el acuario. Concentra tu aten­ción en los animales, por ejemplo. No es necesario observar todos los animales del lugar que has elegido, sino tan sólo emplear algún tiempo en observar aquellos con los que sientes una afinidad especial.

Cuando hayas encontrado un animal determinado con el que te sientas especialmente identificado, concentra tu atención pausada­mente en él durante veinte o treinta minutos. Compara tu propia per­sonalidad con los atributos que descubres en el animal. Imagina cómo resultaría experimentar la realidad desde la perspectiva del animal. Siéntate tranquilamente, relájate y respira profundamente, e imagínate, aunque sólo sea por un instante, cambiando mentalmente los lugares con el animal que estás observando. Imagina la forma física del animal reemplazando a tu propio cuerpo. Mira a los ojos al animal e imagina que su cara es tu propia cara mirándote desde fuera. Luego, distánciate de él, y concéntrate en los atributos que os hacen diferentes uno del otro.

Regresa a casa, o busca un sitio cercano cómodo y entra en un estado de relajación activa. Te sugerimos que pidas a un amigo que te lea lentamente las siguientes instrucciones de forma que puedas proceder con el resto del ejercicio sin interrupción. Puedes también grabar estas instrucciones o memorizarlas de forma que puedas prac­ticar solo.

Cuando empieces a relajarte, acuérdate del animal en que te concentraste antes. Cierra los ojos e imagina la cara del animal mirándote. Ahora imagina que la cara del animal es en realidad la tuya. Imagínate tomando la forma del animal y existiendo en un entorno apropiado a tu nueva especie. Experimenta los olores, sonidos y sensaciones de este entorno de tu forma animal.

Ahora figúrate tu entorno animal observándolo desde el aire. Imagina que puedes observar una pálida burbuja de luz flotando en el aire justo encima de ti. Respira pro­fundamente y concentra toda tu atención en la burbuja flotante. Ahora imagina tu consciencia entrando en la burbuja desde el animal de debajo. Imagina los límites de la burbuja definiendo los límites de tu forma. Imagínate flotando en el aire observando el entorno y al animal debajo de ti.

Respira profundamente e imagina la burbuja flotando en el aire encima de tu cuerpo humano. Luego, imagina la burbuja fundiéndose con tu cuerpo al tocarlo. Respira profundamente de nuevo, y experimenta el regreso a tu cuerpo. Abre los ojos, estira los dedos de las manos y los pies y regresa a la realidad.

Nota.— Tal como este ejercicio sugiere, puedes experimentar tus experiencias astrales en una amplia variedad de formas. Cuando pase este día, puedes prac­ticar este ejercicio en la forma mental de un delfín, un canguro o una fragante rosa fresca. Te sugerimos tam­bién que explores la sensación de ser un puro e informe punto de conciencia en el espacio. En efecto, posible­mente esto pueda ser la forma más pura y menos adul­terada de la experiencia en astral.

Puede continuar practicando con el mantram FA-RA-ON.

DIA 27

EJERCICIO OBLIGATORIO

La posibilidad de que los sueños permitan acceder a un exten­so nivel de conciencia, que lleva al soñador más allá de su reali­dad interior, ha fascinado a los entusiastas del sueño desde el principio de los tiempos. Muchas personas creen que los sueños pueden proporcionar a veces información sobre el futuro o sobre acontecimientos muy distantes, o incluso que pueden permitir a dos individuos comunicarse directamente mientras duermen. En muchos casos, la evidente expresión de esa información puede explicarse como el producto de la imaginación del soñador, o como una simple coincidencia. Con frecuencia, sueños que pare­cen psíquicos se explican también como la integración incons­ciente de la información sensoria y analítica de la que dispone el soñador por medio de canales bien conocidos.

Sin embargo, hay algunas preguntas que los científicos se si­guen haciendo. ¿Pueden los soñadores tener información a la que no pueden acceder en absoluto por medios ordinarios? ¿Y si es así, puede la lucidez o la alta lucidez facilitar al soñador el con­trol de esa esfera misteriosa expandida?

En el día 27 realizará un experimento informal para ver si sus sueños lúcidos pueden conducirle a una ampliación de la con­ciencia. Este experimento informal se basa en la obra del psi­quiatra e investigador de sueños Montague Ullman y sus colegas, quienes pusieron a prueba las habilidades extendidas en el Labo­ratorio de Sueños del Centro Médico Maimónides de Brooklyn, Nueva York, durante los años 60. Como consecuencia de estos estudios fascinantes, descritos por Ullman y sus colegas en el libro ya clásico titulado Dream Telepathy, el equipo del Maimó­nides informó que tenía poderosas evidencias de que en los sue­ños se producía una ampliación de la conciencia. Esta noche usted adaptará a sus necesidades la técnica experimental básica que fue desarrollada por el equipo del Maimónides.

Para empezar, pídale a un amigo que se concentre durante quince minutos en una película de vídeo antes de irse a la cama y de nuevo antes de levantarse por la mañana. Por favor, pídale a un amigo que elija una secuencia de vídeo que esté seguro de no haber visto nunca, y que contenga imágenes visuales y sonidos sorprendentes. Viaje al centro de la Tierra, Dr. Strangelove, o in­cluso un vídeo de rock, como Thriller de Michael Jackson, servi­rían muy bien. Si no es posible ver un vídeo, pídale a su amigo que elija una imagen de revista —Life, Omni, National Geograp-hic, Smithsonian suelen tener fotografías apropiadas— y que uti­lice la imagen para el ejercicio. Asegúrese de que el número de revista que elige su amigo no lo haya visto usted nunca, y que elija una fotografía que aparezca sólo en ese número. Cuando su amigo haya elegido el vídeo o la fotografía, no deberán tener nin­gún contacto entre sí hasta que haya completado usted la siguien­te fase de este ejercicio.

El resto del día debe pasarlo como de costumbre, practicando comprobaciones de la realidad y reafirmando su deseo de tener un sueño lúcido o muy lúcido. Reafirme también su deseo de que la imagen que haya elegido su amigo aparezca en su sueño. Des­pués, antes de dormirse, dígase que quiere soñar con el vídeo o fotografía en la que su amigo se estará concentrando, reafirman­do su intención de tener un sueño lúcido. Acuérdese, mientras sueña, de buscar en el terreno del sueño las imágenes que desea. Puede buscarlas en un sueño de vuelo, o simplemente pedir su presencia con técnicas avanzadas de tejido de sueño.

Nota. En cuanto despierte por la mañana, registre sus sueños en el diario. Para este ejercicio, es particularmente importante que dibuje también sus im­presiones. Le sugerimos que llene dos o tres páginas del diario con impresiones visuales de las imágenes que cree que ha elegido su amigo, así como con impresiones vi­suales de cualquier sueño, parezca o no relacionado con el tema. Cuando haya registrado todo eso, deberá reunir­se con su amigo lo antes posible. Entonces su amigo le mostrará el vídeo o la fotografía en la que se concentró por la mañana y antes de acostarse. ¿Hay similaridades entre los recuerdos del sueño y el material que estaba ob­servando su amigo? Compartan los dibujos e impresio­nes escritas y pídale la opinión a su amigo.

Nota. Una variación especialmente intere­sante de este experimento informal consiste en pedirle a su amigo que mezcle la fotografía o vídeo que utilizó real­mente para el ejercicio con una colección al azar de otras imágenes o películas igualmente interesantes, pero muy distintas, que no formaron parte del experimento. Des­pués, mientras su amigo espera en otra habitación, intente ver si puede elegir la fotografía o el vídeo correctos ba­sándose en las impresiones que recuerda de los sueños de la noche anterior. Evidentemente, no se trata de un ex­perimento formal, entre otras razones porque su amigo habrá manejado las fotografías o vídeos antes de que usted las vea, pero este ejercicio está pensado para su in­terés y exploración personal, y no para ser publicado en una revista científica. Si usted está motivado, sin duda encontrará muchas variaciones fascinantes del experi­mento informal que aquí le sugerimos. Le deseamos que tenga un gran éxito en esos esfuerzos.

Nota. Le advertimos algo que dijo hace mucho tiempo Sigmund Freud: incluso los sueños que parecen sugerir una conciencia extensa sin duda reflejan también lo que la psique inconsciente considera más re­levante. Dicho de otro modo, no se puede rechazar un sueño aunque en la superficie parezca tener más relación con la experiencia de vigilia de alguna persona cercana que con la suya propia. Tanto si cree que su sueño repre­senta un ejemplo de conciencia ampliada como si no, asegúrese de analizar su contenido en los términos del significado simbólico y emocional que tiene para usted.

DIA 28

EJERCICIO OBLIGATORIO

En los términos más simples, la experiencia fuera del cuerpo, o viaje astral, es la sensación subjetiva de que su conciencia está tempo­ralmente situada en el exterior de su cuerpo físico. Puede haber tenido ya un viaje astral, despertando en mitad de la noche y perci­biendo que ha dejado su cuerpo tumbado en la cama, abajo, y que usted flota por encima. O puede haber conocido uno de los numerosos informes de los que cuentan que nada más haber teni­do un accidente en la carretera, o un ataque de corazón, abando­naron temporalmente sus cuerpos.

Un ejercicio básico que puede empezar a practicar esta noche, sin embargo, consiste en una inducción de una experiencia fuera del cuerpo en mitad de un sueño lúcido.

Este es un momento apropiado para que señalemos que el viaje astral y el sueño lúcido no son lo mismo. Aunque a menudo se confunden, los estudios de laboratorio muestran que son psicoló­gica y fisiológicamente distintos. Por una parte, no tiene que estar dormido para tener una experiencia fuera del cuerpo. Por otra parte, las pautas de ondas cerebrales y las de los movimien­tos oculares que han surgido de los estudios de estas experiencias en el laboratorio son muy diferentes de las relacionadas con los sueños.

Sin embargo, una manera excelente de inducir una experien­cia fuera del cuerpo consiste en inducir un sueño lúcido. Y ésa es la técnica que aprenderá hoy.

Para empezar, disponga de un período de aproximadamente una hora durante el día para visitar un entorno fácilmente identificable que estimule todos sus sentidos. Por ejemplo, puede pasar algún tiempo sentado frente a los leones del zoo de su ciu­dad, o paseando entre un huerto lleno de melocotoneros, o re­moviendo la basura de algún lugar cercano. Sea creativo. No vaya a cualquier lugar que acostumbre a visitar, como su bar fa­vorito o el centro de compras local. Piense en algún lugar más inusual, como el museo de ciencias de su ciudad, o un mercado de pescado al aire libre.

Busque un lugar cómodo del entorno elegido en el que pueda sentarse. Cierre los ojos cinco o diez minutos, escuchando los so­nidos que le rodean: los sonidos más grandes y distantes, como aviones, gritos y sirenas, y los sonidos más pequeños e inmedia­tos, como las voces de la multitud que pasa, o las moscas que ate­rrizan en su almuerzo. Mantenga los ojos cerrados, tome una ins­piración profunda y observe los olores del entorno. ¿Huele a animales la jaula de los leones? ¿Huele a pescado reciente el mercado al aire libre? ¿Alguien está quemando basura en el basurero? Respire profundamente, y al mismo tiempo distinga conscientemente tantos olores como pueda.

Con los ojos todavía cerrados, observe las sensaciones de su cuerpo mientras está sentado. ¿El suelo es blando, como una duna de arena? ¿O es duro, como el de un banco viejo del par­que? ¿Qué sabor tiene en esos momentos en su boca, fresco y mentolado, como el de un chicle de menta, o se parece más a la pizza de ajo que tomó como almuerzo?

Abra los ojos y lentamente mire a su alrededor. ¿Cuál es la imagen primera y más sorprendente que ve? Observe las luces y colores de su círculo inmediato y del entorno más distante. Mire al cielo y fíjese en el clima. Mire hacia abajo notando las sombras o dibujos de luz moviéndose por él. Prosiga esta parte del ejerci­cio durante veinte o treinta minutos, y después levántese y pase el resto del día con toda normalidad.

Acuéstese a la hora habitual, utilizando la técnica que prefie­ra para inducir un sueño lúcido o muy lúcido. Antes de apagar las luces, coja el diario de sueños y elabore una frase que exprese su intención de tener un viaje astral. puede escribir una frase como ésta: Esta noche me daré permiso para abandonar mi cuerpo. De esa manera, distinguirá conscientemente su inten­ción para esta noche de la de tener un simple sueño ordinario de vuelo.

Cuando practique este ejercicio, puede descubrir que simple­mente el hecho de tomar una decisión consciente para permitirse un viaje astral basta para desencadenar la experiencia. Sin embargo, es más probable la posibilidad de que simplemente tenga un sueño lúcido, quizá implicando elementos del lugar en el que practicó previamente el ejercicio de conciencia sensoria. En cualquier caso, en cuanto reconozca que está soñando, dirija su atención hacia su cuerpo real: no a la imagen de su cuerpo parti­cipando en el escenario del sueño, sino a su cuerpo físico acosta­do en la cama. No se preocupe de mantener el sueño lúcido. Permita más bien que las imágenes se alejen tranquilamente hacia el fondo de su conciencia, o desaparezcan totalmente de su mente.

Mientras hace esto, es decisivo que no abra los ojos, se mueva ni se permita retornar completamente a la conciencia de vigilia. Idealmente, esta técnica engendrará un estado entre el sueño lú­cido y la vigilia, en el que la realidad física cotidiana parece adop­tar algunas de las dimensiones flexibles del cuerpo. Mantenga brevemente esta perspectiva algo distanciada y surrealista hacia su cuerpo. Después, dirija totalmente la atención hacia los re­cuerdos del lugar en el que practicó, durante el día, el ejercicio de conciencia sensoria.

Recuerde cómo se sentía al estar sentado allí con los ojos ce­rrados, en ese lugar distante, e imagine que ha regresado allí ahora mismo, experimentando de nuevo esas sensaciones. Con­jure todas sus impresiones de ese lugar, desde los sonidos hasta las texturas, los olores, y las imágenes visuales más sorprenden­tes del día. Deje que esas impresiones cristalicen plenamente en su imaginación, hasta que sienta casi que se encuentra presente en ese lugar. Conforme esa sensación se intensifica, imagínese flotando por ese entorno distante, experimentándolo desde una variedad de perspectivas cambiantes. Si sus imágenes son lo bas­tante poderosas, puede haber inducido un viaje astral autentico. Fi­nalmente, cuando su deseo de «viajar fuera del cuerpo» haya sido saciado, y cuando le parezca cómodo, concéntrese una vez más en sus sentimientos hacia el cuerpo.

Al volver a poner la atención en el cuerpo, ¿se encuentra ex­perimentando de nuevo imágenes de su sueño lúcido? Si es así, regrese directamente al estado del sueño y prosiga el resto de la noche con esas experiencias. Si no esa así, concéntrese en la sen­sación de estar acostado en la cama, y gradualmente despierte, o vuelva a dormirse profundamente.

Nota. Si no logra salir en astrál en su primera vez, le sugerimos que no se desespere, pues la paciencia es fundamental para el logro del viaje astral conciente. Cuando valla a la cama recuestese en forma cómoda y relaje su cuerpo y mente como mas se le facilite hacerlo, procure que no entren pensamientos de ningún tipo a su mente, concentrese en los sonidos de su alrededor, su respiración, los latidos de su corazón y su cuerpo entero, procure no mover ni un solo dedo de su cuerpo mientras vá usted tomando sueño, cuando sienta que está a punto de quedarse dormido LEVANTESE, hagalo sin siquiera pensarlo, no meta a su mente en esto, aprenda a actuar a voluntad sin tener que razonar para hacerlo, hagalo suave como lo hiciera un sonambulo, conserve el sueño como un tesoro precioso, ya que se levante dé un saltito suave, si logra flotar en el aire ha tenido éxito, de no ser así vuelva a la cama  e intentelo de nuevo.

Nota. Si logra  desdoblarse procure no razonar durante la experiencia, solo dedíquese a vivir el momento, pues de lo contrario pudiera regresar al cuerpo físico. Acostumbrese a levantarse cuando esté a punto de quedarse dormido, verá que en muy poco tiempo logra el desdoblamiento.

Nota. A veces las personas no pueden hacerlo tan facil y la razón es simple,  es porque lo intenta cuando está cansado, el sueño que debe tener para provocar el desdoblamiento es diferente al sueño normal, se trata de adormecernos a voluntad, para eso nos relajamos en cuerpo y mente y en una postura cómoda dejamos de movernos y tratamos de ganar sueño. Un consejo para las personas que tengan problemas con esto es el siguiente:  SI SE SIENTE UN POCO O MUY CANSADO POR LA NOCHE VAYA A DORMIR COMO NORMALMENTE LO HACE, PERO PONGA SU DESPERTADOR A LAS 3 O 4 DE LA MAÑANA, LEVÁNTESE A ESA HORA, BÁÑESE Y VUELVA A LA CAMA E INTENTE EL DESDOBLAMIENTO.