Las posturas animales de poder...

Si somos capaces de establecer la relajación adecuada y por tanto de llevar nuestra mente a una serie de estados receptivos y capaces de emplear la proyección, lograremos que las diferentes posturas del animal que también está en nosotros se manifiesten.

Cada una de las posturas pretende una sensacion, una circunstancia en si, la vinculación con una serie de instintos que podemos usar de forma controlada cada vez que lo necesitemos.

Las siguientes posturas, tambien denominadas de poder, pueden resultar de muy diferente significacion para cada una de las personas, de hecho cada uno de nosotros la vivirá de una forma particular a pesar de que todas ellas tengan una denominación común.

Asi, por ejemplo, mientras que la postura del gorila teóricamente nos dara seguridad, fuerza y valor, puede ocurrir que nos de sensaciones de agresividad y rencor y por tanto, si nuestra concentracion y proyección no es la adecuada, puede llevarnos al dolor por lo pasado  y a la angustia por la poca capacidad de acción. Todas las posturas tienen un denominador común, para practicarlas debemos centrar la mente ya que por mucho que acompañemos nuestro fisico al realizarla, si nuestra mente no acompaña el movimiento los resultados serán inapreciables.

El primer paso será tener claro porque estamos realizando la postura y para ello habremos escogido una de ellas con suficiente antelación y tiempo. Una vez sabemos cual es nuestro objetivo, proyectaremos una idea o pensamiento en la mente que será mantenida hasta entrar directamente en la fuerza de la postura.

El segundo paso a realizar una respiración acompañada con lo que estamos haciendo, manteniendo la atención en la parte superior de nuestra cabeza, sin centrarnos en un hemisferio u otro, al menos al principio.

El tercer paso sera adoptar poco a poco la posición y representarla como propia mientars paralelamente ejercemos una influencia con nuestro pensamiento. Adoptarla como propia es que ya no somos personas sino animales, somos un gorila, un felino...

El cuarto y último paso es dejarnos llevar por la postura y permitir que nuestra mente viva esta experiencia sin más, sin buscar respuesta, sin preguntar, solamente dejándonos llevar.