CRISTALES MAGICOS
Índice:
1. La función de los cristales
2. Los cristales como maestros de fuerza, amor y sabiduría
3. Los cristales como fuente de afectividad, prosperidad, salud y belleza
4. Limpieza de los cristales mágicos.
5. Conservación de los cristales mágicos.
6. Como usar los cristales mágicos
1.- La función de los cristales
Los cristales como seres
minerales iluminados.
LOS CRISTALES son seres minerales que han conquistado su luz propia. A igual de
determinados seres humanos que se auto iluminaron se santificaron, se
convirtieron en un ejemplo vivo de luz y verdaderos maestros de sus semejantes,
los cristales también son maestros del reino mineral, donando su luz a través de
la fuerza, el amor y la sabiduría a quien necesite de ellos.
Es incluso interesante señalar la semejanza de los nombres Cristo, Krishna,
Cristal, todos grandes maestros iluminados de la humanidad. La energía Crística
es la misma energía del cristal; es la propia luz del Espíritu materializada en
un ser humano o mineral.
Cuando vemos la imagen de un gran ser humano, un maestro, un santo o un avatar,
observamos que su cuerpo irradia luz, sobre todo de las manos, del corazón y del
entorno de su cabeza, que es la famosa aureola de los santos.
Desde hace mucho tiempo los cristales fascinan al ser humano con su
resplandeciente luz divina.
Cuando pasamos por una joyería, nos quedamos, casi automáticamente, hipnotizados
por el encanto y belleza de las gemas expuestas, la cual, desgraciadamente, ha
provocado muchas muertes, matanzas y guerras debido a la ambición de la
personalidad humana ante el valor y el poder que representan. Tales gemas
cristalizan la propia luz del espíritu instalada en los cuerpos físicos
encontrados en el seno de la naturaleza. Y el contacto con esos cuerpos
luminosos despierta en nosotros las mismas
Características.
En el orden físico, los opuestos se atraen y los semejantes se repelen; sin
embargo, en el orden espiritual, estas circunstancias se invierten: el semejante
atrae al semejante, la luz atrae a la luz. Si buscamos poder y riquezas
materiales en las piedras, solo encontraremos fragilidad y pobreza; pero si
buscamos la luz y la claridad, nuestras vidas se iluminarán y, entonces sí,
seremos verdaderamente poderosos y ricos.
Si buscamos la felicidad a los ojos del mundo, atraeremos solo la infelicidad;
pero si la encontramos a los ojos del espíritu, viviremos su verdadera
expresión.
El cristal, brilla a través de su propia vida, proyecta su imagen en lo que
tiene en frente a él, en cuanto que el personaje es opaco, busca su brillo en
aquello que reluce por sí mismo, y, como un espejo, busca su imagen en aquello
que tiene delante.
La felicidad, como la luz, es una cuestión de incidencia del ángulo con que
vemos la vida. Podemos verla con los ojos del ego o con los ojos del Espíritu, y
ella nos responderá en la misma proporción, ofreciendo el destino, el karma,
para el Ego, y la libertad para el Espíritu.
Seres erísticos, los cristales, se liberaron de su karma, de su destino denso y
opaco, para convertirse en moradas del propio Espíritu, moradas de luz.
Son estrellas que cayeron en la Tierra, o brotaron de ella, trayendo el mensaje
y la esperanza de que un día puliremos nuestro ser para convertirnos también en
astros del Espíritu.
Más que mensajeros de la esperanza, los cristales son el propio instrumento vivo
para esta transformación. Tenemos el espíritu en nuestras manos.
¿Qué es lo que podemos hacer con él?
2. Los cristales como maestros de fuerza, amor y Sabiduría
Anteriormente vimos que los
cristales son seres de luz, manifestación cristalizada del Espíritu. Esta luz
espiritual cristalizada puede desdoblarse y manifestarse en tres segmentos
diferentes:
FUERZA: Es la manifestación vital e instintiva del Espíritu en el cuerpo. Es la
energía vital, material y sexual. Es fundamental para el poder personal de
realización de nuestros objetivos, deseos e ideas sobre la Tierra.
AMOR: Es la manifestación sentimental y emocional del Espíritu en el alma.
Es la energía de la unión con la vida y con los seres amados. Es fundamental
para la experiencia y la expresión de la felicidad, para el Sagrado Corazón que
late en cada pecho.
SABIDURÍA: Es la manifestación intelectual del Espíritu en la mente. Es la
energía del pensamiento que comprende y conduce los principios teóricos y
prácticos de la propia vida. Es fundamental para la auto-consciencia, el
conocimiento del sí mismo y de los principios y leyes que rigen el Universo.
Cuando digo que los cristales son maestros de fuerza, amor y sabiduría, quiero
afirmar que, como representantes del plano Espiritual, actúan sobre los otros
tres planos de la existencia, o sea: el físico, el emocional y el mental.
En el plano físico, existen cristales que ayudan a fortalecer la vitalidad, la
fuerza física, la sexualidad, la capacidad de trabajo y de acción, el bienestar
corporal y material, la propia salud física, de modo que podamos construir, en
la práctica, nuestra existencia sobre la Tierra.
En el plano emocional, vemos cristales que ayudan a abrir el corazón hacia los
demás y a la vida, a dar y recibir amor y afecto, a realizar los verdaderos
deseos y sueños según la voluntad del Espíritu, y a sentir la felicidad real de
estar vivo, para que se pueda, así, entrar en contacto y en unión con la propia
alma.
En el plano mental existen cristales que nos ayudan a abrir la mente hacia el
entendimiento de las leyes que rigen el Universo y nuestro verdadero papel en la
vida, a dejar de ser racionales y críticos y a colocar el ego en su debido
lugar. Estos cristales nos ayudan a tener claridad y objetividad para atraer la
prosperidad, a tener voluntad y firmeza de carácter para dirigir el rumbo de la
existencia y para ver la individualidad uniéndose a la Espiritualidad para
realizar su voluntad en la vida.
Por último, existen todavía cristales que nos ayudan a conectar con la mayor
fuente de energía, que es la propia luz del Espíritu y, en acción conjunta con
la meditación, nos ayudan a volver a la luz de donde vinimos, o a traerla hasta
nuestras vidas, transformando nuestro cuerpo en un verdadero cristal humano.
Los cristales no curan y no resuelven nuestros problemas, si bien a veces hasta
lo hacen. Nos dan la energía necesaria para que, si realmente queremos y a
fuerza de voluntad de nuestro Espíritu, podamos curarnos y resolver todos los
problemas.
Debemos utilizar los cristales, pero no depender de su energía. Hay gente que
dice: «No sé vivir sin mi cristal»; Es importante saber usarlos, sin apegarse ni
proyectar en ellos nuestro éxito y felicidad. El éxito y la felicidad están en
nosotros mismos, lo que falta es la fuerza, el amor y la consciencia para
alcanzarlos.
Cuando queremos brillar en esta vida, pero no tenemos energía suficiente, los
cristales son de excelente valía alimentando nuestra capacidad de disfrutar
todas las posibilidades.
Una persona que busque, de corazón, un compañero, pero no consigue amarse a sí
misma, usando un cuarzo rosa podrá sacar a la superficie sentimientos y traumas
guardados en el inconsciente, para, así, perdonarse, reconquistar su autoestima
y abrirse a las relaciones, atrayéndolas hacia sí.
Sin embargo, si nos mantenemos en la duda, en el «alto del muro», ahora
queriendo crecer, ahora entregándonos a los deseos, ansiedades y miedos de
nuestro personaje, con el alma vacilando entre servir al Espíritu o al ego, los
cristales poco podrán ayudar. Aun así, y hasta en los casos de total sumisión al
ego, pueden servir como «aspirinas» energéticas, mejorando el «dolor de cabeza»,
pero, desgraciadamente, sin resolver el motivo del mismo.
También es muy importante tomar consciencia de que los cristales pueden ayudar
tanto como perjudicar, de acuerdo con las energías que emanan y aquellas que
necesitamos. Si la persona es agresiva, no debe usar una granada; ya para la
pasiva, la granada será de gran ayuda, al contrario de la amatista, que solo
aumentará su pasividad. Si la persona es muy mental, no debe usar un citrino y
sí un cuarzo rosa para desarrollar el emocional; la persona emocional,
necesitará del citrino para mayor claridad y encauzamiento de las emociones.
De modo general, es un absurdo que la persona use el cristal de su signo
astrológico, pues solo estará ampliando lo que ya es.
Debería buscar lo que le falta, usando un cristal Justamente de signo opuesto al
suyo, que es donde residen sus mayores carencias y necesidades.
3. Los cristales como fuente de afectividad, prosperidad, salud y belleza
Sí, existen cristales que nos
ayudan a convertirnos en atrayentes, prósperos y saludables. Los resultados son
visibles cuando creemos en ellos, pero pasajeros cuando no creemos en nosotros
mismos. El amor, la prosperidad y la salud son energías que emanan de nosotros
mismos y se desdoblan por la vida. Cuando los buscamos en el mundo para rellenar
nuestra propia carencia interior, pasamos a depender de ellos para tener nuestra
felicidad y, con ello, perdemos la libertad.
La satisfacción de nuestros deseos es importante, sí. La prosperidad y la
riqueza material también son importantes. La salud y la belleza, ¡no digamos! La
cuestión es la forma de cómo trabajamos con ello.
Atraemos el amor, la salud y la prosperidad con nuestro brillo interior, como un
sol que dona luz y calor; como una lámpara que, a la noche, atrae todas las
mariposas.
4. La limpieza de los cristales mágicos
El proceso más radical y
eficiente de limpieza es la inmersión de los cristales en agua con sal gorda,
sal marina o en el mismo agua del mar. La sal es el más fuerte agente
purificador de energías. Su acción retira todas las energías negativas... y
también ¡las positivas!.
Hay que usar la sal solo en los cristales extremadamente cargados de energía
negativa o en limpiezas periódicas, semestrales o anuales. Además de descargar
totalmente el cristal, la sal, en muchos casos, corroe las gemas más sensibles.
Para quien se está iniciando en los misterios de los cristales, recomiendo
dejarlos sumergidos en agua salada durante una noche o, como máximo, un día, y a
continuación lavarlos muy bien en agua corriente. Haga eso con los cristales que
acaba de adquirir o le han regalado (excepto si hubieran sido previamente
energizados por la persona que se los dio), e incluso con aquellos que le
acompañaran en momentos críticos de tensión, depresión o enfermedad, o que hayan
sido tocados por personas negativas.
De un modo general, el lavado en agua corriente es suficiente como método de
limpieza para los cristales. Después del uso, o periódicamente, se frotan bien
con las manos, debajo del agua, hasta que sienta que están totalmente limpios de
cualquier acumulación energética. A veces, también, se colocan en un recipiente
con agua caliente. El agua caliente es muy eficaz para la limpieza de las
«grasas» energéticas, sin embargo no substituye el lavado manual.
Siempre que usemos un cristal en alguien o en nosotros mismos para armonizar un
chakra o aliviar un dolor de cabeza, ese cristal debe ser muy bien lavado
después de su uso.
Se pueden utilizar también otros métodos de limpieza, como el fuego, el
incienso, la tierra, determinadas hierbas.
Energización
Energizar es alimentar un cristal con energías favorables para su mayor
desempeño. En la naturaleza, los cristales se energizan espontáneamente; sin
embargo, dentro de ambientes cerrados, en constante contacto con nosotros y con
nuestros problemas, muchas de sus energías se desvanecen en el intento de
armonizar el ambiente y nuestros corazones. Por eso es necesaria una
realimentación energética periódica para que un cristal permanezca saludable,
irradiando luz y belleza, velando por todos nosotros.
Energizamos los cristales siempre después de su limpieza. Los métodos más
conocidos de energización son:
El agua dulce
Además de limpiar, el agua dulce es un fantástico energizador de los cristales,
sobre todo las aguas de una cascada, de un río o de lluvia. Quien no pudiera
llevar sus cristales fuera, intente recoger y traer esas aguas hasta ellos. En
el caso que no fuera posible, use agua mineral o filtrada, y si tampoco fuera
posible, utilice el agua del grifo a pesar del cloro.
El agua corriente energiza más, pero los cristales se pueden colocar en un
recipiente de vidrio con agua y exponerlos al Sol o a la Luna Creciente o
Llena durante un periodo de tres horas a un día para recomponer sus energías.
Después de sacar los cristales, podemos utilizar esa agua para beber, pues
estará energizada por los cristales.
El Sol
El Sol es conocido como el principal elemento energizador de los cristales.
Es así, pero con ciertas precauciones. El mejor horario para exponer los
cristales al Sol es el de la mañana, en el periodo que va desde el amanecer a
las 10 horas, cuando sus rayos comienzan a saturarse.
Tampoco es favorable exponer constantemente al Sol los cristales de colores
fríos, como el verde-azulado, al azul, el índigo, el violeta y el morado. Estos
son más lunares y el exceso de Sol termina alterando su estructura química y
cromática. El cuarzo blanco se vuelve más opaco cuando se expone constantemente
al Sol. Las piedras de colores calientes, como la roja, la naranja, la amarilla
y la verde-amarilla, quieren mucho Sol, cuanto más mejor.
En el caso de ausencia de luz solar, podemos utilizar la luz de una vela, de una
lámpara fuerte o cualquier otra forma de luz o fuego, colocándola próxima a los
cristales.
La Luna
La luz lunar es extremadamente benéfica para las piedras blancas y para las de
colores fríos, pero no ofrece, exactamente, el tipo de energía pedido para las
piedras de colores calientes.
Las lunas favorables para la energización son la Creciente y la Llena. La
Menguante puede ser usada para la limpieza y la Nueva para descanso del cristal.
La Tierra
La tierra también limpia y energiza los cristales. Si se coloca un cristal sobre
la tierra o se entierra, recibirá toda la energía necesaria para su
funcionamiento y bienestar.
Los cristales se pueden poner también en un tiesto, pero, en ese caso, primero
límpielos bien para que las plantas no reciban sus cargas negativas.
Ahora, con el cristal limpio, notará cómo, súbitamente, las plantas comenzarán a
crecer y a ponerse bellas y exuberantes.
El incienso y las hierbas
Los inciensos elevan y purifican la vibración de los cristales. Podemos usar
indistintamente los palitos o los quemadores —lo importante es que el humo
envuelva los cristales. Se puede usar cualquier aroma (el sándalo es uno de los
preferidos), menos ruda y alcanfor, que serán usados para la limpieza.
Respecto a las hierbas, ni siquiera es preciso describir el poder energético y
curativo que de ellas emana. Podemos colocarlas alrededor de los cristales o
triturarlas en un recipiente con agua, donde pondremos los cristales durante un
día. Se pueden utilizar diferentes hierbas, pero lo mejor es usar hojas de
boldo, romero, albahaca o eucalipto, o incluso todas juntas. Estas
hierbas se encuentran fácilmente y no tienen contraindicación.
Otros cristales
Podemos colocar los cristales para energizarlos en drusas mayores de cuarzo
blanco o de otros cristales afines. Podemos también colocarlos dentro de un
círculo, de un mandala compuesto por cristales blancos, permaneciendo en ambos
casos de uno a tres días.
Es importante que las drusas y los cristales del mandala ya estén previamente
energizados.
La intención y el amor
La intención es el método a través del cual utilizamos la energía mental para
energizar los cristales. Enviamos mentalmente o con palabras, mensajes de luz,
fuerza y energía a los cristales. Durante la mentalización, tomamos un cristal
entre las manos llevándolo hasta la frente y después soplamos sobre él,
ofreciéndole nuestra energía vital.
El amor es simplemente el cariño y afecto con que los tratamos.
Además de estas fuentes energizadoras, también se puede usar el relámpago, el
trueno, los vientos y demás fuerzas de la naturaleza.
5. Conservación de los cristales mágicos
El cristal ya está limpio y
energizado. Y ahora, ¿cómo conservarlo así?
La conservación de los cristales varía de acuerdo con sus funciones.
Podemos sintetizarlas en cuatro niveles:
Cristales para ambientes
El mantenimiento de los cristales en los ambientes, ya sean familiares como
profesionales, debe ser, por lo menos, semanal.
Están expuestos en esos lugares para proteger, armonizar o estimular a las
personas que allí están, y eso gasta mucha energía del cristal, sobre todo en
ambientes por donde pasan muchas personas. Por ese motivo se deben lavar y
energizar semanalmente, o como mucho, mensualmente.
En el caso de conflictos o problemas graves que se den en el ambiente, los
cristales se deben limpiar y reenergizar enseguida o constantemente si la
situación perdurara.
En el caso de cristales de gran tamaño, deben lavarse con un paño mojado,
embebido en agua, y a continuación energizarlos con la fuerza de la intención,
ya que inciensos y velas pueden sonar un tanto extraño en ambientes públicos.
Los cristales de uso personal Se deben limpiar y energizar de acuerdo con las
circunstancias en las que estamos. Están a nuestro lado, y aquello que nos
acontece, también les acontecerá. En el caso de una existencia pacífica, se
recomienda un mantenimiento mensual. Cuando esos cristales están constantemente
a nuestro lado, como sucede en el caso de anillos, pulseras, pendientes o
collares, es recomendable que nos bañemos con ellos, pues de este modo estamos
haciendo una higiene simultánea.
Es una triste tendencia de las personas «poner el dedazo» en ese cristal «tan
bonito» que usted lleva en el cuello. Es aconsejable, en esos casos, lavar el
cristal nada más llegar a casa, así como también es aconsejable no salir por ahí
mostrando sus joyas a todo el mundo. Las joyas son objetos personales de poder,
que deben compartir solo la energía de su propietario.
Cristales para la terapia
Los cristales de uso terapéutico deben estar en un espacio reservado para tal
fin. Ese espacio debe estar Aireado, iluminado y, si es posible, con entrada de
luz solar.
Tengo la costumbre de colocarlos en una mesa de madera, forrada con un tejido de
seda o de algodón, o, donde los dejo dispuestos bajo la forma de un mandala para
crear un campo energético colectivo.
No utilizo materiales sintéticos, pues estos obstruyen la circulación de la
energía.
Después de la terapia, todos los cristales utilizados se deben lavar
minuciosamente y repuestos en el mandala.
La limpieza y la energización general puede ser mensual o semestral, de acuerdo
con la frecuencia de uso, salvo que los cristales queden extremadamente cargados
durante la terapia, que en ese caso deberán meterse durante algunas horas en
agua con sal y, después de lavados y energizados, colocarlos de nuevo en el
mandala.
Cristales en Sí
Son aquellos cuya única misión con su usuario es embellecerle y colorearle la
vida. Se usan, de una forma intuitiva y sin pretensiones, en ambientes o en el
propio cuerpo. Están al alcance de todos. Su mantenimiento es a través del
cariño que se tiene por ellos.
La inocencia todavía es la mayor arma y defensa de la humanidad. Anula los
efectos que, en otras circunstancias, serían desastrosos; permite la libertad de
usar y experimentar aquello que se desea. Es como un niño que no se le puede
juzgar ni condenar por sus actos. Sin embargo, la inocencia cesa en el momento
en que se adquiere consciencia. Cuando tomamos consciencia del uso y el poder de
los cristales, sus efectos tanto positivos como negativos se proyectan en
nuestras vidas.
6. Como usar los cristales mágicos
En el ambiente, como
protección y armonía.
Los CRISTALES se pueden usar para la protección y la armonización de los
ambientes. Como protección, constituyen un escudo en torno del ambiente, en
cuanto absorben y transmutan las energías negativas. Como armonización,
promueven el bienestar y la empatía entre las personas presentes.
Usamos, en los dos casos, cristales de medio a gran tamaño. Para estas
funciones, cantidad y tamaño son factores indispensables, sin descartar, por
supuesto, la calidad. Vemos así, que el trabajo que el cristal tiene que
desempeñar se multiplica para cada persona que entra y, además de eso, su área
de acción abarca todo el ambiente, a veces incluso hasta un salón o un
auditorio. Por eso, es importante que el cristal tenga una estructura física con
capacidad para emitir y absorber gran cantidad de energía.
La drusa es un conjunto de cristales unidos a una base única, son varias puntas
individuales unidas, armónicamente, a la misma base. Existen grandes drusas de
cuarzo blanco, ahumado, citrino, de amatista (las famosas «capillas») y muchas
otras, Esas drusas funcionan corno un filtro para el ambiente, destilando
bienestar y armonía.
Además de las drusas, usamos también piezas de cristal de medio y gran tamaño
con el mismo fin. Se consideran estas piezas a partir de un tamaño como el de la
palma de la mano, generalmente en estado bruto. Las piezas más usadas son las
turmalinas negras, los cuarzos rosa y verde y las ágatas. Bolas de cristal y
obeliscos también pueden ser utilizados para este fin.
Los cristales para la armonización se pueden colocar en un punto tal que
abarquen todo el ambiente. Puede ser en alto, en un estante o en una mesa. Por
otra parte, los cristales para protección se pueden colocar a la puerta de los
ambientes o en la mesa donde trabaja, o sea, deben estar próximos de quien entra
o de quien desea la protección.
Los cristales más usados para la protección y armonización son:
Cuarzo blanco: transmite luz, paz, armonía y alegría.
Amatista: transmite espiritualidad y trascendencia.
Citrino: transmite prosperidad y claridad.
Cuarzo rosa: transmite amor y equilibrio emocional.
Cuarzo verde: transmite salud y equilibrio emocional.
Turmalina negra y cuarzo ahumado: transmiten protección y estructuración.
Ágata: transmite tranquilidad
y bienestar.
Como piezas de uso personal
Cuando elegimos un cristal como compañero de jornada, es fundamental que esté a
nuestro lado el mayor tiempo posible y, sobre todo, en los momentos en que su
energía fuera necesaria. Será nuestra piedra de poder personal, aquella que
compartirá nuestra historia, estimulando energías que necesitamos incorporar y
expresar en la vida, o alejándonos de aquellas que necesitamos abandonar.
Podemos llevar ese cristal en el bolso, en la bolsa, en una bolsita cogida a la
ropa o en cualquier otro lugar a donde llegue la imaginación.
Pero la forma más práctica es a través de los clásicos adornos corporales como
anillos, pulseras, tobilleras, colgantes, collares, gargantillas, pendientes o
diademas.
Hay controversias sobre la utilización terapéutica de cristales pulimentados.
Muchos los prefieren en estilo bruto. Podemos encontrar los cristales bajo las
siguientes formas:
En estado bruto, exactamente como se encuentra en la naturaleza.
Conservan toda su integridad.
Rodados, o sea, pulidos naturalmente, a través del proceso de rodamiento en
tambores de agua y arena, exactamente como sucede en los lechos de los ríos.
Solo deben ser evitados cuando el cristal presenta una punta natural, como el
cuarzo blanco, la amatista y el citrino; también cuando presentan estrías,
frisos paralelos que se extienden por su superficie, como en el caso de las
turmalinas, aguamarinas, cuncitas y otras; en esos casos, el rodamiento
interrumpe el mayor flujo energético.
Ovalados que presenta una cara ovalada y otra achatada. Sigue los mismos
principios de los rodados, sin embargo se producen siguiendo un patrón con
máquinas y manos humanas. Como los pulidos, generalmente se usan para adornos
corporales como anillos, collares y otros. En este proceso también están
incluidos las bolas de cristal y los obeliscos.
Pulidos en N número de caras para aprovechar al máximo su luminosidad.
Su potencial varía de acuerdo con el talento o el estado de ánimo del pulidor.
El talento es inherente o no al pulidor, sin embargo, el estado de ánimo puede
variar de un trabajo a otro, impregnando el cristal de emociones positivas o no.
Mejor es dejar de usar esa pieza devolviéndola a la naturaleza.
Veremos a continuación las diferentes formas de cómo se pueden usar esas joyas
en el cuerpo y cuáles son sus características y particularidades:
Anillos
Los dedos son extensores de todas las energías del ser. Son la síntesis de todos
los niveles de percepción de la vida. Pueden tocar y actuar en cualquier parte
del propio cuerpo o de cualquier otro cuerpo. Expresan aquello que está en la
mente y en el alma de cada uno. Con ellos manoseamos, escribimos, acariciamos y
agredimos la propia existencia.
Se pueden usar todos los tipos de cristal en los dedos (abarcan todos los
chakras), siempre que se sigan las especificaciones para cada momento y que se
coloquen en el dedo y la mano correctos.
Trataremos más específicamente este asunto en el capítulo «Los dedos y los
astros».
Pulseras
La muñeca es una especie de síntesis de los dedos (le las manos. Las diferentes
energías que corren por los dedos se unen a la muñeca. Es como si la muñeca
fuera su base, de la misma forma que una drusa de cristales, donde varias puntas
se unen en una base única. De este modo, las pulseras circundando ese portal
son, casi, como una compuerta que puede represar o abrir el flujo energético por
el brazo.
Las pulseras son excelentes para la circulación y cambio de energía con las
personas y con la vida. La acción de los cristales abre las muñecas, permitiendo
el flujo de energía, sobre todo aquella energía que el cristal está dinamizando.
Hay que resaltar que la muñeca derecha favorece las intenciones expansivas, en
cuanto que la izquierda son las receptivas (en el caso de los diestros); por
eso, en casos de protección, se recomienda cerrar la muñeca izquierda.
Tobilleras
Las tobilleras funcionan exactamente como las pulseras, con la diferencia de que
aquellas están ligadas a las energías densas de la tierra. Son ideales para
cristales negros, marrones y rojos, que atraen las energías densas de la tierra
hacia el organismo, dinamizando la energía vital, la sexualidad, el poder
personal y la fuerza para caminar sobre la tierra. Sirven también como una toma
de tierra para descargar las tensiones psicocorporales y, también, como un
escudo protector contra las energías negativas de ciertas entidades elementales
o con bajo astral, que intentan consumir y alimentarse con nuestras propias
energías.
De la misma manera que en las muñecas, el tobillo derecho está ligado a la
corriente expansiva, mientras que el izquierdo a la receptiva.
Colgantes y collares
De modo general, llegan hasta la altura del corazón, o como máximo, a la altura
del plexo.
Los que llegan a la altura del corazón, actúan en la vida emocional, estimulando
o reprimiendo, según el cristal, la propia expresión emocional, o sea, el amor
que la persona siente hacia sí misma, hacia los demás y hacia la vida. Para
dinamizar los sentimientos, el amor propio y las relaciones, podemos utilizar
cristales rosas, anaranjados, verdes o blancos.
Los violetas tienen que ver más con el amor espiritual; los amarillos y azules
con la energía mental, pudiendo ser usados, en casos de desapego y claridad
emocional. Los rojos pueden sobrexcitar, aportando irritación y ansiedad; los
negros, cenizas y marrones pueden reprimir aportando rigidez, pesimismo y
melancolía. Se utilizaran solo en casos excepcionales.
Los colocados a la altura del plexo estimulan la actividad mental, la
individualidad y la fuerza de voluntad. En esta parte del cuerpo podemos usar,
sobre todo, los cristales amarillos, los blancos, o incluso todos los demás,
según las circunstancias y necesidades antes descritas.
Gargantillas
Aunque próximas al corazón, las gargantillas, alrededor del cuello, estimulan la
capacidad de expresión verbal de los sentimientos y la verdad de cada uno,
privilegiando la comunicación entre las personas y con uno mismo (ver quinto
chakra). En esta parte del cuerpo, lo ideal, son piedras azules, verde-azuladas
o blancas.
Pendientes
Los pendientes son unos de los adornos que se colocan más próximos a nuestra
cima, a las vibraciones más altas del ser y del espectro del arco iris (ver
sexto y séptimo chakra).
Trabajan, principalmente, con las energías del azul oscuro, del violeta, del
morado, del dorado y del blanco.
Diademas
Aunque poco usadas para llevar cristales, las diademas tocan exactamente la
parte alta de la cabeza, la corona del ser humano (ver séptimo chakra).
Es el punto que tiene la más elevada frecuencia espiritual del cuerpo. Aquí, el
blanco es el color más indicado, pudiéndose utilizar también el dorado, el
violeta y el morado. Los otros colores deben ser muy claros o evitados.
Como canalizadores, transmisores y amplificadores de la intención:
Por canalización entendemos la capacidad de recibir o incorporar energías de
seres distantes y de otras dimensiones. Es lo que ya conocemos desde hace mucho
tiempo por el nombre de mediumnidad. La mediumnidad puede ser tanto consciente,
cuando intervenimos con las energías, como inconsciente, cuando estamos
totalmente poseídos por ellas; in corporativa, cuando se manifiestan las
energías integralmente a través de nuestro cuerpo y nuestra voz; sensitiva,
cuando percibimos las energías en nuestra consciencia y sensibilidad como una
suave comunicación interior.
Por transmisión entendemos la capacidad de enviar nuestras propias energías a
seres distantes o de otras dimensiones.
Nuestra intención se proyecta en el astral y se refleja en el ser deseado.
Son nuestras oraciones, evocaciones, visualizaciones y viajes astrales.
Por amplificación entendemos la capacidad que tiene el cristal de aumentar el
efecto de nuestra intención, ya sea tanto para la canalización como para la
transmisión.
Para esos casos el cristal más indicado es el cuarzo blanco, sobre todo el
cristal generador de cuarzo blanco de terminación única o biterminado. El
generador de cuarzo blanco es una pieza natural de cristal límpido, de diez a
veinte centímetros, aproximadamente, con una punta y una base (terminación
única) o una punta en cada extremidad (biterminado). En el caso del generador de
terminación única, la energía entra por la base y sale por la punta; en el
biterminado, la energía corre simultáneamente en ambas direcciones al mismo
tiempo.
Cuando queremos enviar o transmitir un mensaje o intención a alguien,
dondequiera que esté, intentamos, inicialmente, visualizar mentalmente lo que se
quiere transmitir. Si es un caso de enfermedad, visualizamos a la persona fuerte
y saludable; si es un problema personal, visualizamos a la persona con fuerza y
claridad para resolverlo; si es un caso de pérdida la base del cristal sobre la
frente, proyectamos esa imagen a través del mismo, hacia el espacio, en
dirección a la meta deseada. La intención trabajará en el cuerpo astral de la
persona, reflejando en ella los deseos esperados. Ese tipo de transmisión se usa
sobre todo para enviar energías de fuerza, solidaridad y cura, para quien,
teniendo necesidad de ellas, se encuentra a distancia.
En el caso de recepción, de canalización, necesitamos, primero, definir,
transmitir exactamente al Cosmos el conocimiento o las energías que deseamos
recibir, o incluso, los seres con quien queremos entrar en contacto. Hacemos
esto con la base del cristal sobre la frente. A continuación, invirtiendo la
posición, colocarnos la punta vuelta hacia la frente y esperarnos, con total
silencio y vacío mental, la información o incorporación de la energía que
pedimos.
Podemos, en esos casos, canalizar mensajes y energías de desencarnados, de guías
o ángeles, tanto del plano astral como del espiritual, así como también de los
elementales e, incluso, de los seres humanos comunes y de los animales.
En lo tocante a la meditación, que está totalmente desvinculada de cualquier
intención que no sea el propio silencio mental, podernos colocar algunos
cristales a nuestro alrededor o delante, en nuestras manos, o incluso sobre la
frente o el corazón.