Fórmula para atraer la buena suerte a un hogar…

Esta es una curiosa y clásica receta de la que, seguramente, algunos lectores habrán oído hablar.  No es de extrañar, pues nuestras abuelas ya utilizaban para darle a su casa un aire especial, de paz y tranquilidad. Esta fórmula será ideal para restablecer el orden energético de una casa. Nos ayudará a instalarnos mejor cuando la vivienda sea nueva y, nos servirá también para atraer la suerte tras una etapa poco agraciada.

Requisitos…

-         Debemos preparar la fórmula en un momento en que la luna está en fase de cuarto creciente.

-         Ejecutaremos la práctica siempre a primera hora de la mañana, tras haber aireado la casa abriendo puertas y ventanas convenientemente.

-         Precisaremos para cada una de las habitaciones de la casa, cinco gotas de esencia d vainilla, por cada cucharada sopera de agua.

-         Necesitaremos un recipiente de cristal (puede ser una jarra o bien un vaso) por cada habitación a purificar.  En el interior del vaso situaremos una pizca de azafrán en polvo.

-         Como elemento complementario para poder efectuar una ambientación oportuna de la casa, emplearemos incienso litúrgico.

 

Procedimiento…

1.   Colocaremos sobre una mesa bien limpia cada uno de los vasos que vamos a utilizar para atraer la suerte y la purificación a la casa.  Recordemos que será uno por estancia.

2.   Situaremos dentro de cada vaso la mezcla de esencia de vainilla con agua. Después añadiremos el azafrán y removeremos todo.

3.   Nos centraremos, entrando en relajación con la ayuda de la respiración y centraremos la energía en el plexo solar. Mientras lo hacemos pensaremos en que dicha energía va desde el centro del plexo solar hacia los brazos y de allí a nuestras manos que serán las que la dirijan a los vasos. Al tiempo que trasladamos la energía debemos pensar en positivo, con la conciencia que estamos cargando de energía positiva los ingredientes del ritual.

4.   Tras la magnetización, dejaremos todo el preparado en reposo por espacio de veinticuatro horas. Al día siguiente, por la mañana y tras haber aireado bien todo el domicilio, procederemos a situar los vasos junto a la puerta de cada habitación. Cada vez que depositemos un vaso diremos en voz alta: “Limpia, purifica y dame suerte”

5.   Tras la invocación, mirando al vaso, imaginaremos que de su boca sale energía positiva que se va expandiendo  por toda la casa.

6.   Cuando hayamos terminado con el último vaso, procederemos a cerrar todas las ventanas de la casa. Será en ese momento cuando prenderemos el incienso litúrgico Para un buen uso del incienso podemos optar por varias modalidades: o bien lo dejaremos arder en la habitación central de la casa, o bien podemos decantarnos por ir cambiándolo de ubicación de manera que pueda purificar cada estancia.

NOTA: Es muy importante que mientras quemamos el incienso permanezcamos en la casa en estado receptivo, pensando en la acción que estamos realizando e intentando, si lo deseamos, visualizar la presencia de energía pura y agradable por todo el domicilio.

Si el aroma del incienso litúrgico no nos resulta agradable, podemos sustituirlo por incienso de camelias, pino o rosas. Incluso en estos casos, en lugar de recurrir al gran paquete de incienso granulado, podemos emplear los de tipo cono o en varilla, de forma que sea más fácil usar uno por estancia.