LECCION 10. RITOS MÁGICOS PARA
APRENDICES DE BRUJA…
Ritual para el perfeccionamiento interior…
Prepare
el altar con todo lo necesario para realizar el ritual, abra el círculo
purifique los instrumentos.
Ponga en
el platito de las ofrendas un puñado de pétalos de artemisa, un lirio blanco,
algunas hojas de laurel, un ramillete de sauce, un cristal de cuarzo hialino y
un pedacito de aguamarina.
Prenda
un carboncillo y fumigue la habitación con incienso compuesto por madera de
sándalo, granos de incienso, flores de acacia y de jazmín y diez gotas de
esencia de muguete.
Encienda
una vela de color azul oscuro o violeta y haga un ejercicio de enraizamiento.
Piense intensamente en su recorrido interior, en lo que está viviendo, en su
evolución espiritual, en las cosas que está aprendiendo y en los maestros que le
ayudan.
Recite
esta oración: Gran Madre, yo invoco tu
ayuda. Ayúdame a perseverar en mi búsqueda espiritual. Ayúdame a buscar siempre
la verdad. Ayúdame a no desviarme del camino que me he impuesto. Mejorar mi vida
interior. Aumenta mi capacidad para comprender a los otros y sus necesidades.
Ayúdame a no caer en la trampa del egoísmo y de la falsedad. Ayúdame a vencer el
orgullo y la vanidad. Ayúdame a no caer en la tentación. Aleja de mí la pereza.
Dame sabiduría de pensamiento. Dame rectitud de obra. Dame perseverancia y
serenidad.
Baile
alrededor del altar y acumule energía, deje el cono de poder y visualice el
resultado obtenido: es usted una persona sabia y fuerte, apreciada por todos y
humilde, capaz de comprender el futuro y de aconsejar en el presente.
Deje que
la vela se consuma completamente.
Finalizado el ritual, coloque los restos de cera y las hierbas en un paño azul
oscuro, y anúdelo con una cinta azul pálido o blanca. Entiérrelo en un lugar que
le sea grato, al que a menudo vaya a pensar o meditar. Deje las ofrendas durante
una semana en el platito situado sobre el altar.
Ritual para encontrar a la Diosa…
Prepare
el altar con todo lo necesario para realizar el ritual, abra el círculo y
purifique los instrumentos.
Ponga en
el platillo de las ofrendas un puñado de pétalos de rosa, algunas hojas de
laurel, un lirio blanco, una cinta blanca, un cristal de cuarzo hialino y un
trocito de adularia.
Encienda
un carboncillo y fumigue la habitación con un incienso compuesto por madera de
sándalo, granos de benjuí, hojas de tuya, flores de artemisa y diez gotas de
aceite esencial de jazmín. Encienda una vela de color blanco o plateado y haga
un ejercicio de enraizamiento.
Piense
intensamente en la divinidad que está en la naturaleza y en usted, véala
personificada en una muchacha, una mujer madura y una anciana que va a su
encuentro y le sonríen.
Recite
esta plegaria: Yo os invoco, antiguas
madres, fuerzas antiguas de lo femenino, señoras de la vida de los hombres,
dueñas de los sentimientos y de las emociones, vosotras que sois tres pero sois
una, la única Gran Diosa.
Diosa, yo te invoco en tu
aspecto de muchacha: dame fuerza, vitalidad, energía, alegría y la capacidad de
ver de forma positiva la vida que tengo por delante. Diosa, yo te invoco en tu
aspecto de madre: dame fertilidad y abundancia, y la capacidad de ayudar a quien
lo necesita.
Diosa, yo te invoco en tu
aspecto de anciana: dame sabiduría y paciencia, y la capacidad de soportar los
reveses y problemas de esta vida. Madre de todo y de todos. Tú que eres una y
tres, bendíceme todos los días de mi vida, protégeme de las desgracias,
defiéndeme de mis enemigos, ayúdame en el desaliento, perdona mis errores,
acepta mi plegaria.
Baile
alrededor del altar y vaya acumulando energía, suelte el cono de poder y
visualice el resultado obtenido: las tres diosas tienen su rostro y usted
resplandece con su luz. Observe con atención la llama de la vela y deje vagar la
mente, de forma que la Gran Madre pueda abrazarla tiernamente y derramar sobre
usted la bendición de sus dones. Deje consumir la vela completamente.
Una vez
acabado el ritual, ponga los restos de cera en un paño azul oscuro, y anúdelo
con la cinta blanca. Entiérrelo en un lugar que le sea grato, al que a menudo
acuda a pensar o meditar.
Deje las
ofrendas durante una semana en el platito situado sobre el altar.
Ritual para la salud...
Prepare
el altar con todo lo necesario para realizar el ritual, abra el círculo y
purifique los instrumentos.
Coloque
sobre el platito de las ofrendas un puñado de pétalos de hipérico, una flor
blanca, unos trocitos de piel de naranja amarga, algunas agujas de pino, un
cuarzo rosa, tres nueces y una cinta amarilla.
Prenda
un carboncito y fumigue la estancia con incienso compuesto por madera de
sándalo, granos de incienso, hojas
de laurel, hojas de salvia y diez gotas de aceite esencial de hipérico.
Encienda
una vela de color violeta y haga un ejercicio de enraizamiento. Piense
intensamente en los dolores y las enfermedades que le afligen o que atormentan a
alguien querido. Imagine que se ha curado del todo y que está nuevamente sana y
llena de vida y de fuerza.
Recite
esta oración: madre de la salud y de la
enfermedad, a tu ayuda recurro. Ayúdame a combatir la enfermedad mental y el
desorden, la depresión y el desánimo. Aleja de mi la soledad y la tristeza.
Ayúdame a vencer el dolor físico y mental. Dame fuerza y salud. Dame la gracia
de preservarme sana y fuerte, atenta y dispuesta, alejando para ello todo el
mal, el dolor y la enfermedad.
Baile en
torno al altar y acumule energía en su interior, suelte el cono de poder y
visualice el resultado obtenido: usted o la persona por la cual oficial el
ritual corren felices por un prado, llenas de vitalidad y de energía. Observe
con atención la llama de la vela y deje vagar la mente, imagine que le ha sido
concedido todo lo que pedido. Vuelva en sí lentamente, y agradezca a la Diosa la
salud que le concede a usted y a sus seres queridos. Deje consumir la vela
completamente.
Una vez
finalizado el ritual, ponga los restos de cera y las hierbas en un paño azul
oscuro, y anúdelo con la cinta amarilla. Entiérrelo en
un lugar que le guste, al que a menudo acuda para pensar o meditar.
Deje las
ofrendas durante una semana en el platillo situado sobre el altar.
Ritual para el trabajo…
Prepare
el altar con todo lo necesario para realizar el ritual, abra el círculo y
purifique los instrumentos.
Ponga
sobre el platillo de las ofrendas un puñado de pétalos de girasol, siete monedas
doradas, una flor amarilla, un trocito de ámbar, una pepita de oro o un tracito
de pirita y una cinta amarilla.
Encienda
un carboncillo y fumigue la estancia con incienso compuesto por madera de
sándalo, granos de mirra, hojas de albahaca, semillas de eneldo o de hinojo y
diez gotas de aceite esencial de manzanilla.
Encienda
una vela de color verde y una de color oro, y lleve a cabo un ejercicio de
enraizamiento. A continuación, piense intensamente en su trabajo, en el
cansancio, en todas las personas que comparten son usted el espacio y el tiempo
laboral, en los posibles ascensos profesionales, en la incorporación de los
nuevos clientes.
Recite
esta plegaria: Madre del cansancio y del
trabajo, hazme conquistar los honores que merezco. Aleja de mi la necesidad y la
pobreza, y aumenta el dinero que gano. Mejora mi posición en el trabajo y
concédeme una mejora en mi remuneración y en mi carrera. Haz que mi situación
financiera sea estable y próspera. Haz que me gane la estima de mis subordinados
y la confianza de mis jefes.
Baile en
torno al altar y acumule energía en su interior, deje el cono de poder y
visualice el resultado obtenido. A continuación, deje que las velas se consuman
completamente.
Una vez
acabado el ritual, ponga los restos de cera y las hierbas en un paño azul
oscuro, y anúdelo con la cinta amarilla. Entiérrelo en un lugar de su agrado, al
que acuda con frecuencia a pensar o a meditar.
Deje las
ofrendas durante una semana en el platillo de las ofrendas situado sobre el
altar.
Ritual para resolver un problema determinado…
Prepare
el altar con todo lo que necesita para realizar el ritual, aba el círculo y
purifique los instrumentos.
Ponga en
el platito de las ofrendas un puñado de hojas de albahaca, tres espinas, un
trocito de coral, un pedacito de madera de hiedra, tres bellotas, un trocito de
malaquita y una cinta roja.
Prenda
un carboncillo y fumigue la habitación con incienso compuesto por granos de
incienso, flores de verbena, de madreselva y de hipérico, hojas de melisa y diez
gotas de aceite esencial de limón.
Encienda
una vela de color negro o violeta y haga un ejercicio de enraizamiento.
Piense
intensamente en su problema (aprobar un examen, ganar una causa, vencer un
concurso… etc.), y en lo que aportará en su vida lo que vaya a conseguir.
Recite
la siguiente plegaria: Madre de todas las
cosas posibles. Diosa de todos los
hombres y de todos los inmortales. Dueña de la vida. Ayúdame a ver que debo
hacer para resolver el problema que me está consumiendo (indique claramente y
siempre en tono afirmativo, el problema: “Necesito encontrar un trabajo que me
permita vivir dignamente y mantener a mi familia”
o bien: “Tengo que darle un impulso a mi empresa para poder asegurar
trabajo y prosperidad tanto para mí como para mis empleados” o “Necesito tu
ayuda para saber cómo descubrir la vacuna contra esta terrible enfermedad” etc.)
abre mi mente y muéstrame la solución.
Baile
alrededor del altar y acumule energía en su interior, deje el cono de poder y
visualice el resultado obtenido. Observe con atención la llama de la vela y deje
vagar la mente, para que usted pueda convertirse en un canal positivo apto para
conocer lo que deberá hacer para resolver el problema que le preocupa o llevar a
bien fin el proyecto en el que se ha embarcado.
Deje
consumir la vela completamente.
Al
acabar el ritual, coloque los restos de cera y las hierbas en un paño azul
oscuro y anúdelo con la cinta azul claro o blanca. Entiérrelo en un lugar que le
guste y al que suela ir a pensar o meditar.
Deje las
ofrendas durante una semana en el platillo situado en el altar.
Ritual para encontrar a la persona indicada…
El día
que decida llevar a cabo este ritual, a la hora que mejor le convenga y cuando
esté segura de que nadie la va a molestar, prepare su altar, purifique los
instrumentos y encienda luego seis velas de color azul oscuro.
Queme en
el brasero o en el carboncillo un puñado de pétalos de iris, algunas hojas de
romero y algunas gotas de aceite esencial de rosa. Seguidamente recite esta
plegaria:
Por las vibraciones de estas
seis velas de color azul que están ardiendo simultáneamente y unen sus llamas en
un idioma conocido por los poderes celestiales y los espíritus elegidos, yo te
invoco. Venus, nacida de la espuma del mar para la felicidad de nuestros
mortales. Protectora de todo aquello que amamos y Señora de la vida. Hazme
encontrar a la persona que me está destinada. Haz que nuestros caminos se crucen
y que nuestros destinos se unan. Dame el don de la alegría de un amor feliz.
Observe
con atención la llama de las velas y deje vagar la imaginación, para que la
Diosa pueda entrar dentro de usted y ponerla en comunicación con la persona
predestinada, que seguramente le está buscando en alguna parte. Vuelva en si
despacio, dele las gracias a la Diosa por adelantado y deje consumir
completamente las velas. Acabado el ritual, ponga los restos de cera y las
hierbas en un paño azul oscuro y anúdelo con la cinta azul pálido o blanca.
Entiérrelo en un lugar de su agrado, al que con frecuencia
vaya a meditar o pensar. Deje durante una semana las ofrendas en el
platillo situado sobre el altar.
Ritual de protección…
Un
martes, a la hora más conveniente para usted y cuando esté segura de que no va a
ser molesta, prepare el altar y purifique
los instrumentos. Ponga en el platillo de las ofrendas un puñado de
pétalos de artemisa, un lirio blanco, algunas
hojas de laurel, un ramillete de sauce, una rama de coral, un clavo
usado, un cristal de cuarzo ahumado y un trocito de turmalina negra.
Encienda
un carboncillo y fumigue la estancia con incienso compuesto por madera de
sándalo, granos de incienso, agujas de romero, hojas de laurel y diez gotas de
aceite esencial de hipérico.
Encienda
una vela gris, a la vez que piensa intensamente en aquello negativo que le
sucede y en la forma de eliminarlo, en las personas que le parecen hostiles y en
cómo neutralizarlas, en quien le hace mal abiertamente y quien murmura a su
espalda o le perjudica de formas diversas, y recite esta plegaria:
Por las vibraciones de esta
vela gris invoco la ayuda de los poderes celestiales y de los espíritus
elegidos. Ayúdame a protegerme a mí y a las personas que me rodean. Aleja de mí
y de las personas que aprecio la envidia y los celos. Aleja de mí y de las
personas que aprecio cualquier forma de mal de ojo y la mala suerte. Aleja de mí
y de las personas que aprecio la desgracia. Aleja de mí y de las personas que
aprecio los murmullos, los chismes y las maledicencias.
Aleja de mí y de las personas que aprecio a la gente que nos quiere mal
(si las conoce, diga los nombres de estas personas). Protegednos de los peligros
de la magia negra. Protegednos de la desgracia. Protegednos de los incidentes
provocados mediante la magia. Dadme la fuerza para luchar contra mis bajos
impulsos y el deseo de venganza.
Baile en
torno al altar y acumule energía en su interior, deje el cono de poder y
visualice el resultado obtenido.
Deje que
la vela se consuma completamente. Finalizado el ritual, introduzca los restos de
cera y las hierbas en un paño azul oscuro y anúdelo con la cinta azul claro o
blanca. Entiérrelo en un sitio que le guste, y al que suela ir a pensar o
meditar.
Deje
durante una semana las ofrendas en el platillo situado sobre el altar.
Ritual para el dinero…
Prepare
el altar con todo lo necesario para el ritual, abra el círculo y purifique los
instrumentos. Ponga en el platillo de las ofrendas un puñado de pétalos de
artemisa, un lirio blanco, algunas hojas de laurel y una ramita de sauce, un
cristal de cuarzo hialino y un trocito de aguamarina.
Encienda
un carboncillo y fumigue la habitación con incienso compuesto por granos de
mirra, hojas de albahaca, semillas de eneldo y siete gotas de aceite esencial de
camomila.
Encienda
una vela dorada y recite esta plegaria:
Por las vibraciones de esta
vela dorada yo invoco la ayuda de
las fuerzas celestiales y de los espíritus elegidos. Ayudadme a ganar lo que me
corresponde según el trabajo que he hecho. Alejad de mi la codicia y la avidez.
Proteged esta inversión (mencione claramente de qué se trata, haciendo hincapié
en los detalles) Aumentad los beneficios de mi negocio (de mi actividad, de mi
empresa, etc.). Alejad de mi las deudas y los riesgos. Alejad de mí a
estafadores y malintencionados. Aumentad de cartera de clientes (en el caso de
una empresa o de una actividad comercial). Proteged el lugar donde trabajo
(indique con claridad el nombre de la empresa donde está empleada o para la que
trabaja) de reveses financieros y otros desastres susceptibles de poner en
peligro mi trabajo. Proteged a quienes gestionan mi dinero (mencione por ejemplo
bancos, intermediarios de negocios, gestores de fondos, administradores) y haced
que sean honestos y fiables. Dadme fuerza para luchar contra la codicia y la
avaricia.
Baile en
torno al altar y acumule energía dentro de usted, deje el cono de poder y
visualice el resultado obtenido.
Deje que
la vela se consuma del todo. Cuando haya acabado el ritual, ponga los restos de
cera y las hierbas en un paño azul
oscuro, y anúdelo con una cinta de color azul pálido o blanco. Entiérrelo en un
lugar de su agrado, y al que a menudo vaya a pensar o meditar.
Deje las
ofrendas durante una semana en el platillo situado sobre el altar.
Y para quien trabaja en
grupo…
Para
acompañar el enaltecimiento de un cono de poder se puede utilizar el siguiente
canto.
La
cántica de las brujas (Witches Rune) fue escrita por Gerard Gardner y Doreen
Valiente. La versión que se ofrece aquí es una ligera variante de la
original y está sacada de A Witches Bible del matrimonio farrar.
Se debe
recitar la Cántica de forma rimada y girando en círculo cogidos de las manos.
Las cuatro primeras líneas, que empiezan por “Eko, Eko…” se repiten tres veces
al principio y también al final, hasta que quien dirige de el alto.
VERSION
INGLESA:
Eko, Eko,
azarak. Eko, Eko, Zamelak. Eko, Eko, Cermunnos. Eko, Eko Aradia! (tres veces).
Noche oscura y luna brillante. Este, sur, oeste y septentrión;
De las brujas escuchad el canto ¡Unidas para llamaros en esta ocasión!
Tierra y agua, aire y fuego. Pentáculo,
espada y báculo. Trabajad para nuestro objetivo ¡Y escuchad nuestra invocación!
Cuerda e incienso, cuchillo y látigo. Poderes de la hoja bruja, la nueva vida de
nuestra magia os despierta ¡acudid para el éxito del encantamiento!
Reina de
los infiernos, reina de los cielos, de la noche cazador cornudo, dad vuestros
poderes al encantamiento ¡que se cumplan nuestros deseos con el rito!
Por todo
el poder de la tierra y del mar. Por toda la fuerza de la Luna y del Sol, como
queramos, así puede ser ¡que así se haga con estas palabras!
Eko, Eko,
azarak. Eko, Eko, Zamelak. Eko, Eko, Cermunnos. Eko, Eko Aradia!
(tres veces).