LECCION 3. EL TALLER DE LAS BRUJAS
¿Existe
de verdad una moda de las brujas? A veces se observan en las pasarelas desfiles
inspirados en el mundo de las brujas; en ellos, las modelos van luciendo
vestidos preferentemente negros, faldas de piel y jerséis de angora con hilos de
lana que, a modo de telarañas, cuelgan por todas partes. O largos chales,
ponchos o bufandas.
Pero
también se pueden observar colores más luminosos (los del arco iris, por
ejemplo), vestidos ligeros, encajes y velos. Las líneas suelen ser asimétricas y
siempre cuelga algo, la falda tiene alguna cola o las mangas son como las alas
de un murciélago. La imagen dominante es la de una selva.
Así
pues, la Wicca, la magia blanca, con sus sugerencias esotéricas y estilistas, ha
llegado también al mundo de la moda, que ha creado vestidos de formas
irregulares en los que las asimetrías, la superposición, los elementos dinámicos
y el patchwork de telas y fantasías, dan vida a una colección sorprendente. Los
calcetines negros que llegan a media pierna, los bordados de lana que se
convierten en telarañas y el encaje negro de las faldas al bies dan una imagen
de hada metropolitana.
Lo
cierto es que, si bien la imagen de la bruja vestida de negro es todavía difusa,
está claro que las pertenecientes a la magia Wicca suelen preferir los colores y
tejidos naturales.” A menudo se piensa en las brujas como en personas vestidas
de forma espantosa, con faldas tremendas y amplios chales que las esconden. Es
una imagen estereotipada que recuerda muchísimo a la befana, esa maga vieja y
fea que en Italia lleva regalos a los niños, pero que ya no se identifica con
nosotras … No me gustan las personas que ostentan su presunta pertenencia al
-mundo de las sombras- con vestidos oscuros tipo dark, tachones y otras
diabladuras. Las brujas que yo conozco suelen vestirse preferentemente con
colores que recuerdan a la naturaleza” (Laura Rangoni. Vivere Wicca, Milán 2004,
pag.135)
A muchas
brujas les gusta ponerse vestidos confeccionados con fibras naturales, la
verdadera lana del jersey tipo noruego o andino, el algodón fino de las túnicas
indias y de las camisas coreanas y la seda natural de los chales indios.
Pero
vivimos en una sociedad en que se
usa muchísimo la fibra sintética, y como somos
poquísimas las personas que nos podemos permitir unas verdaderas medias
de seda, nos limitamos a optar por los pantis de licra. Como en todo, lo
importante es mantener un equilibrio y no volvernos maniáticas del uso de las
fibras naturales.
EL HÁBITO MÁGICO Y SUS
ACCESORIOS.
Para
oficiar la magia hay que disponer de vestidos rituales adecuados, los cuales,
sin embargo, no son iguales para todas, sino que varían en función de la
sensibilidad de quien lleva a cabo los rituales y el motivo por el que estos se
realizan. En general, lo mejor sería ponerse un hábito de color neutro, blanco
por ejemplo, que puede ser simplemente una túnica confeccionada con un retal de
tela.
El
hábito también podría ser de piel, como el de los antiguos chamanes, adornado
con plumas, pedacitos de hueso y abalorios. En lo que se refiere a uso de las
telas y colores, quien quiera comprar un hábito o confeccionarlo debe dejarse
guiar por el instinto: puede ocurrir que uno descubra una tela
étnica, como un tejido batik con colores que fascinan, un retal de seda
pura o de algodón, que recuerden el cielo o el mar, o un amplio chal blanco, que
hace pensar en la nieve que recubre las montañas. Es mejor no optar por tejidos
sintéticos, como en el caso del paño del altar.
Si se
quiere personalizar el hábito ritual cabe la posibilidad
de bordar o dibujar encima signos zodiacales, runas u otros motivos y
símbolos indelebles que sintamos próximos.
El
hábito mágico solamente se emplea cuando se ofician los rituales, antes nadie
debe tocarlos ni lavarlos y ha de ser purificado antes de utilizarlo si lo ha
confeccionado otra persona.
El
hábito se puede complementar con accesorios de fuerte valor evocativo, por
ejemplo el cinturón que simboliza la fidelidad; de hecho, sirve para sujetar y
sostener en la cintura la espada del guerrero, el puñal, la bolsa, las llaves,
etc.… objetos indispensables que,
como no se pueden dejar sin vigilancia, se llevan encima.
Desde el
punto de vista mágico, el cinturón protege de los espíritus malignos y de la
negatividad, al igual que las murallas la ciudad. Suele ser adecuado levar en el
cinturón una bolsa en la cual guardar los objetos necesarios para oficiar los
rituales, por ejemplo las cerillas para encender las velas y el cuchillo con el
cual se cortan las hierbas o se traza el círculo mágico.
La capa
simboliza el universo, del cual el cuerpo de oficiante es el axis mundi. Pocas
son las personas que se ponen también la capa, solo indispensable en los
rituales de purificación de las
grandes negatividades para arropar al oficiante y alejar los efectos bumerán de
la magia negra que se intenta erradicar.
El
sombrero sirve para cubrir la cabeza y protegerla, porque los cabellos pueden
convertirse en receptores de la energía del cosmos, pero simboliza también la
corona, la señal del poder. La capucha se usa, en cambio, para salvaguardar los
secretos iniciáticos, morir como persona y renacer como oficiante de magia.
El COLLAR MÁGICO.
En lo
relativo a las joyas, hay muchas wicca que se cargan de amuletos, cadenas,
colgantes, pentáculos y lunas, ostentando así públicamente su pertenencia a la
Wicca. Esto no siempre es positivo, porque demasiada parafernalia y un uso
excesivo de amuletos resultan a veces grotescos.
El
collar, además de un adorno, puede indicar un grado, una función, una condición
de súbdito (basta pensar en los collares de los perros y de los esclavos). En
muchas tradiciones, quien oficia en magia lleva al cuello un collar que no se
quita nunca, ni siquiera cuando ha
terminado el ritual. Antaño, el collar ritual solía ser rígido y de plata, pero
también podía estar hecho de semillas,
guijarros, perlitas, corales o trocitos de maderas unidos por un
cordoncito o un hilo de plata. Es preferible que cada uno aprenda a
confeccionarse su propio collar mágico, que deberá llevar siempre durante los
rituales pero también cuando sienta la necesidad de hacerlo.
El collar es el símbolo de poder, pero también un adorno que refleja la
belleza. El collar ritual también puede hacerse en primavera con flores, hojas y
frutas: en este caso, una vez finalizado el rito, cuélguelo de un árbol o
arrójelo al agua.
Para
confeccionar un collar mágico basta con un poco de fantasía y un mínimo de
habilidad manual: en realidad, se trata de tomar el hilo de bordar más bien
grueso, tal vez de diversos colores, o un cordel fino llamado cola de ratón y
enfilar en él conchas, abalorios, etc. En las tiendas de bricolaje, en las de
dibujo o en las droguerías o en las viejas mercerías, se pueden encontrar
diversos tipos de cordel y abalorios. Hay una técnica algo más compleja que
consiste en trenzar varios hilos entre si. Se puede empezar sólo con dos,
anudándolos después de haber enfilado cada abalorio: de esta forma, si se
rompiera el collar, no se perderían todas las perlitas.
Uno de
los collares más simples pero también mas cargados de energía es el
confeccionado con conchas. Puede optar por una de
estas dos soluciones: buscar conchas que ya tengan de por si un agujerito
natural, que han sido arrastradas desde lejos por las olas y pulidas por la
arena, o conseguir un taladro de modelismo y hace usted mismo los agujeros.
Puede recoger las conchas en una playa o bien, tras una buena paella con
almejas, guardarlas, lavarlas bien y usarlas para hacerse su tan original
collar…
AMULETOS Y TALISMANES.
En el
lenguaje corriente, palabras como talismán o amuletos se utilizan a menudo como
sinónimos, a pesar de que cada uno cuenta con su propio y preciso significado.
El
amuleto es un objeto natural que refleja simbólicamente un concepto por
analogía: el girasol es una planta del sol porque se vuelve hacia él; el rubí es
una piedra de Marte porque es rojo como el fuego y la sangre, etc.
Encontramos la primera vez el termino amuletum en la historia natural de Plinio
el viejo; desde entonces, y en términos generales, ha mantenido sus atribuciones
de objeto que preserva de las enfermedades y de los influjos negativos. De
hecho, el amuleto aparece a menudo en las prácticas mágicas con una finalidad
protectora contra maleficios, enfermedades, accidentes, etc.
El
amuleto es un objeto que procede siempre de la naturaleza (desde la vara de
Aarón hasta la pata de conejo, desde el escarabajo egipcio hasta el cuernecillo
para ahuyentar desgracias).
Los
amuletos naturales tienen formas o colores excepcionales, por ejemplo una pluma
de un tono particular de azul marino, un guijarro antropomorfo, piedras
agujereadas, palos y raíces de extraño diseño, una concha, un diente de animal
encontrado en un bosque, un cuerno de cabrito, etc.
Existen
asimismo amuletos creados por el hombre a semejanza de objetos naturales que,
por su poder específico, son adecuados para proteger una situación determinada.
Es el caso, por ejemplo, de los saquitos mágicos. Cuando se convierten en
objetos más complejos, es decir, compuestos por más elementos, los amuletos se
transforman en fetiches que ya tienen un papel mas articulado. En la práctica se
llevan siempre encima para proteger a su propietario.
Los
talismanes son sellos, figuras o caracteres astrológicos y están impresos,
labrados o sellados sobre una piedra, un metal correspondiente al astro en
cuestión, un pergamino, etc. Confieren poderes y beneficios a quienes los
poseen.
En
síntesis, el poder de os talismanes depende de su origen, del material de que
están hechos y de los signos, las inscripciones y las figuras que aparecen en
él. Es sobre todo la magia ceremonial, que toma mucho de la cábala hebraica, la
que estudia la producción de los talismanes, mientras que la Wicca prefiere
dotarse de amuletos procedentes del mundo natural.
LOS SAQUITOS DE MAGIA
Confeccionar un saquito de magia es muy fácil, basta con tomar un trozo
rectangular de tela blanca, o de color, según sus intenciones, que puede ser de
lino, seda o algodón nunca sintético que mida aproximadamente ocho o diez
centímetros de largo y cinco de ancho. Doble el retal en dos y cosa los dos
lados por el revés, luego dele la vuelta y ciérrelo
con una cinta del mismo color. Dentro del saquito se introducen diversos
objetos purificados, en función del objetivo que se haya fijado.
Para atraer el amor…
Prepare
un saquito rojo, introduzca pétalos secos de rosa y lavanda, una piedra de color
rojo (tipo rubí), una concha y un trozo de papel donde hayas escrito tu
intención, por ejemplo: “Que llegue a mí la persona que me está destinada”.
Llévelo colgado al cuello o en el bolsillo.
Para resultar simpática…
Prepare
un saquito rosa, meta dentro un trocito de madera de sándalo, un cuarzo hialino,
algunas flores de madreselva, hojas secas de helecho y tres granos de incienso.
Para encender la pasión…
Prepare
un saquito rojo, introduzca en él flores secas de verbena y granado, y un
papelito donde aparezcan escritas con tinta roja una frase de tu elección.
Para alcanzar la iluminación…
Ponga en
un saquito blanco pétalos de rosa blanca, un cristal de cuarzo hialino y una
pizca de beleño y estramonio seco.
Para favorecer la búsqueda interior...
Prepare
un saquito azul oscuro o lila, meta dentro pétalos de rosa blanca, un pedacito
de turmalina, tres granos de incienso y una pizca de beleño y belladona secos.
Para saltar los obstáculos….
Prepare
un saquito rojo e introduzca en su interior hojas de fresno, un trocito de
pirita, siete granos de mirra y pétalos de girasol.
Para propiciar una mejora económica…
Prepare
un saquito de algodón o de seda blanca que cerrara con una cinta roja.
Introduzca siete garbanzos crudos, siete monedas pequeñas y siete pétalos de
flores amarillas (girasol, capuchina, narciso…)
Contra la negatividad…
Prepare
un saquito de algodón blanco e introduzca siete granos de sal marina, un cristal
y un clavo pequeño.
LAS PIEDRAS MÁGICAS…
Ágata:
proporciona el valor para afrontar problemas y situaciones difíciles, y ayuda a
encontrar la fuerza para superar
los obstáculos. Estimula la seguridad interior, de la medida sobre la propia
valía y suaviza los aspectos problemáticos del carácter para hacer que uno sea
más abierto al diálogo. Se usa en los rituales para alejar los pensamientos
tristes e infundir fuerza y coraje.
Aguamarina:
facilita la comunicación y es aconsejable para todos aquellos a los que les
cuesta expresarse. Aumenta la confianza en uno mismo, estimula la fuerza
interior y la capacidad para tomar decisiones, llevar a buen término situaciones
no resueltas y cosas dejadas en suspenso. Incrementa los poderes mentales y
contribuye a purificar la mente de pensamientos inútiles.
Amatista:
se utiliza en todos los rituales con los que se quiere profundizar en la
conciencia para ahuyentar enfermedades y malestares, pero sobre todo para la
meditación, porque sus vibraciones pueden abrir puertas interiores y hacer que
las visiones y los sueños sean lucidos. Calma las emociones violentas y, por
consiguiente, se emplea para combatir el estrés. También se usa en los rituales
para llevar paz y serenidad donde sólo hay peleas y tensiones.
Coral:
el coral no es una piedra, sino el esqueleto de un animal marino. Cuenta sobre
todo con un enorme poder para alejar el mal y curar; en el sur de Europa se usa
como poderoso talismán. Sirve en los rituales para reforzar el poder de
seducción y el deseo sexual, y para proteger a personas y cosas.
Cuarzo:
después del diamante, es el mineral que más energía aporta. Estimula la
evolución tanto en el plano material como en el espiritual. Vuelve estables las
emociones y ahuyenta las negativas. Proporciona lucidez al pensamiento y aumenta
los noveles de conciencia. Favorece la comunicación con la divinidad y los
espíritus elementales. Disuelve y
transforma las energías negativas.
Diamante:
es la piedra más pura y poderosa. Su energía es tan fuerte que no todo el mundo
la soporta. Absorbe cualquier negatividad e infunde paz y serenidad a quien lo
lleva. Se usa en los rituales en los que se necesita una gran reserva de energía
para curar y alejar desgracias y enfermedades. Favorece la fidelidad en
todos los campos, pero sobre todo en las relaciones y por este motivo es la
piedra de los anillos de compromiso.
Esmeralda:
se utiliza en los rituales para obtener bienestar material, riqueza y entradas
licitas de dinero. Favorece el desarrollo de la intuición, de la clarividencia y
de la capacidad para discernir con lucidez. Incrementa la inteligencia y la
agudeza mental.
Fluorita:
es muy útil para equilibrar las energías y puede curar la desazón espiritual y
la depresión. Favorece la concentración y la conciencia de la propia valía
espiritual. Es muy útil para la meditación. En los rituales sirve para potenciar
las propias facultades mentales y entrar en contacto con los Seres Pequeños
(hadas, elfos, gnomos)
Granada:
ayuda a reforzar el poder de seducción y el deseo sexual, y por eso se usa tanto
en los rituales susceptibles de favorecer encuentros eróticos como en los
destinados a mejorar las relación entre las parejas. Es útil asimismo en
aquellas situaciones en las que hace falta una buena reserva de valor para
afrontar problemas materiales, sobre todo de origen económico y relacionado con
el hogar.
Jade:
proporciona valor, sobre todo en las decisiones relacionadas con asuntos del
corazón. Es muy fuerte en el plano energético y por eso suele utilizarse en
rituales que proporcionan la salud y que ayudan a reponerse tras una enfermedad.
Además puede infundir sabiduría y paz interior a quien lo lleva.
Lapislázuli:
esta piedra es útil para la evolución interior y la comunicación con otras
entidades y con la divinidad. Se usa en todos los rituales de evocación para
contactar con el guía interior o con los espíritus elementales. Además ayuda a
reforzar el carácter, a separar el pensamiento de la materia y a que este se
vuelva más elevado.
Malaquita:
esta piedra no es apropiada para todo el mundo: canaliza las energías
inconscientes y puede sacar a la luz miedos y bloqueos mentales. Ayuda a reducir
las tensiones y el estrés. Es útil para favorecer todas las entradas licitas del
dinero, por lo que se utiliza sobre todo en los rituales orientados a favorecer
la prosperidad, a encontrar un trabajo, a recuperar una crédito… etc.
Pirita:
por su parecido con el oro está presente en todos los rituales susceptibles de
favorecer la prosperidad, la ayuda y la colaboración
de quien está alrededor de nosotros. Como aumenta la vitalidad y la
alegría de vivir, están indicadas para quienes se sienten vacíos y deprimidos.
Rubí:
da fuerza y vigor a quien carece de ellos y estimula la pasión, también sensual,
y la capacidad de reaccionar ante un obstáculo y de hacerse valer. Aleja la
tristeza y, por consiguiente, el ideal en los rituales contra la depresión, en
caso de luto o de fuertes pesares existenciales. Es importante para quienes se
sienten con las pilas descargadas, pues proporciona la energía necesaria para
llevar a bien término los proyectos emprendidos.
Turmalina:
es un potente cristal para favorecer la meditación porque pone en comunicación
con los espíritus elementales y con la divinidad. Ayuda a conseguir el
perfeccionamiento interior, purifica de las emociones negativas y refuerza la
voluntad y la alegría de vivir. Se utiliza en aquellos rituales destinados a
infundir confianza y alegría a quien carece de ellas y también para aumentar las
propias facultades psíquicas.
Turquesa:
protege de todos los males, exactamente igual que el coral. Si llevamos las dos
piedras juntas, ni la negatividad ni la envidia podrán hacer mella en nosotros.
Proporciona fuerza física y mental, favorece la acción y aumenta la alegría de
vivir. Infunde una gran energía en los momentos de cansancio y, por
consiguiente, en los rituales ayuda a combatir la depresión y los estados de
fatiga mental y física debidos a una enfermedad.
Resumen:
-
Las brujas se visten con ropa
de fibras naturales.
-
Las brujas lucen joyas
étnicas.
-
Un talismán es un objeto
ritual y simbólico.