Una persona sensitiva, un vidente, un mago... debe estar en condiciones de comprender cuando una persona ha estado hechizada, para así comprender las características del maleficio.

El diagnóstico de un hechizo es siempre una acción muy delicada, y hay que estar seguro de lo que se afirma.

Sin embargo, muchos pseudo-videntes no ven mas que hechizos, y algunas veces lo hacen de buena fe, confundiéndolos con las energías negativas debidas al mal de ojo (Y quién no es víctima de energías negativas?) Otras veces, en cambio, se trata realmente de deshonestas embestidas de pseudo-magos, cartomantes que cobran bastante dinero por quitar hechizos insistentes.

Los magos y los videntes han aumentado en los últimos años de un modo vertiginoso, y ello es debido al periodo de crisis que está atravesando la humanidad. La desconfianza y el miedo hacen nacer en muchos la idea de ser víctimas de encantamientos, hechizos y mal de ojo.

En el fondo, esta es una postura cómoda. Si la familia está en crisis, si no se encuentra trabajo, si todo va al revés, la culpa no es nuestra, sino de alguien que nos quiere mal. Con esta excusa, la persona se siente en paz consigo misma, y acaba por considerarse una víctima.

Puede comprenderse, pues, porqué va aumentando el numero de magos, cartomantes y videntes que, con nombres extravagantes o sacados del archivo de magos célebres, se burlan de los ignorantes que se dirigen a ellos de buena fe.

El poder de estos pseudo-videntes viene de abajo, del mal, de la involución, pero las leyes divinas son perfectas y ellos serán los primeros en pagar por su actuación.

En otros casos, o bien son víctimas de sus mismas sugestiones negativas, o bien quedan hechizadas en el mismo momento que se dirigen a un operador deshonesto. Este procederá inmediatamente a instalar en la mente de su cliente el miedo al hechizo, y puesto que el pensamiento es creativo, a partir de aquel momento la persona quedará verdaderamente hechizada, y precisamente por el mago a quien se dirigió para pedirle ayuda.

En la magia popular se utilizan sistemas variados por comprender si el individuo está hechizado. El origen de tales ritos se pierde en la noche de los tiempos, pero todos se basa en la magia de correspondencia. A continuación, veamos algunos de ellos.

RITO DEL INCIENSO

En un pequeño barreño de cobre se pone un buen pellizco de incienso puro y se quema con cerillas de madera.

Durante la operación se presta atención al color  del humo de la combustión.

Si existe negatividad, el humo es de color oscuro; cuanto más negro es mas fuerte son las ondas negativas. Si, en cambio, el humo es blanco, quiere decir que la situación es normal.

Aparte de ser utilizado para diagnosticar un hechizo (y en este caso debe estar presente la presunta víctima), este sistema se utiliza también para saber si un ambiente está impregnado de negatividad.

Quemando el incienso, a la vez se purifica el ambiente.

RITO DE LA SAL

En un recipiente de cobre o de cerámica se colocan veinticinco granos de sal gruesa, se vierten sobre ellos siete cucharadas de alcohol, y se quema todo con una cerilla de madera.

SI al quemarse la sal chisporrotea, quiere decir que existe negatividad. Cuanto más fuerte sean los chisporroteos, más energía negativa hay.

RITO DEL ACEITE

En la primera técnica, se llena de agua un pequeño barreño y se pone aceite de oliva en un platito (tres cucharadas).

Se enciende una vela blanca, utilizando para ello cerillas de madera, se apagan las demás luces, se moja el dedo índice de la mano izquierda en el aceite, y se hacen caer tres gotas en el barreñito.

Si éstas se mantienen enteras y no se expanden, no existe mal de ojo. Si, por el contrario, se extienden formando círculos concéntricos, el mal de ojo está presente.

Por otra parte, cuantos más círculos se formen, mayor es la negatividad. Una segunda técnica consiste en hacer pasar tres veces sobre la cabeza de individuo en examen el platito del aceite, y después, proceder como antes.

RITO DEL OLIVO

Se vierten tres gotas de aceite de oliva en un  plato lleno de agua y se le añade una hoja de olivo bendecida. Si el aceite se alarga, existe mal de ojo.

RITO DEL PLOMO

En presencia del presunto hechizado se vierte plomo fundido en un barreño de agua. Los vapores que se formen tienen el poder de alejar todas las negatividades. Por otra parte, deben controlarse las diversas formas que adquieren el plomo al solificarse, ya que por medio de estas figuras se pueden conocer las características del influjo maléfico.

En este ritual, el plomo asume el significado de la materia, representando el cuerpo físico de la persona. Los vapores que emana llevan hacia arriba todas las energías negativas, de este modo se disuelven.

LOS SIGNOS

En algunos casos, se puede saber si existe un hechizo vigilando algunos signos extraños que se forman en el pavimento de la casa. Son imágenes que antes no existían, y se encuentra en el suelo, en las paredes y sobre las puertas.

Estos signos pueden aparecer, con menor frecuencia, directamente sobre el cuerpo de la persona, en forma de manchas rojizas, garabatos y puntos oscuros, y de un modo especial sobre los brazos y la espalda, aunque también en cualquier otra parte del cuerpo.

Otras veces estos signos de hechizos, también denominados elementos secundarios, pueden aparecer en el interior de las almohadas y colchones, presentando extrañas formas, realizadas al entrelazarse y anudarse la lana o las plumas.

La tradición popular concede gran importancia a los elementos secundarios, y la almohada es, normalmente, el primer lugar al que se dirige la atención para buscar pruebas de posibles hechizos.

LOS SUEÑOS

Los sueños también pueden desvelar la presencia de un mal de ojo o de un hechizo. El individuo dormido incluso puede ver a la persona que le a enviado el mal.  Otras veces, el sueño revela un hechizo realizado sobre alguien de la familia o sobre un amigo.

NO es raro que queridas personas difuntas avisen al soñador sobre un inicio de hechizos..

Otras veces es el inconsciente mismo del soñador (deposito psíquico mucho más sensible que el consciente) el que capta las sensaciones de negatividad y las exterioriza, utilizando los sueños.

De este modo hemos dado un repaso a los medios mas comunes usados para diagnosticar la presencia de un hechizo, y podemos decir que todos son validos.

Los sistemas populares se basan en la proyección del pensamiento, que se dirige a través de medio más o menos empíricos, los cuales, gracias a la analogía vibratoria entre los distintos elementos (agua, aceite, sal..etc) están en condiciones de despertar en el operador facultades latentes, como la videncia, la precognición, e incluso el telecinesis en el caso del aceite que se extingue por el agua.

Otros operadores más valientes no utilizan ningún medio físico, y se basan solamente en las sensaciones derivadas de la observación de una persona o de su fotografía.

Cada cual tiene su sistema, proporcional a su propia capacidad.