LAS VELAS EN LAS CEREMONIAS RELIGIOSAS.

La vela es sólo un eslabón en la gran cadena que supuso el intento del ser humano por domesticar el fuego. Podríamos situarla  entre el candil y el quinqué. Los candiles más antiguos de los que tenemos noticia datan de 15.000 años atrás.

Inicialmente eran sólo un recipiente cóncavo en el que se ponía un poco de grasa animal. En algún momento se mezcló con cera de abejas, y se aglutinó luego la parte resultante alrededor de un junco seco, a modo de mecha. Parece que este tipo de vela ya era utilizada por los etruscos, antiguos pobladores de la península italiana ante el resurgimiento del Imperio Romano.

Se sabe que los romanos usaban profusamente ese tipo de velas, formadas por una mecha de junco que se sumergía varias veces en cera fundida hasta que alcanzaba el grosor deseado.

En las celebraciones judías las velas han ocupado también desde tiempos antiguos un lugar muy importante.

En muchos de los territorios paganos conquistados por el Imperio Romano, la utilización religiosa o mágica de lamparillas y velas era muy común. Al ser evangelizados dichos territorios y sus habitantes convertidos en fieles cristianos, muchas de sus costumbres se fueron integrando de un modo u otro en la liturgia de la nueva religión. La iglesia al principio fue muy reacia a adoptar las velas en los rituales cristianos. Voces poderosas se alcanzaron contra tales <<costumbres paganas>> y contra los <<efectos corruptores>> que se pensaba tendrían sobre el culto.

A partir del siglo IV, la costumbre de utilizar velas no sólo se estableció firmemente, sino que llegó a ser tenida como una característica propia de la mayoría de los rituales cristianos. Las velas pasaron emplearse en todas las ceremonias del culto, pero especialmente en las ceremonias importantes, llegando a ocupar una posición central en las procesiones, en bautizos, matrimonios y los funerales. Adquiriendo definitivamente un papel predominante en el altar; se colocaron ante las imágenes  y en las hornacinas de los santos; pasaron a ser usadas como ofrendas votivas a dios y a los santos, o junto con oraciones e invocaciones para la recuperación de la enfermedad, y en las peticiones de otros muchos favores.

De hecho, pocas son las ceremonias en las que no se utilizan. En el mundo católico se celebran algunas fiestas en las que las velas asumen un gran papel. En el campo se llevaban a bendecir algunas velas durante la ceremonia de la candelaria, y después, tras la bendición. Se conservaban en casa y se encendían en el momento oportuno: contra los rayos, el granizo y las enfermedades de los animales.

También se solían prender las velas bendecidas cuando se velaba a los muertos o se asistía a los moribundos. Para ayudarlos, incluso se acostumbraba a dejar caer sobre su cuerpo algunas gotas de cera licuada. También durante los partos difíciles se encendían velas bendecidas. Y aún es tradición en muchos países encender un cirio en el momento del bautismo, para iluminar el camino del recién nacido hacia Cristo; en general, el cirio es sostenido por el padrino, que deberá ser la imagen de referencia y el ejemplo para la vida cristiana del bautizado.

En muchos lugares aún es costumbre preparar una capilla ardiente para realizar el último homenaje al muerto por parte de los vivos. La propia denominación de capilla ardiente ya nos indica que se trata de un lugar iluminado por la llama de muchas velas, simbolizando de algún modo la luz del alma, que liberada de la prisión terrenal del cuerpo se eleva hacia dios. Antiguamente, las velas de grandes dimensiones que se situaban alrededor de la cama sobre la que se acomodaba al difunto, ardían durante todo el tiempo en que está el velado. Notable también es la tradición del cirio pascual. En la cuaresma, se apagan todas las luces y las velas presentes en la iglesia y se enciende un nuevo fuego, símbolo de Cristo que renace. De esta llama tomará vida el cirio pascual y de allí todas las demás velas que iluminarán la iglesia ¿Y qué serían sin velas y cirios las procesiones de Semana Santa que se celebra en todo el mundo católico?